martes, 24 de febrero de 2015

28° BAJO NUESTRA PIEL ❤



   CAPITULO 28:



Cuenta GASTÓN

Mi hermano realmente se casaba. Sabía que iba a suceder la primera vez que lo vi ponerse como una bestia por Lali, pero, maldita sea, realmente verlos ensayar había sido real. Maldita sea, demasiado real. Me sentía como que lo estaba perdiendo un poco. No era que no estuviera feliz por él, porque lo estaba. Sólo que había sido mi compañero del crimen durante tanto tiempo como podía recordar. Ahora él sería de Lali.

Tomé una copa de champán de la bandeja mientras el mesero caminaba a mi lado. Bien podría tomar esta mierda burbujeante hasta que pudiera conseguir algo real en el bar, dentro de unos minutos. Escaneando a la gente, pensé en Mery y cuán jodida había dejado que llegara a ser toda esta mierda. Necesitaba algo que me ayudara a olvidarla. No es que no la hubiera superado, porque lo había hecho. Ella se había asegurado de ello. Perra loca.

Un par de los ojos más sensuales que jamás había visto se encontraron con los míos, me congelé y la estudié. No la había visto antes. Nunca. Nunca olvidaría esos malditos ojos. No fue el color lo que me atrajo porque desde aquí no podía decir cuál era. Fue su forma rasgada y las pesadas pestañas que se desplegaban sobre ellos. Las mujeres pagan un buen dinero por pestañas postizas que nunca podrían verse tan bien como esas. Arrastré mis ojos por la cara hasta que
aterrizaron en una gran boca. MIERDA. Mi pene se agitó con vida. Era amplia y sus labios eran tan condenadamente llenos.

Una chica con una boca como esa era la
fantasía de todo hombre. Casi tenía miedo de que mi mirada viajara más lejos. Si seguía yendo iba a correrme jodidamente en mis malditos pantalones. No tuve tiempo de pensar en ello, porque ella se dio la vuelta y, como una brizna de aire, se había ido.

Pelo rubio largo que se balanceaba mientras se movía, rozando por encima de la cintura. Santa madre de Jesús, tenía el pelo hasta su perfecto pequeño culo. Aparté
la mirada. No sabía quién demonios era, pero no se escaparía de mí. Necesitaba tener una probadita de esa boca y ver a sus ojos encenderse con el placer mientras
retiraba ese cabello largo y la follaba.

Hablando de una puta distracción. Ella era la única maldita distracción que cualquier hombre necesitaba para cualquier cosa. Demonios, podría hacerme olvidar mi maldito nombre. Salió de la sala de baile hacia el pasillo. Caminaba rápidamente, pero con tanto silencio que nadie a su alrededor parecía darse cuenta. ¿Cómo las personas no la notaban? ¿Estaba alucinando? ¿Qué hombre con una polla no ponía los ojos en ella y no estaba pendiente de cada movimiento que hacia?

Entré en el pasillo segundos después que ella y miré alrededor. Al principio pensé que la había perdido, pero luego me di cuenta del movimiento hacia la derecha y el pelo largo y rubio que se asomaba por la esquina. No me vio, pero seguro como el infierno que yo vi ese cabello. Caminé tan silenciosamente como pude en su dirección.

Xxx:Cálmate. Era sólo un chico. Uno muy, muy caliente, pero sólo un chico

La oí que se decía en voz baja mientras me acercaba a ella. ¿Qué carajo?

Xxx:Respira hondo. Eres una chica grande. Puedes manejar a un chico que te mira –dijo en el mismo susurro–

Me detuve antes de llegar lo suficientemente cerca para que me viera.
Estaba hablando consigo misma. La había puesto nerviosa. ¿Cómo? Cuando una mujer lucía así, tenía que estar acostumbrada a chicos malditamente mirándola desde el otro lado de la habitación. Empezó a decir de nuevo que sólo era un chico y no pude evitar la sonrisa de mi cara. Esto era tan adorable.

Gastón:Podría ser un extraterrestre como E.T. Entonces tendrías que estar preocupada. Tal vez deberíamos ir a comprobar y asegurarnos –dije casualmente–

Todo su cuerpo se tensó y no movió un músculo. Tampoco giró ni me miró. Mantuvo la espalda apoyada contra la pared detrás de la que había estado
escondida. Lo único que se movió fue su mano. Parecía que la había usado para
cubrir su boca. Solo seguía haciéndose más adorable.

Gastón:Probablemente estás a salvo. Peter y Lali no sienten mucho cariño por la especie alienígena. Son así de prejuiciosos

Continué, esperando que mi ridícula
conversación la hiciera sonreír y relajarse. Porque la quería relajada. Por lo menos
lo suficiente para que pudiera tener una probadita.

Todavía no se movía. Su mano permaneció firmemente sobre su boca y se congeló en su lugar. Me acerqué a la esquina y en el pequeño cubículo que había encontrado entre los dos pilares en la pared. Incluso con mi espalda apoyada contra la otra pared, nuestros cuerpos casi se tocaban. Sus ojos se abrieron con sorpresa mientras me deslizaba en su escondite con ella.

Gastón:Supongo que no puedes hablar mucho con la mano sobre tu boca de esa
manera. ¿Cómo exactamente planeas hablar conmigo? –le pregunté y sonreí
alentadoramente–

No quería que pensara que era peligroso.
Lentamente movió su mano y la dejó caer a su lado, pero se mantuvo pegada a la otra pared como si quisiera estar lo más lejos posible de mí.

Gastón:Eso está mejor. Me gusta ver esa boca tuya. Estabas obstaculizando la
vista –le dije entonces le guiñé un ojo–

Se aplastó aún más contra la pared. Ésta
tenía que ser la experiencia más extraña que jamás había tenido con una mujer. La
mayoría de ellas se lanzaban hacia mí y era fácil. Me gustaba eso. Menos trabajo. Pero maldita sea si no estaba disfrutando de esto y su comportamiento voluble. Era refrescante y único.

Gastón:Soy Gastón. El hermano del novio –le expliqué esperando calmarla un poco–

Funcionó. Frunció el ceño y una arruga entre sus cejas apareció, haciendo su cara perfecta más humana. Más accesible. Me gustó mucho. Mucho. Tal vez podría
hacerle fruncir el ceño más.

Xxx:Peter no tiene un hermano –respondió con total naturalidad–

Así que conocía a Peter. Interesante. Nunca la había visto o de seguro que la habría recordado. Había asumido que estaba con un invitado o de alguna manera conocía a Lali. Había algunas personas aquí que no conocía.

Gastón:Bueno, ahí es donde te equivocas, hermosa. Peter y yo nos convertimos en hermanastros cuando éramos niños. Sólo porque nuestros padres no lograron salir adelante, no significa que nosotros no lo hiciéramos

Sus ojos parpadearon con reconocimiento. Sabía quién era yo. Tiempo de juego limpio. Quería saber quién era ella.

Gastón:¿Quieres decirme quién eres? Dado que obviamente has descubierto quien soy

Sus ojos se retiraron de los míos para estudiar el suelo.

Xxx:Creo que tengo que volver a entrar –susurró–

Su voz ya suave fue incluso más suave cuando susurró. Me pregunté si era tan tranquila y educada cuando se corría. Por el
momento, eso era todo lo que podía pensar. Todo lo que quería saber.

Gastón:No puedes irte ahora. Si regresas ahí voy a perseguirte toda la noche –le advertí, esperando que no me hiciera sonar como un psicópata–

Esa boca suya hizo una O y mi imaginación se volvió loca. No era de los que se sentía atraído por una chica nerviosa, pero esta actitud formal y correcta estaba empezando a construir una fantasía sexual en mí.

Xxx:¿Por qué? –preguntó–

El sonido musical de su voz me recordó las
campanillas que tintinean, a menudo ignoradas por su belleza simple, en las
canciones.

Gastón:¿Quieres la verdad? –le pregunté, acercándome a ella e invadiendo el
espacio personal que estaba tratando de proteger a toda costa–

Xxx:Por favor –respondió en voz tan baja que casi no la oí–

Gastón:Porque todo lo que puedo pensar es en la forma en que esos ojos tuyos se verían intermitentes con necesidad y la manera en que luciría esa boca asombrosa mientras gritas de placer. Y este cabello –contesté deslizando mis manos en él y tirando suavemente– Joder, nena, este cabello debería ser ilegal

Me había acercado demasiado y su respiración era corta y rápida. Y maldita sea, olía increíble. A fresas y crema.

Xxx:Oh –respondió mirándome con unos ojos que ahora podía decir que eran de color avellana claro–

Tan únicos como ella. También no había una gota de máscara en sus pestañas. Esto era natural. Completamente natural.

Gastón:¿Quién eres? –le pregunté con asombro ante la visión de la perfección
presionada contra mí–

Parpadeó varias veces, como si no pudiera entender mis palabras. Estaba casi dispuesto a recogerla y arrastrarla afuera hacia mi camioneta con o sin nombre.

Xxx:Rocio –respondió–

Lentamente la comprensión cayó encima mío como un balde de agua helada. ¡JODER! Era la hermana de Mery.


¡Y LLEGÓ EL REENCUENTRO GASTOCHI! Ahora les subo el siguiente de hoy.. NO saben lo que me reí cusando Gastón dijo lo de E.T Jajaja. ❤❤

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