CAPITULO 26
Cuenta Peter
El beso se volvía más intenso con cada segundo que pasaba. Esto no estaba en mis planes, pero tampoco estaba en mis planes que ella me besara en la mejilla para agradecerme que la hubiera sacado a tiempo del edificio.
La palma de su mano derecha, acariciaba mi mejilla, bajaba por mi nuca y volvía a hacer el mismo recorrido, mientras la izquierda se encontraba en mi hombro, como sirviendo de apoyo para elevarse y llegar a mi labios, debido a nuestra diferencia de altura.
Mis manos bajaron por su espalda hasta colocarse en su cola. Entramos a su casa sin abandonar esta posición, ya que no fueron más de tres pasos los que nos separaban del interior del ático. Cerré la puerta con el pie y la empotré contra ella.
Lali:Para -sentenció- Creo que es mejor no hacer esto -dijo mirándome a los ojos-
Peter:Necesitamos hacer esto y lo sabes -respondí, pensando que si no hacíamos esto ahora, nunca se acabaría la tensión que había siempre entre nosotros- Además, no pienso dejarte ir ahora que te tengo entre mis brazos
Lali:Ni yo quiero que lo hagas, acabemos con esto -dijo antes de que sus brazos subieran hasta rodear mí cuello y pegara un pequeño salto para rodear mi cadera con sus cortas piernas-
***
La senté en la encimera mientras nos besábamos, estiré del borde de mi sudadera, la subí por sus brazos y se la quité, lanzándola por los aires y
cayendo en alguna parte del loft.
Cruzó los pies, para acercar más nuestras entrepiernas. Gimió al notar lo que provocaba en mí, y le dediqué una sonrisa de lado.
Peter:Sin sentimientos
Lali:¿Cuándo he tenido sentimientos hacia vos? -preguntó sonriendo más de lo que me hubiera gustado para estar hablando sobre nuestros sentimientos-
Peter:No me hagas hablar -repliqué-
Lali:No, mejor te hago gemir -me dijo al oído provocándome miles de sensaciones-
Esas palabras me habían calentado bastante, quería acabar ya con esto, si no, explotaría.
Le bajé los jeans dejándola solo con una remera ancha y unas bragas de encaje.
Cuando fui a quitarle la remera se negó mordiéndose el labio y se acercó a mi oído.
Lali:Esto no es justo -dijo señalándonos y fruncí el ceño- Vos llevas demasiada ropa y yo muy poca -dijo ronroneando-
Peter:Quítamela vos -respondí arrastrando las palabras-
Y eso hizo, lentamente deslizó su mano, metiéndola por dentro de mi remera, acariciando mi abdomen de arriba abajo antes de quitarme la remera.
Nos volvimos a besar, hacía mucho tiempo que nuestras lenguas no batallaban por salir victoriosas ante la otra.
Me quité los zapatos con el pie contrario mientras Lali se entretenía en desabrochar el botón de mis jeans, pero no a bajarlos.
Lali:Vamos a la cama -murmuró en el hueco de mi cuello, haciéndome estremecer por el roce de su respiración en mi cuello-
Peter:Aca es más divertido -dije entrecortado- ¿Cuantas veces lo has hecho en la encimera?
Lali:No quieras saberlo -respondió empujándome y bajando de la encimera para empezar a subir las escaleras que llevaban a la cama-
Peter:Si quiero saberlo -dije cogiéndola de la cintura, en el último escalón y pegándola a mi torso desnudo-
Lali:Cállate y bésame, pesado -dijo girándose y comenzando a besarme-
Subimos el último escalón, caminamos hasta la cama y caímos encima en ella, mientras seguíamos besándonos.
Ahora sí, me bajé los jeans, los cuales me estorbaban de una manera sobrenatural, para ser sincero, todo lo que se interpusiera ahora mismo entre Lali y yo, me estorbaba.
Ella pasaba sus suaves manos por mi torso, mientras nos besábamos y yo acariciaba su abdomen y subía hacia sus pechos, que como había intuido, estaban desnudos.
Le quité la remera, y ahora sí que sus pechos estaban completamente desnudos.
Nos deshicimos de nuestra ropa interior, quedando totalmente desnudos. Busqué un preservativo del bolsillo de mi pantalón y, sin más, entré lentamente en ella.
Le besaba el cuello e iba bajando hasta el abdomen, al mismo tiempo que le embestía. Cuando llegaba a sus pechos, los acariciaba y pellizcaba, haciendo a Lali gemir mi nombre.
Lo hacíamos lentamente, pero poniéndole toda la pasión posible, sabiendo que cuando esto acabaran, todo se acabaría, ya que los dos teníamos lo que ambos queríamos del otro.
Aceleraba mis embestidas a medida que iba notando que estábamos a punto de llegar al clímax, pero sin ir muy rápido.
Lali colocó sus manos en mis hombros, y las deslizo por mi espalda para impulsarse hacia delante y llegar a mi oído para jadear un: Más rápido
Aceleré mis embestidas, al mismo tiempo que ella movía sus caderas. Me estaba volviendo loco. No podía permitir que esta fuera mi primera y última vez con ella.
Sus uñas se aferraron a mi espalda, sentía un placentero dolor al sentirlas clavarse en mi piel.
Segundos después, ambos llegamos al clímax y gritamos el nombre del otro antes de caer en el cómodo colchón sudando y jadeando.
***
Escuché la melodía de un celular que me era bastante conocida, supongo que era una de las canciones que se llevaban este año.
Sentí que alguien se movía a mi espalda para apagar lo que debía ser una alarma y que se volvía a acomodar en la cama.
Abrí los ojos y por culpa de la maldita persiana que estaba subida, toda la luz fue a parar a mis ojos, así que los cerré de inmediato.
Peter:¿De dónde viene esa manía tuya de dejar siempre la persiana subida? -pregunté girándome hacia el lado en el que estaba Lali durmiendo-
Noté como dejaba de respirar por un momento y se giró a mirarme, quedando colocada lateralmente mirándome.
Lali:¿Se puede saber qué haces en mi casa? -preguntó con el ceño fruncido-
Peter:Anoche estuvimos juntos -dije con obviedad- Tu alzhéimer me preocupa y mucho
Lali:Tarado -me golpeó el hombro- Dijimos sin sentimientos, andate de mi casa
Peter:Si no me fui, fue porque pensaba que te pondrías como loca si no me veías a tu lado -aclaré- Dijimos sin sentimientos, pero si no hubiera estado aca, me hubieras reclamado el sentirte como una cualquiera
Lali:Cállate ya y andate -ordenó mientras se volvía a tumbar como estaba antes- Me tengo que preparar para irme a laburar, y vos también
Peter:¿Nos duchamos juntos? -metí mi mano por dentro de las sabanas y la posé en la cintura de Lali, y a continuación, hice un recorrido con mis dedos desde sus pechos hasta el inicio de sus caderas- Digo, para ahorrar agua
Lali:Nos pagan lo suficiente para no tener que ahorrar agua y poder ducharnos cada uno en nuestra casa
Peter:Aburrida -musité ganándome una fulminante mirada de parte de la morocha-
Lali:Fueraaaa -dijo alargando la "a" ya cansada de tenerme en su casa-
Peter:Pero si te encanta tenerme aquí, solo que te haces la difícil, ¿y sabes algo? -se giró para no darme la espalda y alzó una ceja- Me encanta cuando lo haces -le giñé un ojo esbozando una sonrisa de lado-
Lali:A mí me encantará cuando te vea desaparecer por la puerta de mi casa -me dijo con una sonrisa-
***
Estaba loca, pero también estaba muy buena, pero eso no compensaba lo loca que estaba, ni lo bipolar que era.
Le había gustado más echarme ella misma de su casa que si fuera yo el que me hubiera ido por mi propio pie.
***
Habían pasado días desde que Lali me había echado a patadas de su apartamento y no habíamos cruzado más que unas pocas palabras en el trabajo.
Ahora era cuando me arrepentía de haberle dicho que esto se acababa aquí, que después de estar juntos todo lo que teníamos se acabaría.
No pensaba lo que estaba diciendo, era totalmente falso, yo la quería tener a mi lado para hacerla enojar, para verla sonreír y para seguir sintiendo todas
esas cosas que sienten los que sufren el enamoramiento, o como lo llamo yo estupidez crónica algo que obviamente yo no sufría, pero sí que sentía esas estúpidas cosas que se llaman sentimientos y por una vez quería seguir conservándolos.
Eran las diez de la noche y yo no dejaba de pensar en este asunto, solo me faltaba el bote de helado para simular a la típica mina que había sufrido de desamor en las películas.
De repente todo se apagó, la televisión y las luces de toda la habitación dejaron de funcionar y toda la casa se quedó totalmente a oscuras.
Escuché como alguien golpeaba la puerta con la intención de llamar, cogí el celular de la encimera y encendí la linterna para dirigirme a la puerta.
Lali se encontraba del otro lado de la puerta envuelta en una manta y, los ojos llorosos pero sin soltar ninguna lágrima.
Lali:¿Me puedo quedar un rato? -preguntó-
Peter:Obvio, pasa -me hice a un lado y frunci el ceño extrañado-
***
Llevábamos ya una hora sin luz, una hora que se había pasado volando entre insinuaciones (de mi parte, hacia ella), risas y pavadas.
Peter:¿Me vas a decir el por qué de venir a esta hora a mi casa casi llorando? -pregunté cortando el buen rollo que había en el living-
Lali:No estaba casi llorando -aclaró- además, ¿no puedo venir a visitar a mi vecino? -alcé las cejas negando con la cabeza y bufó rendida- No te rías, ¿ok? -asentí haciéndole saber que no me iba a reír- Me da miedo la oscuridad -confesó-
En joda, comencé a reír a carcajadas, pero ella, no se lo tomó como joda.
Lali bajó la mirada y se dirigió a la puerta para irse por haber faltado a mi promesa.
Corrí detrás de ella, hasta cogerla por la cintura y acercarme a su oído.
Peter:Lo siento, era una jodita, perdóname -me disculpé y acaricié su mejilla con mi nariz- Quédate aquí a dormir, conmigo
ÚLTIMOS CAPITULOS