32° BAJO SU PIEL ❤

  CAPITULO 32:

Cuenta Lali

El teléfono que Peter había comprado para mi estaba en la barra de la cocina cuando salí de mi habitación. Esta era la tercera vez en la semana que lo dejaba por ahí para que yo lo encontrara. Esta vez también había una nota. La recogí.

"Piensa en el bebé. Es necesario para las emergencias."

Eso fue un golpe bajo. Sonriendo cogí el teléfono y lo puse en mi bolsillo. No iba a darse por vencido hasta que lo aceptara. Hoy fue mi segundo chequeo médico. Le dije eso a Peter en nuestra tercera cita el lunes en la noche. Había estado muy decidido a llevarme a citas toda la semana. Anoche le había rogado quedarnos en casa y ver una película. Todos en el pueblo nos habían visto juntos. Estaba segura de que todos estaban hartos de vernos juntos a estas alturas. La idea me hizo sonreír aún más. Saqué el teléfono de mi bolsillo. Me había olvidado de recordarle a Peter de la consulta de hoy. Ahora tenía un teléfono para llamarlo. Su nombre era el primero en mi lista de contactos FAVORITOS. No me sorprendía. El teléfono sonó tres veces antes de que contestara.

Peter:Oye, te llamo después –su voz sonaba molesta–

Lali:Bien, pero… –empecé a decir cuando él tapó el teléfono para hablar con otra persona–

¿Qué estaba pasando?

Peter:¿Estas bien? –preguntó–

Lali:Si, estoy bien pero…

Peter:Entonces, te llamo después –me interrumpió antes de que pudiera terminar y cortó la llamada–

Me senté allí y me quedé mirando el teléfono. ¿Qué había sucedido? Tal vez
debería haber preguntado si estaba bien. Cuando no volvió a llamar en los próximos diez minutos, decidí que mejor me vestía para mi cita. Seguramente volvería a llamar antes de que fuera la hora de irme. Una hora más tarde y todavía no había llamado. Debatí entre llamarlo o no. Tal vez había olvidado de que lo llamé. Siempre podía pedir prestado el coche de Euge e ir a mi cita. El lunes, cuando le dije, parecía emocionado por ir. No podía dejarlo.
Apreté su número de nuevo. Sonó cuatro veces esta vez.

Xxx:¿Qué? –la voz de Mery me sorprendió–

¿Estaba con Mery?

Lali:Uh, um… –no estaba segura de que decirle. No podía contarle lo de mi cita– ¿Esta Peter por ahí? –le pregunté nerviosamente–

Mery:–dejó escapar una risita dura– Increíble. Te dijo que te llamaría de nuevo
¿por qué no le das un poco de espacio para respirar? Peter no te necesita. Esta con su familia. Mi mamá y mi papá están aquí. Nos estamos preparando para ir a un almuerzo familiar. Cuando esté listo para hablar contigo, lo hará –y entonces me colgó–

Me dejé caer sobre la cama. Esta teniendo un almuerzo familiar con su madre, su hermana y mi papá. ¿Por eso me colgó? No quería que supiera que estaba con ellos. Su comida familiar venía antes que el bebé y yo. Esto era lo que esperaba, pero luego había sido tan dulce y protector. ¿Estaba siendo necesitada? No era una persona necesitada, si no que me había convertido en una. ¿No? Me puse de pie, y puse el teléfono en la cama. No lo quería más. La voz odiosa de Mery se estaba burlando de mí cuando dijo que estaba comiendo con su padre. Cogí mi bolso. Tuve tiempo de ir a las oficinas y pedir prestado el coche de Euge.

Al momento que llegué a las oficinas, estaba sudando. Demasiado para parecer linda en mi cita. No me importó. Era el menor de mis problemas. Subí las escaleras y Darla me encontró cuando salía por la puerta.

Darla:No trabajas hoy –dijo en cuanto me vio–

Lali:Lo sé. Tengo que pedir prestado el coche de Euge. Tengo una cita médica que… uh… olvidé...

Odiaba mentir, pero decirle la verdad era más de lo que podía manejar. Darla me observó un momento y luego metió la mano en el bolsillo de sus pantalones y sacó sus llaves.

Darla:Llévate mi coche. Voy a estar aquí todo el día. No lo necesito

Quería abrazarla, pero no lo hice. No estaba segura de que acostumbrara tener ese tipo de reacción por una cita médica.

Lali:Muchas gracias. Le llenaré el tanque –le aseguré–

Asintió con la cabeza y me corrió. Corrí por las escaleras, me metí en su Toyota 4x4 y me dirigí hacia mi cita médica. El viaje de ida no fue tan malo, y sólo tuve que esperar quince minutos antes de que me llamaran a la sala de exámenes. La enfermera que creo que se llamaba Ailu Salas era toda sonrisas mientras sacaba una maquina con una pantalla pequeña.

Ailu:Solo tienes diez semanas, para oír el latido del bebé vamos a tener que hacer un ultrasonido. Debemos de escuchar el latido del bebé y ver un pequeño destello aquí también

Iba a ver a mi bebé y oír el latido de su corazón. Esto era real. Las pocas veces que me imaginé este momento no lo hice estando sola. Había pensado que alguien estaría conmigo. ¿Y si no encuentran su latido? ¿Qué pasa si algo va mal? No quería pasar por esto sola. Facundo mi médico entró con una sonrisa reconfortante.

Facundo:Pareces aterrorizada. Este es un momento feliz. Todos tus signos vitales están bien. No hay necesidad de estar tan nerviosa –me aseguró– Ahora recuéstate –hice lo que me dijo y la enfermera puso mis piernas en los estribos–

Ailu:No estás lo suficiente avanzada para hacer esto externamente y ser capaz
de ver u oír al bebé. Tenemos que hacer un ultrasonido vaginal que significa que
tenemos que ir por esa vía. No duele. Sentirás un poco de presión por la varita, eso es todo –explicó la enfermera–

No los veía. La idea de él metiéndome una varita solo me puso peor. Me concentré en la pantalla.

Facundo:Muy bien, aquí vamos. Sencillo, estate quieta –me dijo empezando a meterme la varita esa–

Miré a la pantalla en blanco y negro, esperando pacientemente a algo que pareciera un bebé. Un pequeño golpeteo llenó la sala y se sentía como si mi corazón hubiera dejado de latir.

Lali:¿Eso es…? –pregunté repentinamente incapaz de decir nada más–

Facundo:Sí. Latiendo justo ahí. Lindo y fuerte –me señaló la pantallita–

Me quedé mirando la pantalla y la enfermera señaló lo que parecía un
pequeño guisante.

Ailu:Aquí está él o ella. Tamaño perfecto para diez semanas.

No podía tragar el nudo en mi garganta. Las lágrimas rodaron por mi cara, pero no me importaba. Me quedé paralizada mirando el pequeño milagro en la pantalla, mientras sus latidos llenaban la sala.

Facundo:El bebé y tú lo están haciendo excelente –dijo mientras lentamente sacaba el instrumento de mi interior y la enfermera me bajaba la bata y me dio la mano para levantarme el ánimo– Un poco de flujo sanguíneo es perfectamente normal después de este procedimiento, así que no te alarmes –dijo poniéndose de pie y
acercándose al lavabo para lavarse las manos– Sigue tomando estas vitaminas prenatales y ven a verme otra vez en
cuatro semanas

Asentí con la cabeza. Seguía impresionada.

Ailu:Aquí tienes –dijo y me entregó unas pequeñas fotos de mi ultrasonido–

Lali:¿Son mías? –pregunté mirando las fotos de mi bebé–

Ailu:Por supuesto que si –respondió con un tono divertido–

Lali:Gracias –dije mientras miraba cada una de ellas y miraba al pequeño shanshito que sabía estaba vivo dentro de mí–

Ailu:De nada –me dio una palmadita en la rodilla– Puedes vestirte ahora. Todo se ve muy bien

Asentí con la cabeza y me enjugué una lágrima que se había escapado y ahora corría por mi mejilla.



Holaa laliteers!! Me alegro mucho de que les haya gustado la maraton de ayer! Solo espero que los comentarios sigan subiendo cómo ayer!  Y seguir viendo esos nuevos comentarios.

PD:Suamoresmiinspiracion.blogspot.com ACABA DE EMPEZAR Y ESTA BUENA EN ESOS 2 CAPÍTULOS QUE HA SUBIDO! SE LAS RECOMIENDO 100%