lunes, 8 de agosto de 2016

30° NO ME OLVIDES ❤



   CAPITULO 30





Cuenta Peter

Lali:En serio Clau, no nos vuelvas a dar estos sustos -le dijo a mi madre con una amable sonrisa en el rostro- Tu hijo ha estado toda la noche pegado a la silla de la sala de espera, decía que no se levantaría hasta que no tuviera noticias tuyas

Claudia:Es todo amor, ¿no crees? -preguntó mirandola-

Como era obvio, conocía a mi madre, y esa pregunta no era de las típicas que hace una suegra a su nuera alardeando a su hijo, creo que detrás de esa pregunta había más.

Lali:La verdad es que sí, tenes un gran hijo, Clau -dijo con sinceridad-

Mi madre se dirigió a la cocina y Lali y yo nos quedamos solos en la entrada. Sí, era un loft, pero desde la entrada a la cocina había distancia y aquello sería algo parecido a estar “a solas.”

Peter:Con que un gran hijo, eh -dije con una sonrisa ladeada, burlándome de sus anteriores palabras y rodó los ojos-

Lali:Tarado -dijo mientras comenzaba a andar hacia donde estaba mi madre-

Peter:Qué te pasa? -susurré poniéndome delante suyo para que no siguiera caminando-

Lali:¿Y me preguntas? -preguntó un poco molesta y me encogí de hombros- No te enteras de nada

Peter:No soy estúpido Lali, por mucho que te lo pueda parecer, ya lo hemos hablado antes, no es que no me importe que te vayas, pero nada te impide irte

 Lali negaba lentamente al mismo tiempo que las palabras salían de mi boca.

No sé a cuál de los dos nos habrían dolido más esas palabras, pero tal vez eso era lo que tenía que hacer, dejarla irse.

Me miró una última vez a los ojos antes de darse la vuelta y salir por la puerta dando un sonoro portazo. Me senté en el sofá y coloque mis manos en mi rostro intentando procesar lo que acababa de pasar. Noté que el sillón se hundía a mi lado y que alguien acariciaba mi espalda sobre la camiseta para darme ánimos.

Claudia:Cariño -dijo haciendo la que mirara- Sos un tarado

Peter:Gracias mamá, sos de mucha ayuda -le reproché-

Claudia:No quería que te sentara mal, pero la has visto...

Peter:Sí mamá, acabo de ver que la mujer de la que estoy enamorado hasta mas no poder acaba de salir por esa puerta llorando porque soy un completo idiota, y que ha hecho de todo por mí; como fingir ser mi novia, y yo se lo he pagado con total indiferencia en algo que realmente me necesitaba

Claudia:¿¡Fingir ser tu novia!? -exclamó con cierta falsedad-

Peter:No te hagas la ofendida, sé que ya lo sabias

Claudia:Desde que entré por esa puerta el primer día -dijo sonriendo- Si no fuera por la cara de Lali al decir que eran novios habrían pasado por pareja perfectamente

Peter:Recojamos tus cosas que te llevo a la estación -dije levantándome y sonriéndole a mi madre-


***

Hacía poco menos de una semana que Lali había dejado mi casa con un portazo y de que mi madre había abandonado la ciudad para volver a casa.

Mañana era la boda de Agus, y gracias a mi amigo, me había enterado de que Lali había confirmado que iría acompañada, y tenía una leve sospecha de quien sería su acompañante.

Había sido una semana monótona y aburrida, cuando no peleaba con Lali, todo era más aburrido.

El Peter que era hace dos meses, a estas horas de un viernes, estaría en algún bar buscando a alguien con quien coger, mientras que el Peter de ahora, estaba mirando de toda la ropa que tiene (mucha más de la que pensaba que tenía, por cierto) para elegir el mejor vestuario para la maldita boda porque quería impresionar a Lali. ¿Desde cuándo pensaba yo así?

Me pareció escuchar el timbre y bajé corriendo las escaleras con la esperanza que la que estuviera al otro lado de la puerta fuera Lali, pero al abrir, la felicidad momentánea que tuve al escuchar el timbre se esfumaron y recordé que había llamado a Tincho, Yeyo y 
Nico, los cuales sonreían en el umbral de la puerta con cuatro pizzas en las manos.

Peter:ah, son ustedes  -dije sin ganas, dejé la puerta abierta y me dirigí a la nevera para sacar cuatro cervezas-

Tincho:Nosotros también nos alegramos de verte -dijo con cierto humor cerrando la puerta- Contanos, ¿qué planes tenes para mañana? -preguntó abriendo su cerveza- Te arriesgas a que se quede o a que se vaya para siempre, recordalo

Peter:Lo sé, pero ya la embarré -les recordé-

Nico:¿Cuantas veces la embarraste con ella y te lo perdonó? -preguntó ironico-

Peter:Millones -respondí- Por eso no quiero que me tenga que perdonar una más, soy tan boludo que siempre la embarro por no decirle que me importa

Yeyo:Una pregunta -dijo por primera vez en toda la noche- ¿De quién hablamos?-preguntó bebiendo un trago de cerveza-

Todos nos miramos y negamos con la cabeza. Era un caso perdido.

Después de explicarle a Yeyo toda la historia, dos veces, los chicos propusieron que fuera en aquel mismo momento a su casa y le dijera que la quería, pero era demasiado cursi para que eso le gustara a una persona como Lali.

Yeyo:El otro día ligué -dijo feliz-

Peter:¿Cómo fue? -pregunté sonriendo- Que te pregunten donde se encuentra el baño no es ligar, eh -aclaré riendo-

Yeyo:Muy chistoso -dijo riendo- Se me acercó una mina y me preguntó que si quería bailar, acepté y bueno, acabamos en mi cama

Peter:¿Cuándo te levantaste por la mañana seguía allí o se largó al ver como eras sin las luces de discoteca? -pregunté divertido-

Pensaran que estoy siendo muy cruel con él, pero no. Yeyo y yo siempre mantuvimos este humor en nuestra amistad, si lo dijera por ofender, cualquiera de los chicos me habría parado los pies.

Yeyo:Después te quejas cuando Lali se va con otro, tenes el sentido del humor en el culo -contraatacó con una sonrisa-

Tincho:¿Te acompañará mañana a la boda? -preguntó-

Yeyo:Sí -asintió feliz-

Nico:Que rápido van, ¿no?

Peter:Ya ves, ¿seguro que no descubrió que tu padre es un político corrupto y tiene cuentas con millones de dólares en Suiza? -pregunté-

Yeyo:Ni tengo un padre metido en política ni millones de dólares en Suiza, idiota

Peter:Entonces sí que debéis ir en serio -aclaré- Me alegro mucho, boludo -dije alzando la botella de cerveza para que se unieran al brindis-

***

Nico:Mañana tenes un largo día por delante -me recordó una vez acabada la cena y ya despidiéndose. Asentí- Entonces, ¿Hasta que punto estas dispuesto a llegar para que se quede? -preguntó-

Peter:Hasta el punto de decirle que estoy enamorado de ella, aun con todas las consecuencias que me traiga decírselo




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