El resto de la noche transcurrió sin nuevos incidentes. Peter y yo nos mantuvimos convenientemente alejados. Pero mientras servía copas y atendía a los clientes detrás de la barra percibía en todo momento sus ojos clavados en mí. Las veces que cedí al impulso de mirar en su dirección lo encontré observándome. Y ni siquiera entonces apartaba la vista de mí.
La fiesta alcanzó su auge y luego emprendió el descenso decadente de este tipo de celebraciones. Demasiado alcohol, muchas risas, bailes subidos de tono y un puñado de personas que habían llegado solas pero se marchaban acompañadas. Los bailes improvisados sobre las mesas se repitieron una decena de veces, y al final Agus desistió en sus intentos de persuadir a los atrevidos que aceptaban el reto.
Cuando apenas quedaban un par de grupos de regazados me escabullí al sótano y me dejé caer en la silla del despacho. La noche había sido más larga y complicada de lo que me había imaginado. No había parado ni un
segundo, pero ni eso ni mi ataque de ansiedad eran lo que más exhausta me
había dejado. Peter me llevaba al límite. Sacaba lo peor de mí, mi lado más insidioso. Esa parte rebelde que hacía mucho que había quedado arrinconada en favor de una Lali mucho más sensata y contenida y, por qué no admitirlo, también más infeliz.
Todavía podía saborear los besos de Peter y notaba la piel caliente por sus caricias. A pesar del tiempo transcurrido desde nuestro encuentro fortuito en el almacén, mi pulso continuaba acelerado. Me acomodé en la butaca y me prometí a mí misma que solo descansaría cinco minutos, pero en cuanto apoyé la cabeza en el respaldo caí rendida por el sueño. No sé cuánto tiempo pasé dormida, pero la voz de Euge me trajo poco a poco de vuelta.
La fiesta alcanzó su auge y luego emprendió el descenso decadente de este tipo de celebraciones. Demasiado alcohol, muchas risas, bailes subidos de tono y un puñado de personas que habían llegado solas pero se marchaban acompañadas. Los bailes improvisados sobre las mesas se repitieron una decena de veces, y al final Agus desistió en sus intentos de persuadir a los atrevidos que aceptaban el reto.
Cuando apenas quedaban un par de grupos de regazados me escabullí al sótano y me dejé caer en la silla del despacho. La noche había sido más larga y complicada de lo que me había imaginado. No había parado ni un
segundo, pero ni eso ni mi ataque de ansiedad eran lo que más exhausta me
había dejado. Peter me llevaba al límite. Sacaba lo peor de mí, mi lado más insidioso. Esa parte rebelde que hacía mucho que había quedado arrinconada en favor de una Lali mucho más sensata y contenida y, por qué no admitirlo, también más infeliz.
Todavía podía saborear los besos de Peter y notaba la piel caliente por sus caricias. A pesar del tiempo transcurrido desde nuestro encuentro fortuito en el almacén, mi pulso continuaba acelerado. Me acomodé en la butaca y me prometí a mí misma que solo descansaría cinco minutos, pero en cuanto apoyé la cabeza en el respaldo caí rendida por el sueño. No sé cuánto tiempo pasé dormida, pero la voz de Euge me trajo poco a poco de vuelta.
Euge:Gustás de Lali, ¿no es así?
Entreabrí los ojos lo suficiente para ver que Euge, estaba apoyada en la puerta hablado con Peter. Este se había sentado en la desvencijada mesa que hacía las veces de escritorio, por lo que me era imposible verle la cara. No me atreví a respirar, a la espera de que contestara a la pregunta. Por desgracia, la respuesta me interesaba más de lo que estaba dispuesta a admitir delante de nadie.
«Nada de problemas. Nada de líos, Lali», me repetí una y otra vez, mientras el silencio llenaba la reducida salita.
Peter:¿Y qué si gusto de ella? –contestó de mala gana–
No era un sí, pero tampoco un no. Hubiera sido demasiado sencillo. Él levantó las manos por detrás de la cabeza y tiró del cuello de la camiseta que llevaba puesta, dejando expuesta la musculosa espalda en la que horas antes yo había clavado mis uñas. Luché con mi respiración al ser consciente de que mis dedos se habían paseado por su cuerpo y de lo mucho que me excitaba pensar en ello.
Peter:¿No te parece que ya soy mayorcito para tener que rendirte cuentas? –se quejó–
Hizo un ovillo con la tela y lo lanzó sobre su mochila.
Hizo un ovillo con la tela y lo lanzó sobre su mochila.
Euge:Es nuestra compañera de piso, y me cae bien –le contestó, con tono reprobatorio– Y si te soy sincera, estoy sorprendida. No te habías vuelto a interesar por nadie desde…
Peter:¿Desde qué? –la interrumpió poniéndose en pie de repente, como si le inquietara el rumbo que estaba tomando la conversación–
Euge suspiró y su ceño se suavizó, adoptando un gesto mucho más comprensivo.
Euge:Desde Mery. Eso es lo que iba a decir
Estaba segura de que no era eso en lo que pensaba Euge. Peter debió tener la misma sensación que yo porque apartó la vista de ella y se agachó junto a la mochila para sacar otra camiseta. Me dieron ganas de toser para disipar la tensión que se acumulaba entre aquellas cuatro paredes, pero algo me decía que eso no haría más que empeorar la situación.
Euge:Lali no es como Mery. Cuando estabas con ella solo se divertían
Peter:Esto no tiene nada que ver con ninguna chica –se defendió una vez que se hubo vestido de nuevo–
Euge:Eso es lo que más me preocupa, Juan Pedro
Estuve a punto de delatarme cuando escuché el nombre completo de Peter
Euge:Lali no parece haberlo pasado bien con los hombres. Yo hablo por los codos, lo sé, pero ella no cuenta absolutamente nada de su pasado. ¿Crees que es normal que ni siquiera me haya dicho si tiene novio?
Estuve a punto de delatarme cuando escuché el nombre completo de Peter
Euge:Lali no parece haberlo pasado bien con los hombres. Yo hablo por los codos, lo sé, pero ella no cuenta absolutamente nada de su pasado. ¿Crees que es normal que ni siquiera me haya dicho si tiene novio?
Peter:¿Lo tiene? –gruñó, y el interés con el que formuló la pregunta casi consiguió que rompiera a reír–
Euge:No lo sé. ¡Eso es lo que trato de decirte!
Peter:Preguntaselo. Quiero saberlo
Se dio la vuelta y se inclinó sobre la mesa. Cerré del todo los ojos, rezando para que no me pillaran. Durante varios segundos ninguno de los dos dijo nada. No sabía qué estaba pasando, pero podía percibir la mirada de Peter sobre mí.
Peter:Es una auténtica preciosidad –murmuró, tan bajito que puede que Euge no lo hubiera escuchado– y una tocapelotas
Euge:¿Qué? –preguntó–
Peter:Que me gusta –aseguró él– Más de lo que debería y muchísimo más de lo que le conviene
Los tacones de Euge repiquetearon en el suelo, alejándose de mí y seguidos de otros pasos más firmes y pesados.
Euge:Vas a meter la pata con ella, ¿no es así? –Oí que le preguntaba–
Peter:Hasta el fondo, primita. Hasta el fondo
Me mantuve inmóvil hasta varios minutos después de que abandonaran el piso inferior, dándole vueltas a la conversación. Solo pude extraer dos conclusiones. La primera era que le gustaba a Peter. Vale que resultaba bastante obvia, teniendo en cuenta que me había metido la lengua hasta la garganta, pero al menos ahora sabía que no se había debido a la tensión del
momento. La segunda era que Euge no estaba demasiado conforme con dicha
atracción, y que su propia prima no se fiara de sus intenciones no decía mucho en su favor. Me intrigaba qué habría oculto en el pasado de Peter para que todos a su alrededor mostraran tanto tacto al tratar con él. No olvidaba el tatuaje que lucía en el brazo ni tampoco el comentario de Agus. Tendría que acorralar a mi compañera de piso en busca de respuestas. Pero lo más preocupante, sin duda, era que Peter parecía haberse tomado nuestro singular tira y afloja como un reto, y por lo poco que lo conocía eso eran muy malas noticias para mi recién adquirida paz mental.
Esperé diez minutos más y cogí mi bolso. Los de Cande y Euge habían desaparecido, por lo que supuse que Agus habría dado por terminada la jornada laboral. Ascendí por las escaleras sin dejar de preguntarme cuál
sería la actitud de Peter a partir de ahora y, lo más importante, cómo reaccionaría yo ante él. Peter era la clase de tío que atraía miradas allá donde iba, incluso cuando se volvía huraño y se aislaba de los demás, como si quisiera alejarse de todos pero el mundo corriera más que él. Era difícil no desear irrumpir en ese espacio privado y eliminar las numerosas capas que recubrían su personalidad para descubrir qué había en el interior. Pero también había que estar ciega para no ver el neón luminoso que indicaba problemas a kilómetros de distancia. Y los problemas con tíos inestables eran justo lo que trataba de evitar a toda costa.
Me encontré el bar limpio y ordenado, sin muestra alguna de la fiesta que habíamos celebrado. Las sillas habían sido recogidas y colocadas sobre las mesas y los taburetes también estaban encima de la barra. A través de los altavoces, el vocalista de los The Goo Goo Dolls desgranaba la letra de Here is gone, y alegaba que no era él al que debía temer, que no era quien me había roto.
David tarareaba la canción siguiendo el ritmo de la música mientras barría el suelo. No había rastro de Euge, Peter o el resto. Esperaba que no se hubieran marchado sin mí.
Lali:Curiosa elección –comenté, y David se giró en mi dirección con una sonrisa cansada en los labios–
David:Me quedaré dormido antes de terminar si Peter sigue poniendo estos
temas rollazo –se burló él–
Agarró la escoba y enderezó la espalda, para a continuación alzar la barbilla y adoptar una expresión de superioridad
Agarró la escoba y enderezó la espalda, para a continuación alzar la barbilla y adoptar una expresión de superioridad
mientras simulaba que bailaba un vals.
Lali:Para no gustarte te la sabes bastante bien –le reproché, riendo sus payasadas–
David:Probá a limpiar este bar durante una hora con la maldita canción en modo repetición y me lo contás luego
Xxx:Sos incapaz de apreciar la música –se quejó Peter, asomando por detrás de la barra– ¿Te has molestado en escuchar el mensaje de las canciones que tanto te gustan? ¡Ah, no! Perdona –repuso con fingida culpabilidad– que la mierda que escuchás ni siquiera tiene letra
Solté una risita nerviosa al comprender que Peter había elegido esa canción en concreto entre las miles de ellas que almacenaba en su portátil. Y no solo eso, sino que había obligado a David a escucharla una y otra vez mientras adecentaban el local, aunque el sufrimiento de este solo fuera un daño colateral.
David:Al menos se puede bailar –se defendió– y es de lo que se trata, ¿no?
Peter:No tenes la más mínima idea, boludo. La música es mucho más que eso. Podrías ponerle banda sonora a tu vida a base de ritmos, letras y singles –contestó, y sus palabras se impregnaron de pasión–
Me pregunté qué canciones contendría dicha banda sonora en su caso.
David se alzó de hombros y lo miró como si estuviera hablándole en otro idioma. Terminó de barrer y se metió tras la barra en busca de una botella de agua.
Peter:¡Mierda! Es como predicarle a un converso
Se volvió hacia mí y esbozó una sonrisa ladeada que me hizo pensar en otro tipo de ritmos mucho más sensuales y de preferencia en posición horizontal. Aparté la mirada porque estaba segura de que mis mejillas habían enrojecido. ¿Desde cuándo un chico hacía que me ruborizara solo con mirarme?
Peter:Vamos, L. Te llevo a casa
Lali:¿Y los demás? ¿Euge se ha ido sin mí?
Peter:¿Tenes miedo de volver a montar conmigo? –se burló él, y me dio la
sensación de que había escogido las palabras de forma deliberada– En moto, quiero decir
«No muerdas el anzuelo», me dije, consciente de que me estaba desafiando.
Lali:Creo que cogeré un taxi
Enarcó las cejas, divertido por mi indecisión, y se cruzó de brazos a la
vez que esbozaba una sonrisa de suficiencia.
Peter:Prometo no ir demasiado deprisa para vos –aseguró, y de nuevo no supe dilucidar si solo hablaba de la velocidad suicida a la que conducía o estaba adquiriendo otro tipo de compromiso–
Cooomoo vienen las cosas eeh! JAJAJJA
Cooomoo vienen las cosas eeh! JAJAJJA
subi otrooooo plissssssssssssss
ResponderEliminar++++++++++
ResponderEliminarOtro yaaa !!!!
ResponderEliminar+++++++ por favOr
ResponderEliminarotroooo plisss.. no nos dejes esperando hasta mañanaaaaa... :( subiii otrooooo
ResponderEliminarMuy bueno! Quiero otro
ResponderEliminarmaaaaasssssssss :D
ResponderEliminarMmmmm almenos admitio q le gusta
ResponderEliminarMaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas.. =D
ResponderEliminarSube mass!!
ResponderEliminarComo le gusta jugar con las palabras a Petercito.....
ResponderEliminarMe encanta está novela Peter esta cediendo un poco y ya aceptó q le gusta
ResponderEliminarayy masss <3 !!!
ResponderEliminarLo único que esperó es que peter no se porté como un idiota con lali
ResponderEliminarmaaaaas ... sube x lo menos 2...! :)
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