miércoles, 29 de abril de 2015

5° AMANDOLO/A SIN SABERLO ❤



   CAPITULO 5:




Cuenta Peter

Estaba en la entrada del colegio esperando a mis amigos, cuando la vi bajarse del auto de su madre.

Detestaba a esta mina.

Era una pesada

Amargada


Antisocial


Enojona



Peter:Buen día muñeca –le dije al verla pasar por mi lado con cara de poco amigos–

Volteó hacia mí y rodó los ojos.

Lali:¿Querés que te vuelva a partir la nariz? –preguntó con enojo–

Luego se volteó dándome la espalda u desapareció por los pasillos.

¡Wow que carácter!

Xxx:¡Oh Dios Mío! –exclamó Nico mientras se me acercaba para saludarme–

Peter:¿Qué pasó?  –pregunté asustado–

Nico:Amaneciste más horrible que ayer con esa nariz hinchada

Es cierto, mi nariz estaba hinchada y me dolía como no tienen idea. Reí junto a él y luego de varios minutos entramos clases.

La mañana transcurrió normalmente aburrida. Ya estábamos en la hora del almuerzo. Al caminar por los pasillos, todos me miraban y murmuraban. Era obvio el porqué

Nico:Creo que todos saben el derechazo que te dio tu muñeca –dijo en tono de burla–

Peter:Esa mina me las va a pagar –dije algo molesto, debido a todas las miradas que recibía–

Nico:Es bastante ruda, yo que vos no la molestaría más

Peter:Es solo una mina con mal carácter –le dije– Y no te conté lo peor de todo esto

Nico:¿El qué?

Peter:Esa "mina ruda" –dije entre comillas– Es mi vecina

Nico:¡¿QUÉ?! –preguntó sorprendido deteniendo su paso. A veces era muy dramático– Esa mina que tiene un buen derechazo y tiene la mejor cola que todo el instituto es tu vecina? –preguntó mientras comenzaba a caminar–

Peter:Así es

Nico:Que suerte que tenes man –dijo mientras me daba una palmada en la espalda–

Peter:¿Suerte? ¿Le llamás suerte a tener que verle la cara a la mina que me rompió? ¿A la que no soporto?

Entré a la cafetería, me serví mi comida y caminé hacia la mesa en la que estaba Agus, junto a los otros chicos.

Nico:¿Acaso olvidas que es hermosa y que es una mina de carácter difícil? –preguntó–Peter, es un buen entretenimiento y agradece que tu vecina está así de buena, yo por el contrario tengo una que se parece a la vieja de los gatos de los Simpsons

No podía negarlo, Lali no estaba nada mal, tal vez Nico tiene razón, tenía suerte de que mi vecina estuviera buena y de que tuviera la mejor cola que el resto de las minas del instituto.

Xxx:¿Así que es cierto? –dijo Victorio D' Alessandro mientras se acercaba a nuestra mesa–

Victorio D'Alessandro era otro de los chicos populares del colegio, al igual que yo. Nuestra relación no es precisamente una de amistad.

Peter:¿Qué queres Victorio? –pregunté rodando los ojos–

Vico:Sólo quería comprobar los rumores que circulan por el colegio –contestó– Y al parecer es cierto –dijo con una sonrisa burlona–

Peter:Andate Vico –dije un poco molesto–

Vico:No puedo creer que una mina de primer año le rompiera la nariz a Peter Lanzani, el chico que se hace pasar por el más rudo de acá –dijo mientras reía con sus amigos–

Me paré de la silla para estar a su altura.

Peter:Lo que pasa D'Alessandro es que yo no golpeo a las nenas –dije molesto– Pero con vos puedo hacer una excepción

Vico:¿Me estás diciendo nena Lanzani? –preguntó con una mueca desafiante–

Peter:Exactamente –contesté desafiante acercándome a él–

Estaba dispuesto a golpearlo ahí mismo.

Xxx:Disculpen, pero están estorbando la cola de la fila y tengo hambre así que ¿me harían el favor de moverse? –nos interrumpió una figura que intentaba pasar entre medio de nosotros–

Esposito.

Vico:Pero miren a quien tenemos acá –dijo mirándola– Justamente estábamos hablando de vos preciosa

Lali:¿A sí? –preguntó confundida– ¿Y de qué estaban hablando? –volvió a preguntar–

Vico:De cómo le rompiste la nariz a Lanzani –contestó el idiota–

Lali comenzó a reír. Y yo no le veía la gracia.

Lali:Fijate vos... debo decir que fue muy sencillo –dijo mientras miraba mi nariz y reía–

Vico:Me cae muy bien esta mina –dijo riendo–

¡Genial! ¿Ahora esta flaca iba hacer amiga de mi enemigo? Solo eso me faltaba.

Lali:Bueno si me disculpan, tengo hambre –volvió a decir mientras continuaba su camino hacia la fila de la cafetería–

Esposito, no sabes con quien te metiste.

Vico:Bueno, un placer hablar con vos Peter, ahora sí me disculpas me tengo que ir

Xxx:Seria un placer que esa mina me rompiera mi nariz –dijo Agus otro de mis amigos, el cual estaba parado detrás de mí–

Peter:¿Pero qué mierda les pasa a ustedes? –pregunté molesto–


***

Sonó la campana la cual indicaba que debíamos entrar a clases. Tenia clase de literatura, la detestaba, así que decidí saltarla.

Quería entretenerme un rato, así que llamé  Martina. ¿Qué mejor manera de entretenerme con Tini? Ella era una mina de segundo año, al igual que yo, era una de las más populares del colegio y una de las más fáciles.

Tini:¿Me buscabas precioso? –preguntó mientas se acercaba seductoramente hacia mí con su vestido, que dejaba ver sus piernas–

Peter:Así es preciosa –contesté–

Estábamos en el gimnasio del colegio. Comencé a besarla como lo hacía muy seguido. Se sentó a horcajadas sobre mí, provocando que el vestido que llevaba puesto se le subiera.

Comencé a sobar sus piernas y a besarla apasionadamente. No sentía nada por Tini, no sentía nada por ninguna mina. Solo las usaba para el entretenimiento.

Estaba muy entretenido con ella cuando de repente escucho unos libros caerse. Suelto la boca de Tini y observo a la morocha que nos miraba sorprendida.

¡Genial!

Xxx:Lo siento –dijo la morocha–

Estaba claro que no lo sentía.

Peter:¿Tenias que ser vos Esposito? –pregunté enojado–

Martina se bajó de mis piernas y se acomodó su vestido.

Tini:Te veo luego Pitt –dijo retirándose del gimnasio–

Lali:No sabía que estaban acá –se disculpó–

Peter:Pues la próxima vez, no entrés

Lali:Pues la próxima vez –dijo copiando mis palabras– No tengas una aventura sexual con una de tus putas en el gimnasio

¿Pero qué se creía ésta mina?

Peter:Yo hago lo que quiera, cuando quiera y con quien quiera –dije acercándome a ella–

Lali:Pues yo voy a dónde quiera y cuando quiera –dijo en tono desafiante–

Me acerqué a ella hasta acorralarla en la pared. Puse mis manos sobre ambos lados de su cabeza y miré sus labios.

Lali:Alejate de mi Lanzani –dijo algo nerviosa–

Peter:¿Y si no quiero muñeca? –pregunté acercándome más a su rostro–

Lali:Te patearé las bolas y te quedarás sin el día del padre –contestó enarcando las cejas–

¿Dios mío pero que tiene esta chica contra a mí?



El quinto capitulo chicas! ¿Habrá beso al final o habrá un dolor en las partes íntimas de Peter? Besos a todas y gracias por LEER y COMENTAR ❤






lunes, 27 de abril de 2015

4° AMANDOLO/A SIN SABERLO ❤



   CAPITULO 4:




Cuenta Lali

Estaba sentada leyendo mi nuevo libro "No Sonrías Que Me Enamoro" cuando escucho la voz dulce y bonita de mi amada madre (nótese mi sarcasmos) llamarme desde el living.


Majo:¡Lali! –gritaba una y otra vez–

Lali:¡Ahí voy! –grité más fuerte para que me escuchara o si no iba a continuar llamándome cómo loca–

Bajé las escaleras y vi a mi madre parada en la puerta hablándole a alguien.

Majo:No espera, ya mismo baja, no te vallas

Xxx:Es que recuerdo que tengo que irme a... em... tengo que ir a ayudar a mi mamá –decía una voz conocida–

¿Quién mierda será?

Lali:Acá estoy

Majo:¡Al fin! Mira que ya el chico tenía que irse y vos no bajabas

Miré por encima de su hombro y mis ojos se abrieron cómo platos, al ver quién estaba parado en la puerta.

Majo:Lali, él es Peter, nuestro vecino –dijo señalando al idiota–

¿Mi qué? No esto no puede ser cierto ¡Mi vecino es el pibe al que le rompí la nariz!

Laliter:¡¿VOS?! –dijimos los dos al mismo tiempo–

Éste al parecer estaba tan sorprendido como yo.

Majo:¡Qué bien! Ya se conocen –dijo muy entusiasmada a mi parecer–

Madre será que cierres la boca.

Peter:Sí –contestó el tarado– Ya tuve el placer de conocer a ésta educada señorita que me rompió mi nariz –dijo sonriendo, para fastidiar su rabia–

Majo:Espera, que pasó acá? –preguntó observándome–

Lali:Lo que pasa mamita hermosa, es que el tarado acá presente intentó fastidiarme el primer día de clases y le di su merecido –contesté con una sonrisa triunfadora–

Peter:Yo solo le dije muñeca –dijo en su defensa–

Lali:¡Ohh! ¡Qué bien! Además de tarado, mentiroso

Majo:¡Ey! Respeta Mariana

Peter:¿Mariana? –preguntó confundido–

Majo:Así se llama, pero le decimos Lali –le explicó sonriendo–

Lali:¡Mamá! –exclamé molesta–

Peter:Bueno será mejor que me retire –dijo mirándome– Disfruten las galletas, muñequita –dijo mientras me guiñaba un ojo y nos daba la espalda para marcharse–

Maldito idiota.

Pero esto no se quedará asi Peter Lanzani, te equivocaste con Lali

Cuando Lanzani se fué, mi madre estuvo dándome sermones toda la tarde. Esto ya era insoportable.

Majo:¡Ni siquiera ha pasado un día y ya tenés problemas en la escuela Mariana Esposito! –dijo enojada– ¿Golpear a un chico? ¡Lali eso es para hombres no para señoritas! –y así continuó toda la tarde–


***

Sonó el despertador a las 06:00 am

No quería despertarme ni levantarme de mi calentita y hermosa cama, pero lo tenía que hacer. Tomé una buena ducha caliente y luego salí envuelta en una toalla para buscar mi ropa. Luego de un largo rato me decidí por unos Jeans ajustados y una blusa sencilla azul celeste y manga larga ya que aún se notaban las marcar en mis muñecas.

Esas marcas de mi pasado que tanto me dolía recordar. Esas voces aún sonaban en mi cabeza.

"Boluda"

"Fea"

"No servís"

"Sos horrible"

Fuí una cobarde, no actúe como debía. Sólo me refugié en un par de navajas ¡Pero ya no! Esta nueva Lali seguirá adelante.

Majo:¡Lali!

Y ahí está la dulce voz de mi madre en la mañana.

Bajé las escaleras ya lista para tomar mi desayuno.

Majo:Buen día –dijo alegre–

Al parecer estaba de un buen humor hoy.

Lali:Buen día –contesté–

Majo:Lali cariño, quiero que te lleves bien con nuestro vecino, así que organicé una cena esta noche para que arreglemos las cosas

¡¿QUÉ?!

Lali:¡No! –contesté rápidamente– No mamá por favor no me hagas esto –dije casi rogándole–

Majo:Lo siento hija, ya está decidido –dijo– Me comuniqué con los señores Lanzani anoche y estuvieron de acuerdo conmigo

Lali:¿Acaso me odias? –pregunté enojada–

Majo:No seas ridícula Lali –contestó– es para que tengas un amigo

Lali:¡No necesito amigos! –exclamé molesta–

Majo:Sí los necesitas Lali –dijo– No podés cerrarte en el mundo cariño –contestó con un tono de preocupación–

Lali:No puedo confiar en nadie

Majo:Deja el pasado atrás mi amor. Comenzá de nuevo tu vida, con nuevos amigos, con nuevas personas

Lali:¡NO! –dije por última vez y tomé mis cosas y me subí al auto esperando a que me llevara a la escuela–



Uuuuuuh!! Se viene una cena entre las familiias! ¿Qué pasará en esa cena? ¿Por qué Lali no puede confiar en nadie? Y peor aún... ¿Que la llevó a hacerse esas marcas en las muñecas?. Gracias por los comentarios que dejan, aunque son poquitos!  ❤ 

PD:Hoy les subí mas temprano porque vi que pasamos los 10 comentarios :)


viernes, 24 de abril de 2015

3° AMANDOLO/A SIN SABERLO ❤



   CAPITULO 3:




Cuenta Peter


Minutos antes...


Xxx:¡Psss! Peter –me llamaba mi amigo desde el asiento de atrás–

Estaba en la clase de matemáticas. Me volteé para verlo.

Peter:¿Qué querés Nico? –pregunté–

Nico:Oí que hay una mina nueva –contestó–

Peter:¿Y qué me importa? –volví a preguntarle–

Nico:Qué dicen que es linda –respondió y sonreí de medio lado–

Carne fresca para Peter.

Pofesora:¡Señorito Lanzani, hágame el favor de hacer silencio –me ordenó la profesora molestandose–

Luego de 30 minutos gracias a Dios sonó el timbre del almuerzo.

Nico:¿A dónde vas? –preguntó mi querido amigo de ojos azules mientras íbamos por el pasillo–

Peter:Quiero conocer a esa mina nueva que llegó –le contesté–

Nico:Debe de estar en la cafetería

Peter:Entonces vamos a la cafetería

A pesar de que era un colegio bastante grande, conocía a todos los estudiantes, gracias a mi popularidad

Observé la fila y vi a una mina diferente. La nueva.

Peter:¿Esa es? –le pregunté a Nico mientras señalaba a esa hermosa mujer, acompañada de un nerd de primer año–

Nico:No sé, creo que sí –contestó– pero boludo está buenísima

Peter:Creo que debemos saludarla –dije sonriendole a mis amigos–

Esperé a que saliera de la fila y me le atravesé en su camino solo para que se le callera su bandeja. Lo hacía la mayoría de las veces para intimidar a las minas, era algo así como ritual. Pero esta vez resultó ser diferente.

Xxx:¡Mierda! –exclamó enojada– ¿Acaso no mirás por dónde caminás? –se notaba que estaba molesta–

Peter:¡Oh! Disculpame –estaba claro que mis dilculpas no eran sinceras- No te había visto, muñeca -dije mientras reía–

Xxx:No me digas muñeca, tengo un nombre y es Lali

Así que se llamaba Lali. Lindo nombre para una linda chica.

Peter:Ok, muñeca -dije solo para molestarla- ¿Así que sos vos la mina nueva?–pregunté divertido mientras miraba al nabo del nerd para que saliera corriendo, lo cual hizo–

Lali:No te importa –respondió algo molesta–

Peter:¡Uhhh! Parece que tu camisa no tendrá arreglo, con esa mancha sobre ella, Lali –dije haciéndole burla con el nombre y señalando su camisa con mi dedo índice–

Lali:Sos un imbécil

Peter:¿Acaso escuché bien muñeca? ¿Me dijiste imbécil? –pregunté dándole una oportunidad de que se arrepintiera de lo que dijo–

Lali:Sí –contestó enarcando una ceja–

Peter:Quién sos vos para decirme eso? –pregunté molesto–

Lali:Lali Esposito –contestó con una sonrisa hipócrita–

Esto de intimidarla no me estaba funcionando

Peter:Pues dejame decirte algo Lali Esposito, será mejor que no te metas conmigo o puedo hacer de tu vida un infierno –dije–

Y era cierto, haría de su vida un infierno. Pero al parecer eso a ella no le preocupaba en lo más mínimo.

Lali:Dejame decirte algo yo también –dijo molesta- Me importa una mierda tus amenazas–

¿De dónde había salido esta mina?

Nico:Será mejor que la dejes en paz amigo –dijo detrás de mis espaldas como buen cobarde que era–

Ignoré su comentario y me concentré en esa ruda chica.

Peter:¿Sabés quién soy? –pregunté desafiante–

Lali:Sí -contestó- Sos un tarado que tiene que estar rodeado de sus otros amigos tarados e insultar a chicas nuevas solo para que te acepten

Iba a contestarle pero me interrumpió.

Lali:¿Y sabés quién soy yo? –preguntó–

Iba a responder pero nuevamente me interrumpió.

Lali:Soy la que haré de tu cara un mierda, su no me dejás en paz

Espera ¿Qué? ¿Acaso esta linda chica había dicho eso?

¡Wow! Cada minuto me sorprende más.

Todos en la cafetería comenzaron a decir el típico ¡Uhh! Incluido Nico.

Solté una carcajada.

Peter:¿Y cómouna muñeca cómo vos podría hacer eso? –pregunté–

Lali:¿Querés comprobar? –preguntó acercándose más a mí–

Peter:Solo sos una muñeca pelotuda –dije sonriendo– Y mi nuevo pasatiempo, será recordártelo todos los días, en frente de todos

¡Oh sí! Ella seria mi nuevo pasatiempo.

Me distraje un poco con mis pensamientos y no vi cuando ésta cerró su puño para golpearme.

Sí, así como lo leen... Peter Lanzani acaba de ser golpeado por una una mina...

Peter:¡¿Pero que mierda te pasa?! –pregunté algo asombrado–

¡Mi nariz estaba sangrando!

Lali:Eso es para que no te metas conmigo –contestó–

Luego de golpearme de esa manera, solo siguió caminando como si no hubiese pasado nada.

Todos en la cafetería me miraban asombrados.

Las ganas de perseguirla y golpearla no me faltaban, pero era un caballero. No iba a golpear a una mina. Si aunque no lo crean, Peter Lanzani es un caballero.

Pero esto no se quedará así. Esta chica me las pagará. Su vida será un infierno, me encargaré de eso.

Fuí a la enfermería y me curaron? Según Paz la enfermera mi nariz estaba rota, pero sanaría pronto.


***

Peter:¡Llegué –grité mientras entraba a mi casa–

Xxx:¡Peter! –gritó mi madre desde la cocina– Estoy preparándole la comida a tu hermana, vení

Fuí a la cocina y allí estaba mi madre junto a Valen, mi molestosa y linda hermanita.

Peter:¿Dónde está Juan Pablo?

Juan Pablo era mi papá.

Mi madre rodó los ojos.

Claudia:Tu papá Peter, tu papá –dijo molesta, ya que le molestaba que los llamara por sus nombres–

Peter:Sí, mi papá ¿dónde está? –volví a preguntar–

Claudia:Aún no ha llegado, está trabajando –contestó mientras le daba a Valen–

Mi madre aún no se había volteado y daba gracias a Dios por eso. No quería que me viera a sí.

Peter:Ok –dije y me volteé para dirigirme a mi habitación–

Valen:Mami, ¿qué le pasó a Peter en su nariz? –escuché a mi molestosa y linda hermanita preguntarle a mi madre–

Ay no...

Claudi:Peter, volteate –ordenó mi madre preocupada–

Me volteé y abrió los ojos como platos.

Claudia:¿Qué te pasó en la nariz?

Peter:Nada –contesté–

Claudia:¡¿Cómo que nada?! ¡Mira cómo está! —exclamó preocupada mientras se acercaba a mí–

Peter:Me caí –dije intentando que me creyera–

Obviamente no iba a decir que una chica me había dejado la nariz así.

Claudia:Eso no es cierto. ¡Una caída por más fuerte que sea, no te va a dejar la nariz así! ¡La tenés rota!

Peter:Ya Claudia, fue una caída me creas o no –dije algo fastidiado–

Claudia:¡No soy Claudia! ¡Soy tu mamá Juan Pedro! –rodé los ojos–

Peter:Pues decime vos hijo y no Peter o Juan Pedro –le dije y me retiré, dejándola algo molesta–

Entré a mi habitación y me di una larga ducha. Mi nariz me dolía a los mil demonios. Esta chica tenía una buena derecha.

Luego de una hora aproximadamente, escucho que nuevamente mi madre llama.

Claudia:Peter, bajá a la cocina

Bajé a la cocina y la vi colocando unas galletas en una canasta.

Peter:¿Qué querés Claudia?

Me miró furiosa por llamarla así.

Claudia:Cómo no fuiste a recibir a las nuevas vecinas ayer, andás hoy y les llevás galletas

Peter:¡¿Qué?! ¡No! Ni lo pensés

Claudia:Ok, si no lo hacés, le diré a tu papá que no te compre el auto que tanto querés –dijo tranquilamente–

Peter:Ok, dame esas galletas –dije rendido–

Crucé la calle y me detuve en la casa de las vecinas y toqué el timbre.

Xxx:¡Ya voy! –gritó una mujer–

Me abrió la puerta con una gran sonrisa.

Peter:Hola –saludé– Soy el hijo mayor de los Lanzani, Peter

Xxx:Ahh, con que vos sos Peter –dijo con una sonrisa–

Peter:Sí, y acá les traigo unas galletas,  ya que ayer no pude venir a recibirlas –intenté sonar lo más amable posible–

Xxx:Muchas gracias, Peter. Yo soy Majo, llamaré a mi hija para que baje a conocerte. ¿Sabés? Tiene casi tu misma edad, 16 años tiene

Interesante. Quizás sea una chica linda y pueda disfrutar un rato con ella.

Majo:¡Lali! –gritó–

Un momento... ¿Lali? No puede ser la misma Lali que conozco ¿O sí?




¿Qué pasará cuando se reencuentren? 
¿Les está gustando? Espero quee siii! Beesoos!  ❤ Quiero cooomentariios!


jueves, 23 de abril de 2015

2° AMANDOLO/A SIN SABERLO ❤



   CAPITULO 2:



Cuenta Lali

El despertador sonó a las 06:00 am

¡Mierda! No quiero levantarme de mi cama. 

Me levanté, algo perezosa y me dirigí al baño para alistarme. Salí del baño envuelta en una toalla. Busqué en mi placar y luego de tanta búsqueda, me decidí por una pollera azul pastel, una camisa blanca de manga larga para tapar mis muñecas y mis converses blancas. Solté mi largo cabello castaño oscuro y me apliqué un poco de maquillaje en mis ojos marrones.

Majo:¡Lali! –me llamaba para bajar a desayunar–

Tomé mi mochila y bajé a la cocina.

Lali:¡Umm! huele bien –dije mientras observaba que mi madre cocinaba–

Majo:Acá tenés cariño –dijo mientras colocaba el plato en la mesa–

Luego de terminar mi desayuno estaba lista.

Majo:Bueno, ¿tenés todo? –preguntó mirándome–

Lali:Sí, ya estoy lista –respondí–

Majo:Muy bien, pues vámonos

Nos subimos al auto para ir al colegio y llegamos unos 5 minutos después.

Me despedí de mi madre y bajé del auto. Me coloqué mis audífonos. Beyoncé sonaba en mis oídos.

Mientras caminaba por los pasillos buscando mi casillero, muchas personas volteaban a verme, seguro es porque soy la chica nueva y llegué a mitad de semestre.

Encontré mi casillero. Coloqué algunos libros en éste y me dirigí a mi primera clase, Biología.

Al entrar al salón, la mayoría de los estudiantes ya estaban sentados en sus lugares y el profesor había comenzado a dar la clase.

Entré algo avergonzada.

Profesor:Buenos días. ¿Su nombre es? –preguntó mientras buscaba en su hoja de registro–

Lali:Lali, Lali Esposito –contesté–

Profesor:Muy bien Lali, toma asiento –dijo mientras señalaba una mesa de los asientos, uno de éstos ocupados por un chico–

Me dirigí al asiento al lado del chico y me senté.

Xxx:Hola Lali –dijo el chico de ojos verdes a mi lado mientras extendía la mano en forma de saludo–

Lali:Hola... –me quedé esperando a que dijera su nombre–

Xxx:Oh sí, mi nombre es Gastón Dalmau

Lali:Mucho gusto Gastón –dije con una sonrisa–

Gastón:El gusto es mío Lali –dijo devolviéndome la sonrisa para luego continuar atendiendo a la clase–

Por lo general, la clase de Biología me gustaba mucho, pero este maestro me aburría.

Se hicieron las 12 delmediodía.

Entre a la cafetería escolar la cual estaba bastante llena, acompañada de Gastón. Este pibe me estaba cayendo super bien, además de que es muy lindo.

Me detuve en la fila para esperar. Tomé mi bandeja y me serví mi comida, si es que a una cosa pegajosa acompañada de lo que parecía ser un trozo de carne, se le podía llamar comida. Pero bueno, era eso o nada.

Gastón:Esto es asqueroso –dijo a mi lado mientras buscábamos donde sentarnos–

Reí ante su comentario.

Lali:Sí, lo es –dije–

Mientras caminábamos por la cafetería buscando donde sentarnos. Un tarado tropezó conmigo, provocando que la comida de mi bandeja callera sobre mi camisa blanca.

¡Genial!

Alcé la vista con odio y con ganas de romperle la cara al tarado que hizo esto.

Era un chico de piel morena, alto, de ojos verdes, con un lunar sobre la mejilla que le quedaba hermoso. Esto no mostraba ninguna señal de arrepentimiento. Pero habia que admitirlo, era bastante lindo, pero ya tenía ganas de golpearlo.

Lali:¡Mierda! –exclamé enojada– ¿Acaso no mirás por donde caminás?

Xxx:¡Oh! Disculpame –dijo hipócritamente con una sonrisa de medio lado– No te había visto, muñeca –dijo entre risas, mientras sus pendejos amigos reían junto a él–

¿Pero que se cree éste para llamarme así?

Lali:No me digas muñeca, tengo un nombre y es Lali –dije molesta–

Xxx:Ok, muñeca –dijo mientras miraba a Gastón, el cual salió prácticamente corriendo de la cafetería dejándome sola con este idiota–

Qué cobarde.

Xxx:¿Así que sos vos la mina nueva? –preguntó al ver mi cara de furia–

Lali:No te importa –respondí algo molesta–

Xxx:¡Uhh! Parece que tu camisa no tendrá arreglo, con esa mancha de carne sobre ella, Lali –dijo mi nombre en burla y señalando mi camisa con su dedo índice–

Lali:Sos un imbécil

Un imbécil bastante bonito  –dijo mi subconsciente–

¡Callate! –le respondí–

Xxx:¿Acaso escuché bien muñeca? ¿Me dijiste imbécil? –preguntó colocando una mano detrás de su oreja e inclinándose para escuchar mejor–

Lali:Sí –contesté orgullosa–

Xxx:¿Quién sos vos para decirme eso? –preguntó molesto–

Lali:Lali Esposito –contesté burlonamente–

No iba a dejar que me intimidara.

Xxx:Pues dejame decirle algo Lali Esposito, será mejor que no te metas conmigo o puedo hacer de tu vida un infierno

Lali:Dejame decirte algo yo también –dije más molesta– Me importa una mierda tus amenazas

Xxx:¿Sabés quién soy? –preguntó–

Lali:Sí –contesté– Sos un tarado que tiene que estar rodeado de sus otros amigos tarados e insultar a chicas nuevas solo para que te acepten

Éste frunció el ceño. Abrió la boca para decir algo, pero yo lo interrumpí.

Lali:¿Y vos sabés quién soy yo? –pregunté sonriendo hipócritamente–

Éste enarcó las cejas y cuando iba a responder lo interrumpí nuevamente.

Lali:Soy la que haré de tu cara una mierda, si no me dejás en paz

Al decir esto todos en la cafetería comenzaron a decir ¡Uhh!

Esto se estaba poniendo interesante.

Xxx:–soltó una carcajada– ¿Y cómo una muñeca cómo vos podría hacer eso? –preguntó con una sonrisa en los labios–

Lali:¿Querés comprobar? –pregunté acercándome más a él–

Xxx:Sólo sos una muñeca pelotuda –dijo sonriendo– Y mi nuevo pasatiempo, será recordártelo todos los días, en frente de todos

Y esa fue la gota que derramó el vaso.

No iba a permitir que me humillara y mucho menos en mi primer día de clases.

La rabia desbordaba por mí rostro.

Le di un fuerte golpe en su nariz con mi puño cerrado.

Xxx:¡¿Pero que mierda hacés?! –exclamó asombrado mientras se tocaba su nariz–

Al parecer se la rompí, y me sentí bastante orgullosa de eso.

Lali:Eso es para que no te metas conmigo boludo –dije muy orgullosa–

Salí de la cafetería con todas las miradas sobre mí. Así se rompe una nariz al estilo Lali.


Uuuuuh!! Como empezaron estos dos!  De entrada NOSOTRAS sabemos que es Peter, pero "Lali" no, así que hasta que no lo sepa seguira con las 3 X ❤

PD:Muuuuuuy pocooos comentarios!!




miércoles, 22 de abril de 2015

1° AMANDOLO/A SIN SABERLO ❤



   CAPITULO 1:



Cuenta Lali

Ya no tenía idea de que música poner en mi celular, en el camino prácticamente había escuchado todas las que tenía. Me decidí por Demos de Imaginé Dragons.

Lali:¿Cuando llegamos? –le pregunté a mi madre, la cual estaba manejando el auto y se le notaba algo molesta–

Majo:¡Mariana! –dijo molesta– Deja de preguntar cuando llegamos, solo escucha tu música y a mí dejame manejar en paz

No soportaría una hora más sentada en este auto. No sentía mis piernas y mi trasero comenzaba a dolerme. Estaba aburrida así que comencé a cantar.

Lali:when you feel my Heat look into my eyes, it's where my demons hide, it's where my demons hide 

La verdad era que esta canción era una de mis favoritas, me identificaba mucho con ella, pero sólo la cantaba para irritar más a mí madre y al parecer lo logré.

Majo:¡Mariana! –gritó mientras detenía el auto– ¡Por favor! ¿Me harías el favor de callarte de una vez? –gritó molesta y volvió a acelerar el auto– 

Yo solo rodé los ojos, odiaba que me llamaran por mi nombre pero no iba a discutir con ella ya que sería un caso perdido, ambas éramos muy orgullosas. Subí la música de mi celular y continúe observando por la ventana. Creo que estamos llegando a nuestro destino por el cartel que decía: Bienvenido a Belgrano.

Mi madre y mi padre se separaron, por esta razón mi madre se decidió mudar a Belgrano. Me gustó la idea de mudarme, no soportaría seguir viviendo en Tigre. Miré mis brazos y observé las marcas, esas marcas que cada vez que las veía mostraban lo cobarde que pude llegar a ser. Bajé las mangas de mi camisa para no verlas y no acordarme de lo que ahora sería mi pasado. No volvería a dejarme humillar por nadie ¡jamás!

Majo:Llegamos –dijo mientras detenía su auto–

Lali:Ya era hora –dije algo aliviada–

La casa era enorme y hermosa, estaba rodeada de muchas cosas, al parecer tendría muchos vecinos y no se si eso era bueno.

Majo:Hogar dulce hogar –dijo mientras entraba en la casa–

El camión de la mudanza ya había llegado y comenzaron a acomodar las cajas dentro de la casa. Mi madre corría de lado a lado dando indicaciones de donde podían colocar las cajas.

Subí las escaleras para escoger mi habitación. Escogería la más grande ya que quería estar cómoda en mi nuevo hogar.

Majo:¡Lali! –me llamó desde la sala–

Bajé las escaleras y vi a mi madre en la puerta hablando con unas personas.

Me acerqué a ellos.

Majo:Lali, ellos son nuestros nuevos vecinos y vinieron a darnos la bienvenida –dijo señalando a los que estaban parados en la puerta–

Xxx:Mucho gusto Lali, somos los señores Lanzani. Él es Juan Pablo, yo soy Claudia y esta es nuestra pequeña Valentina –la señora señaló a su pequeña nena con una gran sonrisa–

Observé a aquella familia. La nena tenía unos seis años, era rubia, de piel blanca y ojos verdes, se parecía mucho a su mamá. El padre por el contrario tenía la piel morena y ojos verdes también.

Lali:El gusto es mío –dije devolviéndole la sonrisa–

J.Pablo:¿Así que solo tenés una nena? –preguntó el señor–

Majo:Sí y por lo visto ustedes también –contestó con una sonrisa–

J.Pablo:No, también tenemos a un chico de 17 años, su nombre es Peter, pero no está con nosotros porque se sentía un poco mal y no pudo recibirlas –dijo el señor Lanzani–

Majo:¿Escuchaste Lali? Solo te lleva un año más de edad, quizás se lleven bien –dijo algo entusiasmada–

Claudia:Sí y de casualidad estudia en el mismo colegio en el que Lali comenzará –dijo igual de entusiasmada que mi madre–

Valen:No lo creo —dijo la pequeña– Peter es un amargado, no creo que quiera conocer  a Lali ya que se negó a recibirlas hoy

Los señores Lanzani la miraron seriamente y luego nos miraron a mi y a mí madre avergonzados 

¿Así qué el tal Peter es un antisocial?

Claudia:Lo que Valentina quiso decir fue que Peter se sentía mal y no pudo recibirlas –nos dijo intentano ser amable y arreglar lo que la pequeña Valentina había dicho–

Majo:Está bien, lo conoceremos en otra ocasión –les dijo sonriendo–

Claudia:Bueno pues, las dejamos para que continúen acomodando sus cosas –dijo sonriendo– Y bienvenidas a Belgrano 

Majo/Lali:Adiós –dijimos al unisono mi madre y yo–

Pero que chico tan tarado. Aún no conocía a ese tal "Peter" y ya me caía muy mal. Que grosero de su parte el no querer recibirnos.

A la noche, ya tenía la mayoría de mis cosas acomodadas en mi cuarto. Tenía que acostarme temprano ya que mañana comenzaría en mi nuevo colegio.

Recordé el pasado, esos días en los que me humillaron. Tenía miedo a pasar por todas esas cosas de nuevo. Pero ya no soy la misma boluda e inmadura Lali, ahora soy mucho más madura y créanme, que mucho más fuerte.

Me acosté en mi hermosa cama, la cual era bastante cómoda. Al rato me quedé dormida. 



El primer capitulo chicas, posiblemente les haya parecido aburrido, pero veran cómo irá la novela. Beeesooos ❤



lunes, 20 de abril de 2015

AMANDOLO/A SIN SABER ❤


SINOPSIS
                          
Todos tenemos un pasado. Un pasado que queremos dejar atrás y olvidarnos de él. Vivir únicamente el presente. Pero no es tan fácil, no cuando has sufrido por ese sentimiento llamado "amor", no cuando has sufrido el bulliyng desde pequeña, no cuando te han usado para una apuesta y han roto tu corazon y no cuando has intentado quitarte la vida.

Hoy, con Majo (mi madre), nos mudabamos a Belgrano un pueblo de Buenos Aires, para comenzar una nueva vida juntas sin el hombre que se hace llamar "Mi Padre" .

Pero algo o mejor dicho ALGUIEN me lo impide. 

Peter lanzani es mi nuevo y sexy vecino, es lindo, arrogante, superficial y con un ego más grande que su casa la cual es gigantesca, está loco si piensa que voy a caer a sus pies como las miles de gatos que pisan su cama cada noche.

Soy una chica con un carácter bastante fuerte y JAMÁS me enamoraria del tarado de mi vecino.

No creo en el amor, no después de haber salido así, lastimada.

Soy Mariana Esposito, pero todos me llaman Lali. Tengo 16 años y van a leer mi historia, una historia de mi vida algo complicada.


La nueva sinopsis de la nueva novela! espero que me apoyen también en esta nueva historia. ❤ 

domingo, 19 de abril de 2015

AVISO

AVISO



Cambiaré el nombre del grupo a: Novelaslaliteer2015.blogspot.com HOY a las 00:00 PM Hora canaria (españa). 

Dejen sus correos en los comentarios para pasarles el blog por ahí en caso de que no lo encuentren! Si no mandenme un correo a mi email: tu.nenita.1994.cat@Gmail.com 

Beesoos ❤ ❤ ❤ 

jueves, 16 de abril de 2015

EPÍLOGO: ENAMORADA DEL CHICO "MALO" ❤


EPÍLOGO 





El primer paquete llegó dos meses después. Lo encontré sobre la encimera de la cocina con el resto del correo. Me extrañó que no llevara remitente y estuve a punto de no abrirlo, pero al final mi curiosidad se impuso y tiré de la solapa del sobre. Del interior extraje un iPod y lo que parecía ser una carta. El papel tembló entre mis manos en cuanto leí la primera frase: Hola, L.

Solo había una persona que me llamase así, ni Euge ni el resto solían emplear ese apodo conmigo y menos aún nadie de mi anterior vida. Abrí la hoja de nuevo e hice lo único que se me ocurrió: ir hasta el dormitorio de Peter y sentarme en su cama. Euge no había vuelto a alquilarlo. Creo que albergaba la esperanza de que su primo regresase, aunque este había abandonado las clases y nadie sabía dónde estaba, o eso me decían. Respiré hondo y releí el familiar saludo.

Hola, L.

Si te conozco bien, estarás en mi habitación. Espero que así sea, porque entonces es posible que no tires esta carta a la basura y olvides que la recibiste. Si aún sigues leyendo, conecta el iPod a los altavoces y escucha la primera canción. Solo la primera, por favor. Me tomé mi tiempo para asimilar aquel párrafo.  

¿Qué significaba aquello? Yo conocía de sobra la afición de Peter a ponerle banda sonora a su vida y a la mía durante el tiempo que estuvimos juntos, aunque mirando atrás me daba cuenta de que según avanzaba nuestra relación no había echado mano de ella tan a menudo como solía.

Me resigné e hice lo que me pedía. Los nervios apenas me permitieron atinar con los botones. Los primeros acordes de Crazy, de Aerosmith, llenaron la habitación y dejé de respirar por un instante. Mis ojos retornaron a la carta, ansiosa por desvelar qué trataba de decirme al obligarme a escuchar precisamente esa canción.

La noche que bailaste conmigo por primera vez sobre la barra del Marlon no imaginaba lo que vendría luego. Solo quería darte una lección, enseñarte que no debías contradecirme. ¡Qué equivocado estaba con vos! En el momento en que te plantaste frente a mí y tu mano descendió por mi pecho supe que estaba perdido. Había tanta fuerza en vos tantas ganas de luchar. Desde esa noche todo en lo que podía pensar era en cómo sabrían tus besos. Supongo que querrás saber dónde estuve los dos últimos meses, o igual andas maldiciendo entre dientes y no te importa en absoluto. No lo sé, nunca aprendí a prever tus reacciones, y aunque eso me encantaba, ahora me doy cuenta de que me inquieta que no llegues a leer estas palabras. Jamás me creí con derecho a nada, por lo que tampoco lo haré ahora. No quería que me importases, pero lo haces.

P.

Releí la carta al menos una docena de veces. No deseaba pensar, no quería avivar ningún tipo de anhelo, pero me di cuenta de que estaba sonriendo de forma estúpida y de que, por mucho que intentara evitarlo, Peter seguía anclado en mi corazón.

No informé a Euge de que había recibido noticias de Peter. Sus palabras me resultaron demasiado íntimas para compartirlas con alguien, aunque se
tratara de mi amiga. Continué mi día a día como si tal cosa, aunque en mi interior se había desatado una lucha titánica por el control de mis emociones. La duda ya no estaba en si sería sensata o cobarde, porque había optado por la valentía semanas atrás y me juré que nunca me arrepentiría de las cosas hechas sino de aquellas que dejara por hacer.

Mi ansiedad se debía al hecho de desconocer, como siempre, cuáles eran las intenciones de Peter. No pensaba dar nada por sentado. No obstante, había dicho que le importaba. Solo esperaba que fuera en la misma medida que él a mí.

Dos semanas más tarde apareció frente a mi puerta un mensajero con una carta certificada. Firmé el albarán de entrega y corrí de nuevo a su dormitorio. Entrar en él se me antojaba imposible el resto del tiempo, pero con una nueva carta en la mano me sentí valiente.

Pulsé el botón de reproducción para darme cuenta de que el siguiente tema era Something for the pain, de Bon Jovi. Una sonrisa asomó a mis labios cuando imaginé de qué iba a hablarme Peter en esa ocasión.

Hola, L.

¿La recuerdas? La noche en la que renuncié a mi deseo y te besé. En cuanto te vi entrar por la puerta pensé en marcharme del bar y, aunque aguanté, pasé toda la fiesta enojado por no ser capaz de hacerle frente a lo que sentía. Y vos terminaste por enojarte también, lo que fue peor aún porque estás preciosa cuando te enojas. Te prometo que al ver cómo hacías esfuerzos por respirar no pretendía aprovecharme, pero tenerte tan cerca… Parecías tan desvalida que me asusté, y no me preguntes, porque aún no sé en qué estaba pensando para lanzarme sobre vos. Me dije a mí mismo que no era una buena idea, que no saldría bien, pero creo que ya era demasiado tarde… Lo único que deseaba era estar con vos, que me conocieras y… que me quisieras. Porque, aunque tratara de negarlo, me estaba enamorando de vos. No quería anhelarte, pero lo hago.

P.

Respiré profundamente. Saber que Peter había empezado a sentir algo por mí incluso antes de que yo lo sintiera por él fue abrumador. Retuve las lágrimas en mis ojos y me forcé a no llorar. No ahora que mis recuerdos se superponían a los suyos, dándome una visión todavía más hermosa de nuestra relación.

Supongo que Euge debió percatarse de que algo ocurría porque, aunque no dijo nada, era difícil no darse cuenta de que se me escapaban sonrisas sin motivo y lo primero que hacía al llegar a casa era rebuscar entre el correo. Más de una vez la pillé observándome con el ceño fruncido y expresión pensativa. No podía asegurar que su primo no se hubiera puesto en contacto también con ella y estuviera al corriente de lo que se traía entre manos, pero por mi parte no deseaba compartirlo con nadie más.

Su siguiente carta tardó en llegar tan solo una semana. Era consciente de que representaba un avance, y tenía la sensación de que, a donde fuera que llevara la estrategia de Peter, los acontecimientos se estaban precipitando.

Inicié la siguiente canción, Suppose, de Secondhand Serenade.

Hola, L.

Echo tanto de menos a mi hermana. Cada día, cada hora. Solíamos escaparnos en multitud de ocasiones al Parque de las siete tetas. Nos tumbábamos sobre la hierba y nos quedábamos en silencio hasta que el sol se escondía tras los edificios. No necesitábamos hablar. No tenía en mente llevarte allí, solo quería sacarte un poco de quicio antes de regresar a casa, pero de alguna manera me encontré deseando saber si podía compartir contigo ese lugar. Sé que no resulté una compañía agradable, y sin embargo te quedaste conmigo y me hiciste sentir que todavía podía haber en mi vida algo bueno, aunque no lo mereciera. No quería echarte de menos a vos también, pero lo hago.

P.

Alcé la cabeza y me encontré con Euge.

Euge:¿Vas a contármelo? –preguntó–

Negué con un gesto.

Ella suspiró y se abrazó a sí misma, agarrándose los codos.

Euge:Sabes que podes contar conmigo para lo que quieras, ¿verdad? –dijo, y por su mirada supe que estaba conteniéndose para no interrogarme acerca de mi presencia en el dormitorio de su primo–

Estaba asimilando las confesiones de Peter y todavía me quedaba por descubrir qué me esperaba al final del camino. Si él volvía a mi lado… Me levanté de la cama y le dediqué una sonrisa tranquilizadora, era lo único que podía concederle por el momento.

A los tres días el mensajero al que ya conocía me entregaba otra carta. Le pregunté si sabía de dónde venían pero se dio la vuelta y salió corriendo escaleras abajo, sin esperar siquiera a que firmase el recibo. Me imaginé a Peter amenazándolo para que mantuviera la boca cerrada y se me escapó una carcajada. Sí, eso sería muy propio de él.

La melodía de Declaration, de David Cook, me envolvió. Me tumbé sobre el colchón, sabedora del momento al que correspondía.


Hola, L.

¿Me creerías si te dijera que aquella noche no pensaba que fuéramos a hacer el amor? Te deseaba tanto… pero me hubiera bastado con dormir a tu lado. Cuando apareciste en mi habitación iluminaste algo dentro de mí. No imaginas lo que supuso tenerte bajo mi cuerpo, que me permitieras hacerte mía. En ese momento exacto comprendí que era un pendejo afortunado, demasiado afortunado. Y empujé todos mis miedos a un rincón. Solo quería estar con vos, sentirte cerca. Gracias por permitírmelo.  He visto a mis padres. Estoy tratando de hacer las cosas bien, y hablar con ellos me ha ayudado a entender ciertas cosas. Voy poco a poco, L, tanto que a veces desespero y me hundo, y pienso que jamás podré merecerte. No encontrarás más canciones. Después de ese día no fui capaz de encontrar una adecuada para describir cómo me hacías sentir y todo lo que significabas para mí, y aún sigo buscándola… Solo deseo que sepas que he pensado mucho en todo lo que me dijiste la última vez que hablamos. Gracias por elegirme a mí. No quería…

P.

¿Qué era lo que no quería? Fulminé con la mirada a aquellos tres puntos suspensivos, como si así fueran a revelarme el resto de la frase.

El timbre hizo que pegara un bote sobre el colchón. Me puse en pie de un salto y me dirigí a la entrada. Mentiría si dijera que no se me pasó por la cabeza la idea de que fuera Peter el que me esperaba detrás de la puerta, pero cuando la abrí me encontré con Agus. No pude disimular mi decepción.

Agus:¿Llego en mal momento?

Lali:No, pasa, pasa –me aparté a un lado para dejarlo entrar y suavicé la expresión abatida de mi rostro–

Agus accedió al salón, pero no tomó asiento. Fue hasta la ventana y se quedó mirando el exterior. De madrugada había empezado a llover y ya no cesó durante todo el día. Muy de vez en cuando se escuchaba el retumbar
sordo de un trueno. La primavera había hecho su aparición cargada de agua y frío, y el final de mi aventura estaba cada vez más cerca.

Agus:Vine a por los apuntes –dijo girándose para mirarme–

Lali:¿Eh?

Mi mente estaba a años luz de allí y tardé un momento en comprender a qué se refería. Euge me había dejado una carpeta para que se la entregase a Cande cuando pasara a recogerla. Supuse que Agus, siempre tan atento, se habría ofrecido a venir en su lugar.

Lali:Están sobre la mesa de la cocina –le indiqué, invitándole a que fuera él mismo a cogerlos. Pero no se movió–

Ambos nos quedamos observándonos lo que no debieron de ser más de cinco segundos, pero eso bastó para que el ambiente de la sala se hiciera irrespirable.

Agus:¿Estás bien? –me preguntó finalmente–

Lali:Sí, claro –dije inquieta– ¿Por qué? ¿Ha pasado algo?

De repente desfilaron por mi mente un montón de posibles situaciones en las que Agus actuaría de una forma tan extraña y no me gustó, no me gustó en absoluto.

Lali:¿Euge está bien? ¿Cande?

Agus:Sí, sí –se apresuró a contestar y esbozó una de sus familiares sonrisas– Solo quería saber cómo lo llevas. No hemos hablado demasiado de… nada

De Peter, de eso era de lo que no habíamos hablado. Había descargado mi pesar en Euge, y ni siquiera ella sabía del todo cómo me sentía al respecto.

La preocupación de Agus parecía sincera, y yo era consciente de que me tenía tanto cariño como yo a él. Y con la reaparición de Peter en mi vida, aunque solo fuera por vía postal, sentí que al menos debía hacerle saber que no me había vuelto loca.

Lali:No ha sido fácil. No es fácil –me corregí de inmediato–

Fui a sentarme al sillón, subí los pies al asiento y me acurruqué contra el
reposabrazos. Él eligió una butaca frente a mí.

Agus:Me recordas mucho a mí –reflexionó en voz alta, y me pareció que ahora era él el que estaba muy lejos de aquella casa– Lo queres, ¿no es así? No es un simple capricho

Lali:Haría cualquier cosa por él, Agus, incluso dejarlo marchar –admití, porque eso era justo lo que me había visto obligada a hacer–

Sí, no sabía dónde estaba y había hecho todo lo posible para convencerlo de que no me abandonara, pero en el fondo sentía que lo que Peter me había pedido la noche en que me dejó era que le permitiera huir.

Agus:Tal y como imaginaba

Entrecerré los ojos con mi vista fija en las comisuras de sus labios, que se curvaban hacia arriba por mucho que intentara disimularlo.

Lali:Agus… –le advertí, poniéndome en pie de un salto–

Él dejo de ocultar su sonrisa y se acercó hasta mí para abrazarme.

Lali:Agus… –insistí, demasiado nerviosa–

Estaba segura de que pasaba algo, algo bueno, demasiado bueno para ser verdad.

Agus:Abajo –me susurró al oído– Corre

Me lo quité de encima con tanto entusiasmo que casi lo tiré al suelo y me precipité escaleras abajo antes de que pudiera decir nada más. No me di cuenta de que iba descalza hasta que, al salir del portal del edificio, el agua de la lluvia me mojó los pies. En casa siempre hacía calor, así que tan solo llevaba puesta una camiseta vieja y unos pantalones cortos. El contraste con el aire frío de la calle me puso la piel erizada. O tal vez fuera debido a que la moto de Peter estaba aparcada sobre la acera y él estaba sentado a horcajadas sobre ella.

Mis pulmones debieron anular el reflejo automático de hincharse para coger aire, porque estoy segura de que no estaba respirando. Mi corazón siguió su ejemplo y se detuvo unos instantes.

Él no me había visto. Tenía la cabeza agachada y el pelo le tapaba parte de la cara. Lo llevaba algo más largo y tan despeinado como siempre. Mi cuerpo me rogaba que me lanzara encima de él, pero me quedé paralizada. Me había imaginado en esta misma situación cientos de veces, y ahora que lo tenía ante mí ni siquiera era capaz de pronunciar su nombre.

La puerta se cerró a mis espaldas y el golpe atrajo su atención. Solo tardó una fracción de segundo en levantar la mirada. No obstante, fue suficiente para que el terror de creer que me encontraría con unos ojos vacíos se adueñara de mí. Pero lo que atisbé a través de ellos me sorprendió aún más.

Peter:Hola, L

No me moví ni contesté a su saludo, aunque me estremecí de pies a cabeza al escuchar el tono dulce pero firme de su voz. Solo él podía ser tan contradictorio.

Peter:Lo siento –añadió, cuando no respondí—

«Vamos, Peter puedes hacerlo mejor», pensé para mí.

Quería creer que estaba allí por mí, quería que me convenciera de ello. Y, sinceramente, aquello era una mierda de disculpa. Me crucé de brazos. Tenía las piernas heladas, pero aguanté sin inmutarme.

Peter:No encontré una canción, así que dejé de buscar –continuó, y no supe si eso era lo que quería escuchar– Pero no me he rendido

«Yo tampoco».

La determinación que había atisbado en sus ojos se fortaleció, arrancándole una sonrisa a su boca. Y, por contra, mi voluntad flaqueó.

Peter no pareció percibirlo. Se pasó las palmas de las manos por los vaqueros y extendió el brazo para tomar algo de detrás de la moto.

Peter:No la he tocado desde hace más de dos años –se excusó, rodeando con sus brazos una guitarra– Pero espero que tu canción suene tal y como lo hace en mi mente

No me había repuesto de la sorpresa de verlo con la guitarra apoyada contra su pierna y él ya estaba rasgando las cuerdas. 

Yo había visto infinidad de veces el instrumento en su dormitorio, y las veces que le pregunté siempre contestó que era un trasto viejo que solo ocupaba espacio. Pero al escucharlo supe que no había sido sincero, probablemente porque el accidente también se había llevado esa parte de él.

La tristeza de las notas iniciales se me clavó en el alma. No había letra, pero el sentimiento implícito y la emoción con la que ejecutaba la melodía no la necesitaban.

Las lágrimas acudieron a mis ojos y antes de poder evitarlo ya resbalaban por mis mejillas. Peter se concentró en el movimiento de sus dedos, hasta que la cadencia cambió, haciéndose intensa y tan rica en matices que comprendí que estaba relatando nuestra historia. La música cesó de forma abrupta, sin una transición que indicara que había llegado a su fin.

Lali:No tiene letra

Fue todo cuanto se me ocurrió decir. Él se rio. Más bien soltó una carcajada. No tenía nada que ver con aquella risa cínica que yo tan bien conocía, aquel sonido era algo completamente nuevo para mí.

Peter:Bueno, esperaba que pudiéramos escribirla juntos

Y hasta ahí llegó mi parálisis. Me acerqué a él y le estampé una bofetada que atrajo la atención de la gente que no se había parado ya para observar a Peter tocar.

Lali:Eso por marcharte –le dije furiosa–

Y acto seguido hice lo que llevaba deseando desde el momento en que había salido del edificio. Tiré del cuello de su cazadora y le besé. Peter reaccionó enseguida. Enlazó mi cintura con sus brazos y me acomodó contra su pecho. Sentir de nuevo su calidez, aspirar su característico aroma, saborear su boca… 

Su lengua se entrelazó con la mía y se me escapó un gemido que le hizo reír. Me separé de él, y comprobé satisfecha que había arruguitas en torno a sus ojos, y que estos estaban llenos de vida, más de la que nunca habían tenido.

Peter:Espero que el beso sea por volver –me tanteó, inseguro– Porque me gustaría quedarme

Lali:¿Estás seguro?

No había nada en el mundo que yo deseara más que estar con él, pero no creía poder sobrellevar que decidiera dejarme de nuevo si la sombra de la culpa merodeaba aún sobre su cabeza.

Asintió, convencido.

Peter:Me comporté como el mas grande boludo, fui egoísta e incluso cruel. Rochi nunca hubiera querido que fuera así. Pasé tiempo con mis padres –me explicó, mientras paseaba los dedos por mi rostro–Visité su tumba. Y además… te he echado tantísimo de menos. No quería… No quería amarte…

Lali:Pero lo hago –dije terminando su frase–

En esta ocasión fue  Peter el que me besó, despacio y con dulzura, como si rogara un perdón sin palabras. Y ahora sí, comprendí que ya no había capas que ocultaran sus sentimientos, y que aunque existiesen heridas que nunca cicatrizarían del todo, ninguno de los dos estaba dispuesto a rendirse.

Lali:¿Qué hay de la beca en Londres?

Me apretó contra su pecho y su boca se desplazó hasta mi oído.

Peter:Iré –susurró, y luché por no evocar la imagen de los dos despidiéndonos en el aeropuerto– Iremos juntos, si queres, claro. Si no es así, estoy dispuesto a regresar con vos. No voy a separarme de vos nunca más mi amor

Las lágrimas se agolparon en mis ojos, pero esta vez eran lágrimas de pura felicidad.

Lali:Vamos –tiré de él para que se bajara de la moto–

Sus ojos fueron de mi cara al edificio.

Peter'¿A dónde? –preguntó, con la voz cargada de emoción, como si no terminara de creer lo que le estaba ofreciendo–

Sonreí y me permití perderme en el verde de mis ojos favoritos antes de contestarle.

Lali:A escribir la letra de NUESTRA canción

Me sonrió, le sonreí y nos besamos antes de escribir nuestra propia canción.




¿Cuántas se asustaron? JAJAJAJAJAJA! Aquí tienen el epílogo!  NO hay segunda parte como en la anterior novela!

Espero que les haya gustado el epílogo (Se dice asi) porque... ¡SE QUEDARON JUNTOS! ❤❤❤ 

Muchísimas GRACIAS a todas las que estuvieron comentando y compartiendo un poco de su tiempo conmigo! GRACIAS a TODAS las de mi grupo Laliter, por apoyarme y por putearme sobre todo a las que me putearon mas que ninguna ayer... a MICA (que tiene a mi madre frita por cagarse tanto en ella) y a SOL (que ayer me puteo en 5 idiomas) por el final del capitulo! ¡MI GRUPO LALITER ES EL MEJOR! ❤ 

Chiicas! Antes de terminar, decirles que el blog ahora se llamará NOVELASLALITEER2015.BLOGSPOT.COM (en minúsculas) Sí por casualidad NO lo encuentran mandenme un correo a Tu.nenita.1994.cat@Gmail.com (Apunten el correo porque el domingo cambiare el blog al nombre que dije antes)  Beesoos a cada una! ❤

miércoles, 15 de abril de 2015

31° ENAMORADA DEL CHICO "MALO" ❤



   CAPITULO 31:



Lali:No quiero que vuelvas a acercarte a mí –dije las palabras impregnadas de rabia– No me importa el derecho que creas tener sobre mí. Nunca me has tenido, no de verdad

Benjamín entrecerró el ojo derecho y la zona de la ojera le tembló. Sabía que aquel tic nervioso era señal de que debía dar un paso atrás y callarme; estaba a punto de explotar.

Mi ex había reaparecido unos días después de la marcha de Peter, con la cara aún magullada por la pelea y la misma creencia de que nuestro destino era estar juntos. La determinación que mostraba no consiguió otra cosa que me riera en su cara. No era consciente de que la Lali a la que había manipulado tiempo atrás ya no existía y, lo que era más importante, que lo que había habido entre nosotros jamás podría compararse a lo que sentía por Peter. Me daba igual que él hubiera huido de mí, o que sus fuerzas para luchar por nuestra relación no resultasen suficientes para quedarse a mi lado.

Resultaba curioso que, a pesar de su imposibilidad para entregarse del todo, me hubiera enseñado precisamente que darlo todo era la mejor forma de permanecer fiel a mí misma, que no podría ser feliz de otra manera. Y de eso Benjamín no tenía ni idea. Nunca se rendiría a nadie que no fuera él mismo, su egoísmo no se lo permitiría.

Benjamín:¿No traes hoy al subnormal contigo? –se burló– ¿O ya se ha cansado de tus estupideces?

Lali:Vete, No vas a conseguir que vuelva contigo –me reafirmé–

Sentí el impulso de correr a refugiarme en el portal de casa, aunque llegara tarde a clase. Pero quería zanjar el tema de una vez por todas y sacarlo de mi vida. Avanzó un paso hacia mí y me juré que si se acercaba más le clavaría la rodilla en la entrepierna sin vacilar.

Lali:Sé que aún me quieres –apuntó él, y yo no pude reprimir una carcajada cínica–

Lali:No tienes ni idea. Todo lo que sabes sobre el amor es lo que ves cuando te miras al espejo, así que no intentes darme lecciones. Lo quiero a él –afirmé, resuelta–

La crueldad no solía contarse entre mis defectos, pero en aquel momento el dolor que vibraba dentro de mí por la ausencia de Peter me empujó a serlo.

Lali:Lo amo de una manera en la que jamás
podría haberte amado a ti

Benjamín:No eres más que una zorra patética

Levanté la barbilla, orgullosa de hacerle frente por fin, y apreté los dientes para no responder al insulto. Así reaccionaba siempre Benjamín cuando escuchaba algo que no quería oír.

Lali:No entiendo qué haces aquí entonces, rogando por que vuelva contigo

La pulla le hizo torcer el gesto.

Benjamín:Porque eres mi zorra patética

Un señor que pasaba a nuestro lado se volvió para mirarnos y Benjamín lo fulminó con la mirada.

Lali:Nunca seré nada tuyo

«Soy de Juan Pedro Lanzani», murmuré para mí misma, empleando su nombre real por primera vez desde que me enterase de él. Ese que no quería escuchar de labios de nadie por ser el que siempre usaba su hermana para dirigirse a él.

Era una de las pocas explicaciones que Euge había podido darme acerca de los súbitos cambios de humor de su primo, más allá de lo que ambas sabíamos: que el sufrimiento y la culpa lo habían convertido en una sombra de sí mismo.

Pero mientras que para mi ex las personas de su propiedad no eran más que peones de los que disponer a su antojo, para mí aquella afirmación no tenía que ver con ningún tipo de derecho que Peter poseyera sobre mi vida, era mucho más que eso. Pasase lo que pasase yo sabía que Peter formaba parte de mí.

Lali:Vete, Benjamín –repetí– Vete y no vuelvas. Esta vez has perdido

Y era verdad, Benjamín había perdido, aunque yo no me sintiera ganadora. Eché de menos a Jota una vez más, tanto que hundí los hombros para hacer más llevadero el dolor de mi pecho. Me di la vuelta y dejé a Benjamín  allí, solo y enfurecido, y me liberé del peso que llevaba acarreando desde hacía años. Y aunque la libertad me supiera amarga, le agradecí a Peter de manera silenciosa haberme proporcionado la fuerza para enfrentarme a todo lo que una vez me dio miedo.

Durante las siguientes semanas descubrí lugares de Argentina que desconocía. Me dediqué a vagar por la ciudad en mis ratos libres, porque estar en casa avivaba los recuerdos hasta convertirlos en heridas en carne viva. No obstante, en varias ocasiones mis pasos me llevaron hasta el parque de las siete tetas, donde me tumbaba en la hierba a contemplar la puesta de sol y me imaginaba a un Peter más joven correteando con una niña, feliz y despreocupado, sin rastro de amargura o pesar. Esa imagen me reconfortaba y me atormentaba a partes iguales, porque yo hubiera querido escucharle reír con la inocencia del que no ha perdido nada.

Euge me animaba a salir e incluso se le ocurrió que podría acompañarla a una de sus múltiples citas con Nicolás. Míster culo perfecto había resultado ser un tipo encantador y atento, que se desvivía por hacer feliz a mi amiga. Yo me alegraba de que hubiera encontrado a alguien que
difuminara la cicatriz de la traición de Maxi, pero era inevitable que me sintiera incómoda en su presencia.

Decliné sus repetidas ofertas de la manera más educada posible, intentando que no se sintiera mal por mi rechazo, y continué asistiendo a clases y con mi trabajo en el Marlon, saliendo adelante lo mejor que pude.

Tras enterarse de lo ocurrido, Tefy me llamaba por teléfono a diario, puede que para compensar lo poco que habíamos hablado desde mi mudanza, o tal vez porque sospechaba que divagar sobre cosas sin importancia era la única forma con la que contaba para mantener mis pensamientos alejados de la tristeza. No me guardé para mí lo mal que me sentía, no quería ceder y recubrirme de la misma coraza que había utilizado Peter para esconderse, porque eso me hubiera convertido en una hipócrita. Por lo que le conté lo sucedido y le prometí que la llamaría siempre que lo necesitara.

Y así, los días transcurrieron sin más. Uno detrás otro en una lenta y, la mayoría de las veces, agobiante rutina. Me faltaban sus besos y nuestras peleas, y diría que echaba de menos ambas cosas por igual. Y en algún momento entre las clases, el trabajo y sus ausencias, comprendí por fin que se había ido. Así, la aventura que inicié huyendo se convirtió en mi épica historia de amor.



FIN



¡TINITER SE SEPARÓ! YA ESTÁ CONFIRMADOOOO!!!!!! Estén feliz por esa noticia y no tristes porque este fue el último caapituulo!

lunes, 13 de abril de 2015

30° ENAMORADA DEL CHICO "MALO" ❤



   CAPITULO 30:



Peter:Lali… –agachó la cabeza y suspiró– No va a salir bien

Lali:Eso no lo sabes –le respodí– No puedes apartarme solo porque crees que me harás daño. No puedes seguir culpándote de lo que le sucedió a tu hermana, Peter

Sus hombros se crisparon ante la sutil mención del accidente, y cuando me miró sus ojos estaban vacíos otra vez. Me rodeó e introdujo la llave en el arranque. Puse mi mano sobre la suya para detenerlo. Su piel estaba fría, pero incluso así su tacto evocaba caricias y besos robados, sonrisas pícaras y decenas de momentos compartidos que no creía ser capaz de olvidar.

Entregarse a alguien siempre es difícil y a veces no logramos hacerlo por completo, siempre guardamos un pequeño resquicio para nosotros mismos. Pero, en mi caso, el último atisbo de mí se lo ofrecí en ese
momento.

Lali:Te quiero, Peter –murmuré, inclinada sobre su oído y con voz clara y firme, a pesar de que temblaba de pies a cabeza–

Su mano se aflojó bajo la mía, y por un instante pensé que se derrumbaría sobre el suelo. No volvió la cabeza para mirarme. Si lo hubiera hecho hubiera visto las lágrimas que corrían por mis mejillas.

Peter:Le grité, le grité mucho –susurró, de forma queda– No quería que nadie le hiciese daño y fui yo el que se lo hice. Le dije que se merecía lo que le pasase si no me creía

El dolor se pegaba a cada una de sus palabras, como si estas le arañaran la garganta al salir. Cerré los ojos, contagiada por su pesar. Diminutas gotas de lluvia se unieron a la humedad que brotaba de entre mis párpados.

Lali:No fue culpa tuya –repetí, pero fue como si no reparase en que estaba a su lado–

Peter:Sabía que iba a pasarle algo malo, lo sabía –prosiguió– Podía sentirlo. Y aun así dejé que se fuera tras él porque pensé que se lo estaba buscando

Tomé su cara entre las manos, buscando su mirada, pero él se resistió.

Lali:Fue un accidente, Peter –dije buscando una forma de que lo comprendiera– No puedes proteger a los que quieres de cosas que podrían suceder de cualquier manera. No puedes seguir eligiendo el pasado y el dolor

Me agarró de las muñecas para liberar su rostro y, durante unos breves segundos, sus ojos se cruzaron con los míos. Había miedo en ellos, pero también tanta determinación que dejé de respirar. Lo estaba perdiendo.

Lali:Te amo, Peter. No quería hacerlo, no quería enamorarme de ti, ni quería necesitarte pero lo hago. Y créeme, nunca he amado a alguien así y no me arrepiento en absoluto. Incluso si decides marcharte y esto se acaba aquí. Aunque me rompas el corazón en mil pedazos y nunca sea capaz de reconstruirlo, me dará igual. Habrá valido la pena y eso es lo que cuenta. Yo te he elegido a ti

Los labios de Peter se posaron sobre los míos con tanta delicadeza que pensé que eran una ilusión, producto del deseo desesperado que me quemaba por dentro. Apoyó una de sus manos en la parte baja de mi espalda y me atrajo hacia él. Regresar por fin a sus brazos avivó mi llanto y me encontré saboreando sus besos junto con la sal de mis lágrimas. Pero nada de eso importaba, porque estábamos juntos y podíamos arreglarlo.

Su boca se apretó contra la mía tan solo unas décimas de segundo antes de separarse de mí. El sonido del motor se filtró por mis oídos y Peter se subió a ella antes de que comprendiera lo que estaba pasando. Aquello solo era una despedida.

Peter:No puedo, L

Fue todo lo que dijo antes de derrapar con la rueda trasera sobre el asfalto y acelerar para dejarme atrás. Me quedé en mitad de la acera, con la lluvia empapando mis ropas ycalando hasta mi corazón, dejándolo frío, como si Peter se hubiera llevado con él toda la calidez que lo entibiaba hasta ese momento.

No sé cuánto tiempo transcurrió hasta que Euge me encontró allí y me abrazó. Quise que su calor se colara bajo mi piel, que me llenara por dentro, porque lo que le había dicho a Peter era cierto y no me arrepentía en absoluto de haberlo intentado. Por mucho que él se hubiera escondido de mí, yo llevaba una parte suya conmigo, y eso jamás me abandonaría. Todos los recuerdos continuarían ahí, y me prometí no hacerlos dolorosos sino conservarlos como lo que eran: pequeños bocados de verdadera felicidad.

Euge:Se fué –dijo subrayando lo evidente–

Lali:El mundo es de los valientes –dije yo, ensimismada y ella no pudo ocultar su preocupación–

Euge:Necesitas cambiarte de ropa y tomar algo caliente

Me llevó de vuelta al bar. Fingí no darme cuenta del cuchicheo que compartieron Agus y ella ni de sus insistentes miradas, y me dediqué a rememorar el día que Peter me llevó al parque de las siete tetas, las veces que encontraba notas suyas junto al desayuno o cómo era capaz de pasar horas deslizando sus dedos por la curva de mis caderas.

Para cuando estuvimos de vuelta en casa había hecho un repaso exhaustivo a nuestra relación desde el instante en que, somnoliento y de mal humor, me abrió la puerta de ese mismo piso hasta que perdí de vista su moto escasas horas atrás. Si se lo hubiera contado a Euge me habría dicho que me estaba recreando en mi pérdida, pero yo sabía que lo único que hacía era atesorar recuerdos.

Peter no estaba allí, aunque no esperaba que así fuera. Pero había otras ausencias. Faltaba la mochila que usaba para llevar los libros a la facultad, varias de sus chaquetas que siempre dejaba en el perchero junto a la entrada, e incluso un gorrito que yo le había regalado y del que apenas se separaba. Ni siquiera necesité ir hasta su habitación para saber que había recogido sus cosas y se había marchado, para siempre. Euge sí lo buscó y lo llamó varias veces al móvil. Yo sabía que no le contestaría, al menos no esa noche. Aunque era probable que le mandara algún mensaje tranquilizador al día siguiente. A ella, no a mí. Cuando por fin comprendió lo que había sucedido volvió a mi lado.

Euge:¿Qué pasó? ¿Qué te dijo? ¿Dónde mierdas está?

Era la primera vez que Euge empleaba un taco en mi presencia. No pude reprochárselo. Se lanzó sobre el sofá y yo con ella. Estaba desolada. Le expliqué lo mejor que pude lo ocurrido. La tristeza de su primo, el miedo, su incapacidad para dejar de vivir en el pasado. Puede que, al igual que yo me aferraba a cada segundo que había pasado con él, seguir culpándose le ayudara a mantener viva a su hermana. Tal vez pensaba que, si se perdonaba, la estaría olvidando.

El amanecer nos encontró en la misma posición, envueltas en una manta y hablando entre sollozos. Compartir mi dolor con el suyo no lo hizo menos real, pero a ella pareció reconfortarle mi compañía, y a mí me aterraba avanzar por el pasillo y pasar frente al dormitorio de Peter, ese en el que nos habíamos susurrado bromas bajo las mantas infinidad de veces; el mismo en el que habíamos hecho el amor en tantas ocasiones.

Las siguientes horas las pasé en un duermevela desasosegado. Ni siquiera fui hasta mi habitación sino que, cuando Euge aceptó mis ruegos para que descansara y fue a acostarse, me tumbé en el sofá y permanecí mirando al techo, esperando a que el cansancio consiguiera abatirme. Y mientras las manecillas desfilaban por el reloj me di cuenta de que no sabía muy bien cómo rendirme.

A pesar de la insistencia de todos también fui a trabajar la noche siguiente. Incluso David se acercó para asegurarme que podrían apañárselas sin mí, pero yo me negué a regresar a casa. No era que en el Marlon los recuerdos no me asaltaran a cada paso que daba, pero allí al menos estaba rodeada de amigos y tenía algo que hacer.

sábado, 11 de abril de 2015

29° ENAMORADA DEL CHICO "MALO" ❤



   CAPITULO 29:



Euge y yo tuvimos que ir a trabajar, aunque llegamos tarde, pero no podíamos dejar a Agus sin camareros un viernes por la noche. No sobreviviría. Y permanecer en casa comiéndome la cabeza no iba a hacerme ningún bien. Así que compuse algo similar a una sonrisa y me dediqué a hacer mi trabajo.

Peter no se presentó, lo cual tampoco me sorprendió demasiado. Pero me preocupaba dónde se encontraría y qué estaría haciendo. Me lo imaginé conduciendo por cualquier carretera poco transitada y dándole gas a la moto hasta que el motor rugiera tanto que acallara incluso el recuerdo de mi voz. No solía necesitar excusas para correr, y ahora contaba con una.

Por fin tenía mi épica historia de amor, solo que nadie me había dicho que también tuviera que acabar en tragedia.

Xxx:Perdoname, pero te pedí un frenet con cola –dijo el chico al que estaba atendiendo, empujando su vaso hacia mí–  Esto es whisky

Las palabras traspasaron la bruma que se había instalado en mi mente y mi vista fue de su cara a la bebida y de vuelta a su cara.

Agus se acercó y retiró el vaso. En apenas unos segundos le preparó lo que había pedido y se lo pasó por encima de la barra. El chico se perdió entre la gente y yo todavía no me había movido.

Agus:No hacía falta que vinieras –sus ojos vagaron por mi rostro, inquietos. Debía tener un aspecto horrible– ¿Cómo andás?

Lali:Jodida –admití, sin fuerzas para mentir– Y también enojada

Mi jefe frunció el ceño, como si no hubiera esperado esa respuesta.

Agus:Vení conmigo

Le dio instrucciones a David de que nos cubriera y me llevó a la planta baja. Le seguí, en parte intrigada y en parte agradecida por poder alejarme de la algarabía típica del comienzo del fin de semana. Una vez en el despacho no se anduvo con rodeos.

Agus:Peter me llamó para decirme que venía de camino –me quedé esperando el «pero», porque su expresión dejaba claro que habría uno– No le queda más remedio que coincidir con vos los viernes y sábados, pero –ahí estaba ese "pero"– me pidió que les asigne turnos separados si venís entre semana

No había tardado en mover ficha. Debería haber intuido que Peter no era de los que se sientan a esperar a ver qué pasa, sino que iría cortando uno a uno los lazos que lo unían a mí. Me pregunté si tendría valor suficiente para pedirme que me fuera del piso, o para irse él.

Agus:Se pelearon –afirmó con cautela–

Lali:¿Sabías lo de su hermana? –Agus asintió y mi enfado creció– Todos lo sabían menos yo, alguien podría habérmelo dicho

Agus:No nos correspondía a nosotros, Lali. Solo hubiéramos conseguido que se alejara de vos

Me dejé caer en la silla y alcé las manos en señal de protesta.

Lali:Es lo que ha hecho de todas formas. Alejarme

Agus se me quedó mirando, pensativo.
Sentía ganas de gritar y maldecir. Lo había entregado todo, había dejado a Peter llegar hasta mí, y ahora solo conservaba un corazón destrozado y la sensación de haber rozado la felicidad con la yema de los dedos para que luego esta desapareciera.

Agus:¿Qué sabes de Cande y de mí?

El cambio de tema me pilló desprevenida. Me encogí de hombros y le resumí lo que Euge me había contado. Sus idas y venidas, el miedo de Cande a estropear su amistad y la inesperada declaración al ritmo de una canción de Revólver.

Agus:¿Vos sabes el tiempo que tuve que esperar para poder estar con ella? ¿Los
días que pensé que no podría seguir adelante siendo solo su amigo porque lo único que deseaba era lanzarme sobre ella y besarla?

Lali:Eso no funcionará con Peter –repliqué, sin estar segura de lo que estaba proponiendo– Cada hora que transcurre el verdadero Peter se aísla más y más y se convierte en el mismo tipo gruñón que me encontré al llegar aquí

Sabía que eso era justo lo que estaba pasando dondequiera que él se encontrara. Estaría blindando las defensas que yo había conseguido derribar durante esos meses, sellándolas y haciéndolas más gruesas.

Agus:¿Y qué pensas hacer? –preguntó, y percibí un matiz desafiante en su tono–

Tal y como había demostrado, Agus no era de los que se daban por vencidos.

«¿Qué vas a hacer, Lali?», me repetí a mí misma. Podía rendirme o podía luchar. Podía agachar la cabeza y volver por donde había venido, con la maleta cargada con unas cuantas piedras más, o arriesgar hasta la última gota de mi integridad mental, lo poco que me quedaba, y esperar que funcionase.

Peter se presentó en el bar apenas media hora más tarde de mi conversación con Agus, de la que no había sacado mucho en claro. No quería retirarme, tal y como estaba haciendo él, pero a veces el miedo es un consejero demasiado taimado y cruel.

Los pedazos de mi corazón vibraron al verle. Pasó frente a mí y fue directo hacia David, que había ocupado su puesto habitual. Pensé que se haría cargo de la música, pero me sorprendió que, tras decirle algo al oído, dejara atrás su rincón para ponerse a atender a los clientes. Me situé a su lado, esperando a que dos chicas le abonaran sus consumiciones.

Lali:Le has pedido a Agus que no nos haga coincidir –le pregunté, en cuanto les devolvió el cambio–

Me miró de soslayo antes de contestar. Sabía que me estaba evaluando, eligiendo con cautela sus palabras. Tuve que contenerme para no zarandearlo y exigirle que le diera una patada a su autocontrol y soltara de una vez lo que estaba pensando.

Peter:No quiero hablar de eso

Lali:Me importa una mierda que no quieras hablar –exploté–

Estaba claro cuál de los dos tenía mayor capacidad para mantener en marcha aquella pantomima.

Me apoyé en la barra para quedar de espaldas al resto del bar. Él se cruzó de brazos, a la defensiva. Eché de menos el verde turbulento que adquirían sus ojos cuando discutíamos.

Peter:Esto no va a funcionar –dijo con gesto inexpresivo–

Lali:¿El qué? –repliqué, forzándole a seguir hablando. Quería ver hasta dónde estaba dispuesto a llegar–

Peter:Vos y yo –enarqué las cejas– Ha estado bien, pero…

Lali:¿Que ha estado bien? ¿Eso es todo lo que se te ocurre decir? Esperaba algo más creativo del rey del sarcasmo

La impotencia que me producía la situación me desbordó. ¿Qué sentido tenía que Peter tratara de protegerme si lo único que conseguía era hacerme más daño? No era nadie para decidir por mí.

Lali:Todo esto no es por mi ex. Ni siquiera es por mí

Peter:Así que ese era tu ex. Tiene un buen gancho –comentó, y su intento de desviar la conversación me enfureció aún más–

Lali:Eres un cobarde –lo ataqué, decidida a enfrentarlo de una vez por todas a sus miedos. No era sutil, y puede que no funcionara, pero debía quemar mi último cartucho– ¿Quién se está alejando ahora, Peter? ¿Quién ha decido marcharse?

Peter:Iba a ocurrir más tarde o más temprano –argumentó– Nos pasamos
el día discutiendo

Lali:Te gusta que nos peleemos tanto como a mí –le rebatí, sin pensarlo dos veces, porque ambos sabíamos que era verdad– No busques excusas, no las hay. Es por Rochi

Me fulminó con la mirada en cuanto mencioné a su hermana, y me alegré de que por fin demostrara algún tipo de emoción, aunque fuera ira. Apretó los dientes, pero de su boca no salió una sola palabra. No gritó ni se enfadó, tal y como esperaba que hiciese, sino que echó a andar y me dejó allí plantada.

Euge vino hasta mí al percatarse de que Peter subía ya las escaleras que conducían a la salida.

Euge:¿Qué pasó?

Lali:Que la he cagado a lo grande. Quería que reaccionara y dejara de comportarse como un autómata, y le he dado a entender que sé lo de su hermana

Euge chasqueó la lengua y miró una vez más en dirección a la entrada. Había metido la pata hasta el fondo. No estaba segura de si Peter había tratado de ocultarme su pasado o mantenerme al margen de él, lo cual, en aquel instante, se me antojó muy diferente. Su figura permaneció durante unos instantes en la puerta de acceso al Marlon, como si dudara, pero enseguida desapareció, tragada por la noche.

Euge:Dale tiempo –propuso, y supe que era lo único que no teníamos–

El tiempo transcurrido ya nos había alejado, ya había abierto un abismo entre nosotros y Peter pensaba ampliarlo más, hasta que pudiera volver a anestesiar sus sentimientos y retomar su vida. Y yo no estaba dispuesta a permitir que eso sucediese.

Salí corriendo sin pararme a explicarle a mi amiga cuáles eran mis intenciones, tampoco yo tenía demasiado claro qué iba a decirle. Pero sentía que era ahora o nunca, que tenía que mostrar todas mis cartas y no darle más opciones que hacer frente a sus emociones.

Llegué a lo alto de las escaleras con rapidez, aunque al asomarme a la puerta me encontré con que Peter ya había recorrido la mitad de la distancia hasta su moto. Agradecí no haber tenido ánimos suficientes esa noche para calzarme unos tacones porque no me quedaba más remedio que seguir corriendo para llegar hasta él.

Lali:¡Peter! –le grité–

Ladeó la cabeza y supe que me había oído, pero no se detuvo.

Al llegar a su altura me interpuse en su camino. Me agarré el costado, deseando estar en mejor forma, e intenté normalizar mi agitada respiración. Él me contempló con una mezcla de tristeza y ternura casi dolorosa, y aquello me suministró el ápice de esperanza que necesitaba. Mi Peter seguía estando ahí.

Lali:No te vayas –supliqué, y no me importó tener que rogar, porque lo único que sabía era que necesitaba soltarlo todo antes de que se marchase–

«Tienes que plantarle cara», me gritó esa parte de mí que se había enamorado de él desde el primer momento en que lo vio, la que me había empujado a sus brazos, la que lo amaba. 

Y eso fue lo que hice.



Hooooola! Perdón por no subir ayer, estoy mala de gripe y garganta y las ganas de escribir no eran muchas! Espero que les guste el cap! Besosos!  ❤