sábado, 14 de febrero de 2015

12° BAJO NUESTRO PIEL ❤



   CAPITULO 12:  1/4



Cuenta Peter

Raúl estaba sin camisa y balanceando sus brazos tatuados con un cigarrillo entre sus dedos y una botella de ron en la otra mano.

Raúl:¿Cuál bendita mierda es tu problema? Demonios, tienes asuntos maternales entonces ve a hacerte la perra con la hija de puta de Claudia. ¿Por qué soy yo el único que está lidiando con esta loca mierda?

Le estaba gritando Raúl a Mery cuando entré en la sala de juegos. Un par de bragas de encaje negro yacían en la mesa de billar, pero la mujer que las había dejado unas horas antes no estaba a la vista. Pequeños milagros.

Mery:¡Peter! ¿Lo oyes? Él no se preocupa por mí. No le importa haberme ignorado la mayor parte de mi vida y, ¿sabes que tiene una hija? Una perra estirada que ni siquiera me mira –seguía gritando ella–

Me acerqué a ella y le agarré ambas manos.

Peter:Respira hondo varias veces, Mery. Tienes que calmarte para que todos podamos hablar. El que grites no va a
arreglar nada.

Ella me miró de mala gana, pero hizo lo que le dije. Esperé hasta que inhaló dos veces antes de apretar sus manos.

Peter:Bien. Ahora, ve a sentarte en ese sofá y no hables. Déjame hablar a mí. ¿De acuerdo?

Frunció el ceño, pero asintió con la cabeza y caminó al sofá desmontable de cuero blanco que definía dos de las cuatro paredes de esta habitación. Una vez que
estuvo sentada, me di la vuelta para mirar a Raúl. Él estaba tomando otro largo trago de ron. El hombre tenía que dejar de beber, y comer algo. Se le podían ver las costillas. Su fetiche con el cuero iba más allá de los muebles. Lo usaba, también. Los pantalones que tenía, de esa tela, colgaban en sus caderas tatuadas.

Raúl:No puedo creer que lograras que se calle por un maldito minuto –murmuró y puso el cigarrillo de vuelta a sus labios–

Miré a Mery y sacudí la cabeza. Eran demasiado parecidos. A ambos les gustaba tener la última palabra.

Peter:Ella está molesta. Por favor, sólo cuida tus palabras y trata de recordar que es tu hija. La que abandonaste para vivir con la peor madre que un hijo podría tener. Ahora –miré a mi hermana– No puedes odiar a Rocio porque él decidió hacerse cargo de ella. Odiabas a Lali por las mismas razones. Ella nunca te hizo nada, pero la detestabas de todos modos. Sólo hay dos personas culpables por cómo terminaron las cosas. Raúl y mamá. Necesitas mantener tu aborrecible malicia dirigida hacia ellos. No a todo el que los rodea

Mery:Ella ha hecho que tú me odies. Nunca solías llamarme nombres hirientes. La odio porque te alejó de mí. Puedo culparla. Ella tomó a la única familia que tenía y que me amó. Todo lo que haces ahora es corregirme y controlarme. Ni siquiera me has llamado desde que dejé el hospital –escupió y se levantó– Me harté de tratar de hacer que todos me amen. No debería haberme esforzado tanto. ¡Espero que todos estén contentos!

Salió corriendo de la habitación y sus tacones hicieron clic bajo el pasillo y las escaleras. No estaba seguro de si estaba realmente marchándose o iba a empezar una pelea y ver quién la seguiría. Yo ya la había seguido por mucho tiempo. Había ayudado a hacerla de esta manera.

Raúl:Mierda. Te necesité por aquí todo el tiempo. Puedes deshacerte de ella sin
ningún problema. Maldita sea, eso fue fácil –dijo mientras se hundía en el sofá y levantaba los pies, cruzándolos en los tobillos. Su mano todavía agarraba el
ron y el cigarrillo aún colgaba de su boca– Siéntate y háblame de esa chica que no he conocido aún. Saliste corriendo de aquí cuando Princesa dejó caer su camisa

El nombre de la mujer no era Princesa Así era como él llamaba a todas las mujeres que follaba. Me dijo cuando era más joven que si las llamaba a todas de la misma manera, cuando disparara mi carga no estaría atrapado gimiendo el nombre equivocado.

Yo pensaba que era un genio en ese entonces. Quizá estaba en la categoría de artista, pero con las mujeres era un idiota. Era un milagro que todavía tuviera polla. La había metido en tantos lugares que solía preocuparme de que fuera a caerse.

Raúl:Princesa tenía un fino coño, también. Deberías haberlo visto. Todo rosa y depilado. Creo que incluso se puso aceite esa cosa para mí

Peter:No quiero oír hablar de ello. No es por eso que estoy aquí –le interrumpí antes de que pudiera seguir–

Raúl:-se rió y tomó un trago de su botella-Chupaba como una maldita aspiradora, también –dijo–

Xxx:Papi, por favor. No necesito las imágenes mentales que van junto con eso

La voz de Rocio me hizo girar la cabeza para buscar a Lali. Estaba de pie junto a Rocio con un vestido azul pálido y blanco, a rayas y de mangas largas. El escote sumergido demasiado bajo, mostrando sus pechos que estaban volviéndose cada vez mejores con el embarazo. También llegaba varios centímetros por encima de la rodilla y estaba descalza.

Raúl:Bien, que me condenen, ella es el más apetitoso bocado. Te ofrezco mi regazo, cariño, pero creo que tu hombre me podría castrar si te tengo demasiado cerca

Peter:Haría más que eso –gruñí, lanzando una mirada de advertencia a Raúl antes de caminar hacia Lali–

Rochi:Nunca enviaste comida, así que vinimos aquí en busca de algo. Todo estaba tranquilo en la casa, así que pensé que Mery se había ido –explicó–

Mierda. Me había olvidado de la comida.

Peter:Lo siento, nena. Mery estaba gritando y lo olvidé. Vamos, déjame alimentarte

Rochi:Ya tengo al nuevo cocinero, el señor Vázquez preparándonos un poco de
ensalada de pollo –respondió–

Lali:–apretó mi brazo– Estoy bien. Deja de verte tan preocupado

Tratar con mi familia no era lo que necesitaba en estos momentos. Tenía que
cuidar a Lali y a nuestro bebé. ¿Por qué había accedido a venir aquí? Lali no
pertenecía a este estilo de vida. El olor al humo del cigarrillo encontró mi nariz y
giré a Lali y la dirigí hacia la puerta.

Peter:Vamos a salir de aquí. Él está fumando –le expliqué–

Raúl:¿Realmente estás haciéndola salir porque estoy fumando? –preguntó con un tono divertido–

Ni siquiera le respondí. Sólo seguí llevando a Lali a la puerta. Estaba tentado en decirle que no respirara hasta que pudiera conseguirle aire fresco. Tenía que conseguir enderezar esta mierda de Mery, y rápido. Lali necesitaba el aire fresco y limpio de Rosemary no este lugar infestado de nicotina.

Rochi:Déjalo en paz –regañó a su padre suavemente–

Raúl:Pablo no me estaba jodiendo. El chico se ha ido y le ha salido un coño –gritó con una carcajada–

Apreté los dientes y seguí llevando a Lali hacia la cocina.

Lali:Él suena interesante. Nunca fui presentada adecuadamente

Peter:No quieres que te lo presente. No es alguien a quien quiera cerca de ti

Lali:–me miró y frunció el ceño– ¿Por qué?

Peter:Porque no tiene modales. Ninguno. En absoluto. Y los límites son un lenguaje extraño para él. Las mujeres se le lanzan y las folla, y luego pasa a la siguiente. No quiero que te mire

Lali:Realmente me gustaría poder confirmarle que, de hecho, tienes un pene.
Un muy grande y bonito pene –susurró–

Hice una mueca.

Peter Por favor, sólo llámalo grande. No lo llames bonito. Lastimas sus sentimientos

Lali se rió y se apresuró delante de mí.


¡FELIZ SAN VALENTÍN CHICAS! Les traigo 4 capitulos como regalo jajaja! En seguida les subo el siguiente. Besos y disfruten.

11 comentarios:

  1. me encantoooo . .massssssss

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  2. Me encanto!!!!!!!! Masssss

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  3. ¿Porque mery es tan forra? Ah jajaa MAAAAAAAS

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  4. Apaa pense que peter era horrible en la forma en que usaba a las mujeres,pero raul le recontra gana!!Ojala rochi valla a vivir a rosemary!!!
    seguilaa Bessos :D Ivo

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  5. Muy bueno cori, me rei en ma ultima parte, quiero el otro

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  6. Sube otrooo!!
    Atte:isabella

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  7. ++++++++++++++++++++++++++++

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  8. Vaya cafre Raúl,Mery es igualita a él.
    D momento no le veo rescate a Mery.

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