CAPITULO 25:
El suspiro de alivio que esperé sentir cuando conduje debajo del primer semáforo con tres luces de tráfico en Sumit, Alabama, no llegó. El entumecimiento se había apoderado completamente de mí en el viaje de siete horas. Las palabras que había escuchado de mi padre decir sobre mi madre sonaban una y otra vez en mi cabeza hasta que ya no pude sentir nada por nadie.
Giré hacia la izquierda en el segundo semáforo y me dirigí al cementerio.
Necesitaba hablar con mamá antes de registrarme en el único motel que había en el pueblo. Quería hacerle saber que no creía nada de lo que habían dicho. Yo sabía qué clase de mujer había sido ella. Qué clase de madre había sido. Nadie podrá compararse. Había sido mi roca cuando la que estaba a punto de morir era ella. Nunca había sentido el miedo de que se alejara de mí.
El estacionamiento de gravilla se encontraba vacío. La última vez que había estado aquí, todo el pueblo había venido a brindarle sus respetos a mi madre. Hoy, el sol de la tarde se desvanecía y las sombras eran la única compañía que tenía.
Tragué el nudo que había subido hasta mi garganta al salir del camión.
Estaba aquí de nuevo. Sabía que ella se encontraba aquí, pero a la vez no. Hice el camino hasta su tumba, preguntándome si alguien habría venido a verle mientras no estuve, Tenía amigos. Seguramente alguien había venido a traerle flores frescas. Mis ojos picaban. No me gustaba pensar que había estado sola durante semanas. Me sentía contenta de verla junto a Ana. Hizo mucho más fácil mi partida.
El camino de lodo fresco ahora se encontraba cubierto de grama. El Sr. Murphy me había dicho que la cubriría en césped gratis. No había podido pagar nada extra. Verla cubierta de grama me hacía sentir como si estuviese cubierta apropiadamente, tan tonto como sonaba. Su tumba ahora lucía igual a la de Ana. Aunque su lápida no era tan lujosa como la de ella. Era simple; había sido todo lo que podía pagar. Había pasado horas intentando decidirme lo que quería que dijera exactamente.
María José Riera Esposito
19 de Abril, 1967 - 2 de Junio, 2014
El amor que dejó atrás será la razón por la que los sueños sean alcanzados. Ella fue la roca
en un mundo que se caía a pedazos. Su fuerza permanecerá por siempre. Se encuentra
en nuestros corazones.
La familia que me había amado ya no se encontraba aquí. Estar de pie aquí, mirando sus tumbas, me hacía darme cuenta lo sola que en verdad estaba. Ya no tenía familia. Y nunca reconocería la existencia de mi padre luego de este día
Xxx:No esperaba que regresaras tan pronto
Había escuchado la grama crujir detrás de mí, y sabía quién era sin siquiera tener que voltearme. No lo miré. Aún no estaba lista. Él vería a través de mí. Simón había sido mi amigo desde el jardín de niños. El año en que nos convertimos en algo más, sólo había sido esperarse. Lo he amado durante años.
Lali:Mi vida se encuentra aquí —respondí con simpleza—
Simón:Intenté discutir ese punto hace semanas
El toque de humor en su voz no pasó desapercibido. Le gustaba tener la razón. Siempre había sido así.
Lali:Creí necesitar ayuda de mi padre. No era así
La grama crujió un poco más al acercarse a mi lado.
Simón:¿Aún es un imbécil?
Sólo asentí. No estaba lista para decirle a Simón lo imbécil que era mi padre.
No podía decirlo en este momento. De alguna manera, decirlo en voz alta sólo lo haría más real. Quería creer que era un sueño.
Simón:¿No te gusta su nueva familia? —preguntó—
No se rendiría. Me haría preguntas hasta que me derrumbara y le contara todo
Lali:¿Cómo supiste que estaba en casa? —pregunté, cambiando el tema. Sólo lo distraería por un momento, pero no tenía la intención de quedarme por aquí durante todo ese tiempo—
Simón:En verdad, no habrás esperado conducir tu camioneta alrededor del pueblo y no convertirte en noticia número uno en sólo cinco minutos, ¿cierto? Conoces este lugar mejor que eso, L
L. Me ha llamado L desde que tenemos cinco años. Y a Ana la llamaba A. Apodos. Recuerdos. Era seguro. Este pueblo era seguro.
Lali:¿He estado aquí cinco minutos? —pregunté, aún estudiando la tumba frente a mí. El nombre de mi madre bordeado sobre la roca—
Simón:Nah, probablemente no. Me encontraba afuera del supermercado esperando que Melody saliera del trabajo
Estaba saliendo con Melody de nuevo. Para nada sorpresivo. Ella parecía ser alguien de la cual él no tenía suficiente.
Tomé aire profundamente y finalmente giré mi cabeza para mirar fijamente a sus ojos también color verde. Las emociones atravesaron el entumecimiento al que me aferraba. Este era mi hogar. Esto era seguro. Esto era todo lo que conocía.
Lali:Voy a quedarme —le dije—
Simón:—sonrió y asintió— Me alegra. Te hemos extrañado. Aquí es donde perteneces L
Hace algunas semanas había pensado que sin mamá, yo no encajaba en ningún lugar. Quizá haya estado equivocada. Mi pasado se encontraba aquí.
Lali:No quiero hablar sobre Carlos —dije, y volví la mirada hacia la tumba de mi madre—
Simón:Hecho. Nunca volveré a mencionarlo
No tenía que decir nada más. Cerré los ojos y recé en silencio para que mi mamá y mi hermana estuviesen juntas y felices. Simón no se movió. Nos quedamos allí sin hablar hasta que el sol se puso.
Cuando la oscuridad finalmente descendió sobre el cementerio, Simón deslizó su mano entre la mía.
Simón:Vamos, L. Encontremos un lugar donde puedas quedarte
Permití que me dirigiera por el camino hacia mi camioneta.
Simón:¿Me dejarías llevarte con Raquel? Tiene una habitación de invitados y le encantaría que te quedaras allí. Está muy sola en casa. Incluso me llamaría menos si tiene algo de compañía
Raquel T era la madre de la madre de Simón. Había sido mi maestra en las clases de los domingos durante toda la escuela primaria. También nos enviaba comida una vez a la semana cuando mamá se puso muy enferma.
Lali:Tengo algo de dinero. Iba a registrarme en un motel. No quiero molestarla
Simón:—dejó salir una risa— Si llega a enterarse de que estás en la habitación de un hotel, aparecerá frente a la puerta a formar un alboroto. Estarás en su casa cuando termine contigo. Es más fácil simplemente ir a su casa ahora en lugar de causar una escena. Además, L, sólo hay un motel en este pueblo. Tú y yo sabemos las muchas citas que han terminado en ese lugar. Enorme factor de asco
Tenía razón.
Lali:No tienes que llevarme. Iré a verla yo misma. Tienes a Melody esperándote —le recordé—
Simón:—rodó los ojos— No vayas hasta allá, L. Sabes más que eso. En un chasquido, nena. Sólo un chasquido de tus dedos. Es todo lo que tomaría
Me había estado diciendo eso durante los últimos años. Ahora sólo era un chiste. Al menos, para mí lo era. Mi corazón no se encontraba allí. Unos ojos verdosos aparecieron de pronto en mi mente y el dolor atravesó el entumecimiento. Sabía dónde se encontraba mi corazón, y no estaba muy segura de si alguna vez volvería a verlo. No si pensaba sobrevivir.
Raquel T no dejaría que tuviera un momento de tranquilidad. Ni dejaría que me asentara. Hoy necesitaba paz. Soledad
Lali:Simón. Necesito esta noche para estar sola. Necesito pensar. Procesar todo. Debo quedarme en el hotel esta noche. Por favor, compréndeme, y haz que Raquel comprenda. Sólo por esta noche
Simón miró por encima de mi cabeza con una mueca de frustración. Sabía que quería hacer preguntas, pero estaba siendo respetuoso.
Simón:L, odio todo esto. Sé que estás lastimada. Puedo verlo en todo tu rostro. Te he visto lastimada durante muchísimos años. Lentamente me carcome por dentro. Habla conmigo, L. Necesitas hablar con alguien
Tenía razón. Necesitaba hablar con alguien, pero en este momento tenía que preocuparme en lidiar con todo internamente. Eventualmente, le contaré todo lo que sucedió en Rosemary Beach. Tendré que decírselo a alguien. Simón era el amigo más cercano que tenía en este lugar.
Lali:Dame algo de tiempo —dije mirándolo—
Simón:Tiempo —asintió— He estado dándote tiempo durante tres años. No veo que daño pueda hacer un poco más
Abrí la puerta de la camioneta y entré. Mañana estaré lista para enfrentar la verdad. Los hechos. Podré hacerlo... mañana.
Simón:¿Tienes teléfono? Llamé a tu antiguo número el día que te fuiste y me dejaste, y decía que estaba desconectado
Peter. Su rostro cuando me rogó que me quedara con el celular del que había mentido, pasó por mi mente. El dolor me atravesó un poco más fuerte.
Lali:—negué con la cabeza— No. No tengo
La mueca de Simón se hizo más profunda.
Simón:Demonios, L. No deberías estar por ahí sin teléfono
Lali:Tengo un arma —le contesté—
Simón:Aun así, necesitas un teléfono. Dudo que alguna vez en tu vida amenaces con eso a alguien —ahí era donde se equivocaba. Me encogí de hombros— Consigue uno mañana —ordenó. Asentí, aunque en realidad no tuviera intención de conseguir uno, luego cerré la puerta tras de mí—
***
Conduje de vuelta hacia la calle con doble camino. Conduje media cuadra hasta el primer semáforo y giré hacia la derecha. El motel era el segundo edificio a la izquierda. Nunca antes me había hospedado allí. Tenía amigos que habían venido aquí luego del baile de graduación, pero eso sólo era parte de una secundaria de la que sólo escuchaba en los pasillos.
Pagar una noche fue lo suficientemente fácil. La chica trabajando detrás del mostrador se me hacía familiar, pero era menor que yo. Probablemente aún en la secundaria. Tomé mi llave y me dirigí afuera otra vez.
La brillante Range Rover que se encontraba aparcada al lado de mi camión lucía completamente fuera de aquí. El corazón que había pensado entumecido, latió con fuerza dentro de mi pecho con un solo doloroso latido cuando mis ojos se conectaron con los de Peter. Se encontraba de pie frente a la camioneta con sus manos dentro de los bolsillos, observándome.
No había esperado verlo otra vez. Al menos no tan pronto. Había dejado en claro cómo me sentía. ¿Cómo había sabido llegar hasta aquí? Nunca le dije el nombre de mi pueblo. ¿Mi padre le había dicho? ¿Acaso no entendían que quería estar sola?
La puerta de un auto se cerró de golpe, atrayendo mi atención lejos de Peter para ver a Simón saliendo de la camioneta roja Ford que había obtenido como regalo de graduación.
Simón:Estoy esperando como el demonio que conozcas a este tipo, porque te ha estado siguiendo desde el cementerio. Lo noté del otro lado del camino mirándonos mucho antes, pero no dije nada —dijo mientras caminaba hasta nosotros para detenerse ligeramente frente a mí—
Lali:Lo conozco —dije muy a penas, a pesar de la tensión en mi garganta—
Simón:—volvió a mirarme— ¿Él es la razón por la que volviste corriendo a casa?
No. En realidad, no. Él no fue lo que me hizo huir. Fue lo que hizo querer quedarme. Incluso sabiendo que todo lo que pudimos haber tenido era imposible.
Lali:No —dije sacudiendo la cabeza y mirando a Peter otra vez. Incluso a la luz de la luna, su rostro lucía lleno de dolor— ¿Por qué estás aquí? —pregunté manteniendo mi distancia. Simón se movió aún más frente a mí cuando se dio cuenta de que no me acercaba a Peter—
Peter:Estás aquí —respondió—
Dios. ¿Cómo podré soportar de nuevo esto? Verlo y saber que no podré tenerlo. Lo que representaba siempre ensuciaría cualquier cosa que sintiera por él.
Lali:No puedo hacer esto, Peter
Peter:—dio un paso hacia adelante— Habla conmigo. Por favor, Lali. Hay tantas cosas que quiero explicarte
Lali:—sacudí la cabeza y di un paso hacia atrás— No. No puedo
Peter:—maldijo por lo bajo y posó su mirada en Simón— ¿Podrías darnos un minuto?
Simón cruzó los brazos sobre su pecho y se movió aún más para ponerse frente a mí.
Simón:No lo creo. No parece que ella quiera hablar contigo. Y no puedo decir que valla a obligarla. Y tú tampoco lo harás
No necesitaba ver a Peter para saber lo mucho que Simón acababa de enojarlo.
Si no los detenía, esto podría terminar mal. Pasé al lado de Simón y caminé hacia Peter y en dirección a mi habitación. Si íbamos hablar, no tendríamos audiencia.
Lali:Está bien, simón. Este es mi hermanastro, Peter Lanzani. Ya sabes quién eres tú. Sólo quiere hablar. Así que vamos a ir a habla. Puedes irte. Estaré bien —dije sobre mi hombro, luego me giré para abrir la habitación 4A—
Simón:¿Hermanastro? Espera... ¿Peter Lanzani? ¿El único hijo de Juan Pablo Lanzani? Mierda, L, eres familia de una celebridad del rock
Había olvidado lo fanático que es Simón hacia las bandas de rock. Él sabría todo sobre el hijo único del baterista de Slacker Demon.
Lali:Vete, Simón —abrí la puerta y entré—
Chicaas 2do caap del diia! En el proximo sabran el por qué peter fue en busca del padre de lali! Besos a todas y GRACIAS a todas las que se molestan en comentaar!
PD:Recoordar que tenemos un grupo de whatsapp respecto a la nove, donde hay adelantos y avisos de cuando hay cap y cuando no puede haberlo... si les interesa SOLO manden a tu.nenita.1994.cat@gmail.com su numero de movil y seran metidas al grupo rapidamente. ACUÉRDENSE de poner el codigo que va antes del numero PJ: +57 (y tu numero)
Massssssss
ResponderEliminarMasss me muerooo
ResponderEliminarMaaass <3
Me voy a morir en este instante me encanto!!!! :)
ResponderEliminarSubi mas!
+++++++++++++++++++
ResponderEliminarmass! dale maria esperanza despierta y escribee
ResponderEliminarMass
ResponderEliminarSubi otroooooo
ResponderEliminarotrooooooooooooooooooooo
ResponderEliminarSolo 2 porfa masssss
ResponderEliminarMaaaaaaas!!
ResponderEliminarOtrooo!
ResponderEliminarMe encanta Simón protector,jajajajaja,además no deja d intentarlo
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