jueves, 19 de febrero de 2015

23° BAJO NUESTRA PIEL ❤



   CAPITULO 23:


 Cuenta Lali

Carlos:Aquí está. No es mucho, pero es mío –dijo mi papá mientras subía a un bote con una pequeña cabina que, estaba segura, sólo tenía una cama. Tenía la esperanza de que hubiera un sofá de algún tipo allí también–

Había estado tan aliviada cuando me bajé del avión en el pequeño aeropuerto y me encontré a Papá ya esperando por mí. Estaba preocupada de que hubiera gastado el último de mis ahorros en boletos de avión para ver a un hombre que podría no aparecer. Esta vez, había venido por mí.

Carlos:La buena noticia es que tiene dos literas y una cama de dos plazas. Voy a tomar una litera y tú puedes tener la cama. Será más fácil para ti y el bebé. Fui y conseguí algunas cosas en la tienda. Cosas que sabía que te gustaban. La nevera es muy pequeña, pero tengo un enfriador con hielo aquí también, en el que mantengo cosas frías

Me paré en el usado bote y vi cosas de mi padre. Su sombrero favorito de pescar, el que mi madre le había dado para el Día del Padre cuando era una niña, colgado en el gancho de entrar en la cabina. La caja de los trastos que Ana y yo le habíamos comprado un año para Navidad estaba en una esquina con la caña de pescar que él había comprado un verano cuando nos habíamos ido de vacaciones
familiares a Carolina del Norte. No me había dado cuenta de que todavía tenía esas cosas.

Lali:Es perfecto, papá. Gracias por dejarme venir aquí. Sólo necesitaba escapar –dije girándome hacia él–

Su bigote y barba necesitaban recortarse, pero todavía podía ver su boca frunciéndose.

Carlos:¿Qué pasa, osita Lali? Parecías tan feliz hace una semana. ¿Cómo fue que las cosas consiguieron ponerse así de mal tan rápido?

No quería hablar de eso por el momento.

Lali:Dormí en el avión y no fue un buen sueño. Han pasado más de veinticuatro horas desde que he estado en una cama. ¿Puedo tomar una siesta primero? –pregunté–

Papá parecía aún más preocupado por mi cansancio.

Carlos:No deberías haberte presionado de esa manera. ¿Por qué tenías que volar en la noche? No importa, puedes decirme más tarde. Sólo tienes que ir allí dentro y bajar esas escaleras para ir a la parte de atrás. Voy a llevar tu bolsa abajo. No hay mucho espacio, pero podemos manejarlo

No me preocupé por intentar tomar un baño en el diminuto cuarto o de cambiar mis ropas. Estaba demasiado cansada para preocuparme por algo.

Lali:Sólo quiero dormir un poco
–le aseguré–

La cama llenaba todo el "dormitorio". Tocaba todas las paredes. Me metí en ella desde la puerta y tiré mis zapatos antes de acurrucarme en una bola y caer dormida.


* * *

Era tarde cuando me desperté. El suave balanceo del bote era relajante. Estaba agradecida de no sufrir de mareo por el movimiento. Sería malo si lo hiciera. Estirándome, me senté y alcance mi bolsillo para sacar mi teléfono y encenderlo. Había estado evitando esto. A estas horas, Peter sabría que me había ido y estaría molesto. No estaba preparada para lidiar con él por el momento. Todavía necesitaba un poco de tiempo para decidir qué hacer.

No revisé mis mensajes de voz o mensajes de texto una vez que se prendió. Lo puse de nuevo en mi bolsillo y subí los escalones del pequeño cubículo en la cubierta principal. Papá no estaba alrededor, pero en el aeropuerto había mencionado que tenía un trabajo en la marina y que necesitaba ir esta tarde. A cambio, le permitieron mantener su bote amarrado aquí gratis. La pequeña nevera tenía unas cuántas botellas de agua, así que saqué una y agarré un plátano de la cesta de frutas que estaba puesta en la parte superior del refrigerador antes de salir a sentarme en el sol. Estaba ventoso pero soleado. Similar a la temperatura en Los Ángeles.

Xxx:¿Carlos sabe que estás en su bote? No me parece que sea el tipo de hombre que se enrolla con mujeres que apenas son legales –preguntó una voz profunda detrás de mí–

Me di la vuelta para ver a un hombre en sus veintitantos años de pie en el bote amarrado al lado del de mi padre. Estaba sin camisa y sus pantalones colgaban bajos en sus caderas. Era obvio que hacía trabajo manual. Era delgado pero sólido. Su pelo castaño estaba aclarado por el sol. No podía ver sus ojos porque llevaba gafas tipo aviadores.

Xxx:¿Hablas? –preguntó con una sonrisa y tomó un trago de la botella de agua en su mano–

Lali:Sí –le contesté todavía un poco sorprendida–

No había estado esperando que papá tuviera vecinos. Este era un bote, por el amor de Dios. ¿Cuántas personas vivían en sus barcos?

Xxx:¿Dónde está Carlos? ¿O estás colándote?

Era implacable en su interrogatorio.

Lali:No lo sé. Me desperté y se había ido –le respondí–

El chico levantó una de sus cejas.

Xxx:¿Así que él sabe que estás aquí?

¿Quién era, un maldito policía?

Lali:Carlos es mi padre. Es muy consciente de que estoy aquí –le contesté sonando un poco más molesta de lo que quería–

Una sonrisa se dibujó en su rostro y tenía dientes blancos y perfectos. No era lo que esperaba de un tipo que vivía en un bote.

Xx :Así que eres Lali. Gusto en conocerte. Soy Victorio o Vico como quieras llamarme –respondió y tomó otro trago de su botella de agua–

Lali:¿Victorio? –pregunté antes de que pudiera detenerme. Sabía que sonaba
grosero–

Vico:Sí –respondió–

Lali:Es sólo... es un nombre extraño –contesté–

Dejó escapar una risita baja y se despidió marchándose.

Una vez sola de nuevo, me recosté en mi asiento y apoyé las piernas sobre un cubo boca abajo. Mi teléfono empezó a sonar e incluso debatí mirarlo. Si era Peter iba a querer contestarle. Tal vez era hora de que lo hiciera. Necesitaba saber dónde encontrarme.

Bajé la mirada y, por supuesto, el nombre de Peter estaba en la pantalla de mi teléfono. Hice clic en contestar y lo acerqué a mi oreja. No estaba segura de qué decirle. Había sido un desastre emocional cuando tuve que salir corriendo. Necesitaba espacio y tiempo. Ahora lo estaba extrañando. ¿Cómo iba a casarme con él si ni siquiera podía estar a su lado cuando me necesitaba? ¿Iba a estar siempre con este malestar cuando él no estuviera cerca cuando lo necesitara?

Peter:¿Lali? Por favor, Dios, dime que contestaste el teléfono.

La voz de Peter estaba mezclada con pánico. Me sentí culpable.

Lali:Soy yo –le contesté–

Peter:¿Dónde estás, cariño? Por favor, dime dónde estás. Juro que nunca te dejaré de nuevo. Ya me cansé de lidiar con la mierda de mi hermana y de ser el padre que mis padres no fueron. Sólo te necesito a ti. Por favor, ¿dónde estás? Estoy en Rosemary y no estás aquí

Estaba tan preocupado. Lo había asustado.
Mi garganta se apretó y mis ojos punzaron.

Lali:Estoy en Key West con mi papá –le contesté–

Peter:Mierda. ¿Te pasó a buscar por el aeropuerto? ¿Te estás quedando en su bote? ¿Te está alimentando?

Peter se detuvo en sus muchas preguntas y respiró hondo. Me di cuenta de que estaba tratando de calmarse.

Peter:Él fue por mí, y estoy bien. Compró algunas provisiones antes de que llegara aquí, así que he comido

Me detuve y apreté mis ojos fuertemente con el fin de contener las lágrimas. No quería llorar. Peter se volvería completamente loco si me escuchaba llorando.

Lali:Lo siento. Estaba molesta y necesitaba alejarme de todo. Necesitaba tiempo para pensar

Peter:Sé que estás molesta. Tenías todo el maldito derecho a estar molesta. Pasaste por un susto sin mí y me odio por ello. Deberías haberme dejado. Demonios, yo me habría dejado –se detuvo y respiró hondo–¿Puedo ir a buscarte? ¿Por favor? Te necesito, Lali

¿Sería siempre así? ¿Siempre iría en segundo lugar después de Mery? ¿Iría
nuestro bebé en segundo lugar? Sabía que él creía que había terminado con ella, pero no era tonta. Amaba a su hermana y lo mataría ignorarla cuando ella lo necesitara. Supongo que lo que tenía que preguntarme era ¿podría vivir sin él? No. Era así de sencillo. Incluso con mi corazón todavía sufriendo porque ayer no hubiera estado allí para mí y el bebé, aún lo necesitaba, no podía imaginar la vida sin él.

Peter:Mery tuvo una sobredosis. La encontré inconsciente en la habitación del
hotel. Dejé mi teléfono allí cuando me fui corriendo con los paramédicos para llevarla al hospital. Es por eso que no te respondí. Lo siento mucho, La. Estoy tan malditamente arrepentido

La súplica en su voz rompió mi corazón. Debería haber sabido que se trataba de algo serio. Peter siempre respondía a mis llamadas y textos.

Lali:¿Mery está bien? –pregunté–

No porque me importara Mery, sino porque me importaba Peter.

Peter:Sí. Le hicieron un lavado de estómago. Mi madre la va a llevar a un centro en Montana para obtener ayuda. No puedo seguir tratando de controlarla. Tengo
que concentrarme en ti y nuestro bebé

Levanté la mirada mientras mi padre entraba en el bote. Llevaba una bolsa
de papel en una mano y un litro de té dulce en la otra. No estaba lista para dejarlo aún. Acababa de llegar aquí y me gustaba verlo feliz. O por lo menos, contento

Lali:Quiero quedarme y visitar a mi padre por un tiempo –le dije sabiendo que iba a discutir–

Estaba extrañándole muchísimo y sabía que él sentía lo mismo.

Peter:Está bien. ¿Puedo ir a visitarlo, también? –preguntó–

Mi padre me estaba mirando y una pequeña sonrisa tiró de sus labios. No tenía que decirle lo que había preguntado Peter. Él ya lo sabía.

Carlos:Dile al chico que venga. Tengo lugar para uno más

Lali:Me gustaría eso. Te echo de menos –le contesté–

Peter:–dejó escapar un suspiro– Dios, cariño, yo también te echo de menos. Malditamente demasiado. Estaré ahí tan pronto como pueda conseguir un vuelo para allá


EL CAPITULO DE HOY!  Se que lo subí algo tarde pero he estado viendo videos de ca si angeles y se me ha pasado volando la tarde. Besos y espero sus comentarios

11 comentarios: