jueves, 19 de marzo de 2015

11° ENAMORADA DEL CHICO "MALO" ❤



   CAPITULO 11:



Antes de poner el motor en marcha, en un arranque de caballerosidad, Peter me había cedido su cazadora de cuero, no sin dedicarme una larga mirada de pies a cabeza.

Peter:Ponetela, ¿queres? No me gustaría llegar a casa y comprobar que te convertiste en un cubito de hielo.

Lali:No hace frío –protesté, solo por llevarle la contraria–

Peter:Es solo una campera de cuero, L, no un anillo

Se la arrebaté y me la puse. Conservaba el calor de su cuerpo y olía tanto a él que fue como si me hundiera de nuevo en su pecho. Cumplió su promesa y esta vez convirtió nuestro viaje en un agradable paseo, aunque yo no dudé en agarrarme a su cintura por si decidía jugármela de nuevo, pero Peter no parecía tener ninguna prisa por llegar.

Dejamos atrás una  plaza llamada Plaza Moreno y cuando giró hacia el sur fruncí el ceño. No había necesidad de tomar ninguna ruta alternativa, a esas horas de la madrugada las calles estaban prácticamente desiertas.

Lali:¿A dónde vas? –le grité a través del casco, cuando me quedó claro que no se dirigía al apartamento que compartíamos–

Peter:A dar una vuelta –respondió, evasivo–

Debería haber imaginado que acabaría metida en algún lío en cuanto se ofreció a acercarme. No podía creer que hubiera caído otra vez en su trampa. Mascullé una maldición y me tragué los insultos que me venían a la mente a la espera de que estuviera sana y salva y con los pies en tierra firme.

Pocos minutos después me era imposible ubicarme. Nunca antes había estado en Argentina y, aunque me defendía con el mapa en la mano, callejear por aquella ciudad era harina de otro costal. No tenía ni la más remota idea de a dónde me estaba llevando.

Mi enfado no hizo más que aumentar al contemplar el acceso del parque frente al que detuvo la moto.

Lali:¿Bromeas? –pregunté sin hacer ademán de descender del asiento– No soy una quinceañera a la que puedas meterle mano de madrugada en el banco de un jardín

Peter se quitó el casco y se volvió con un brillo travieso en los ojos.

Peter:No es un jardín. Tiene una de las mejores vistas de toda la ciudad, y no te he traído acá para chaparnos

No sabría decir si su afirmación me decepcionaba o no. Estar a su lado era como sentarse sobre una bomba de relojería y rezar para que el mecanismo de ignición no cumpliera su función. Pero lo peor era que me intrigaba su forma de actuar y no podía evitar sentirme atraída hacia él como si fuera imán y yo un trozo de metal. Al menos por ahora me mostraba su cara más amable.

«Y por ahí se va mi propósito de mantenerme al margen de los problemas», reflexioné, aceptando la mano que me tendía.

El camino estaba bordeado de árboles y una fila de farolas, y discurría entre pequeñas colinas. Conté al menos siete promontorios. No entendía de qué vistas hablaba Peter, si apenas alcanzaba a ver los edificios cercanos.

Cuando me obligó a ascender por una de las laderas estuve a punto de dar media vuelta y volver a casa por mis propios medios. Pero una vez arriba el paisaje me dejó sin aliento.

Peter:No es uno de los sitios más visitados incluso hay muchos Argentinos que desconocen que existe –murmuró en voz baja– Pero no encontrarás un sitio mejor para creer que todo es posible

Comprendí a la perfección lo que intentaba transmitirme. La ciudad se extendía a nuestros pies, totalmente iluminada, como un manto resplandeciente. Por un momento me dio la sensación de que habíamos alcanzado el Olimpo griego y el mundo solo era un patio de recreo en el que jugar con el destino de unos pocos humanos.

Me dejé caer sobre la capa de hierba que tapizaba el suelo y Peter se sentó a mi lado. Sentí la humedad traspasar la tela del pantalón vaquero que llevaba puesto, pero no me importó. Estaba demasiado impresionada para protestar.

Lali:¿Dónde estamos? –lo interrogué, absorta en el paisaje–

Peter:En el parque de las siete tetas –afirmó, soltando una carcajada– El Cerro del Tío Pío –añadió, al ver mi expresión perpleja– Pero es más conocido por el primer nombre. ¿Ves la suave curva de cada una de las colinas?

Dibujó en el aire la forma del montículo que quedaba a nuestra derecha y mi mente correspondió a la sensualidad de su gesto aumentando la temperatura de mi cuerpo. En ese momento, haberme puesto la cazadora de Peter ya no me parecía tan buena idea. No importaba cuán despreocupado se mostrara, desprendía magnetismo con cada uno de sus movimientos. Agradecí el tacto fresco del césped bajo mis piernas.

Lali:Sí –acerté a decir, aunque todo lo que veía en aquel instante era a él–

Exhibía una sonrisa sincera y era obvio que el lugar le resultaba reconfortante, como el que regresa a casa después de mucho tiempo y todo está diferente pero a la vez nada ha cambiado. Nos quedamos callados, el uno junto al otro, deleitándonos con el silencio y la tranquilidad que nos envolvía. En ocasiones alguno de los dos se movía y su muslo rozaba el mío, y siempre que eso ocurría un escalofrío descendía desde mi nuca hasta la parte baja de mi espalda.

Peter me rodeó con el brazo y me atrajo con delicadeza hacia él, como si temiera que fuera a rechazarlo. No opuse resistencia. Ahora sí, decidí, que aquel lugar era perfecto.

Al regresar junto a la moto un ciclón de emociones empañaba su mirada. Parecía mantener una agitada lucha interna y yo era incapaz de adivinar cuál era el motivo de tan encarnizada batalla. Había demasiado de él que desconocía, y tenía el presentimiento de que apenas había empezado a arañar la superficie. Porque estaba muy claro que había más, mucho más, escondido tras la fachada de chico arrogante y en guerra perpetua con el
resto del mundo. Salvo el abrazo que nos había mantenido unidos mientras
contemplábamos la singular estampa nocturna de Argentina, no había intentado nada más. No me había avasallado con su presencia, como en otras ocasiones, ni invadido mi espacio vital. Lo que era toda una novedad.

Con el motor rugiendo bajo mi cuerpo y mi pecho reposando contra su espalda, no podía hacer otra cosa que especular sobre su aparente cambio de actitud y preguntarme qué se proponía con esta nueva estrategia. ¿Cuánto del verdadero Peter había en el chico que me había llevado hasta aquel parque y cuánto en el que miraba a su alrededor con una eterna mueca de disgusto?

Lali:Gracias por el paseo –comenté al entrar en el portal, precediéndole–

Me abracé al casco que llevaba entre las manos, nerviosa por su prolongado silencio. Aún vestía su cazadora, que me quedaba varias tallas grande, y el tacto del cuero impregnado de su aroma aturdió mis sentidos cuando ambos accedimos al ascensor. Él asintió y sonrió, pero la alegría no se reflejó en sus ojos. Se concentró en los indicadores luminosos que informaban en qué planta nos encontrábamos y yo hice lo mismo. De pronto, el momento de intimidad compartido apenas una hora antes parecía alzarse entre nosotros como una barrera imposible de salvar.

Lali:¿Estás bien? –le pregunté, porque su cara había adquirido un tono pálido enfermizo–

Si no estuviera segura de que no había bebido nada en el bar, hubiera apostado por que estaba en la fase de bajón en la que las opciones se reducían a dormir la mona o vomitar.

Peter:¿Sabés esos momentos en los que deseas algo con todas tus fuerzas pero sos consciente de que vas a cagarla? –replicó él sin mirarme– Tu mente te dice que continúes adelante, como has hecho siempre, pero el resto de tu cuerpo se niega a ello

No supe qué contestarle. El ascensor parecía haberse detenido y yo lo único que quería era que las puertas se abrieran de una vez antes de que las cosas se pusieran más intensas. Me apreté contra una de las esquinas y murmuré algo ininteligible para que supiera que le estaba escuchando.
No me gustaba el rumbo que estaba tomando la situación. Al margen del
paréntesis en el pulso constante que manteníamos desde que nos habíamos
conocido, yo creía seguir teniendo claro lo que me convenía. Hubiera firmado en ese mismo instante por una aventura de una noche con algún tipo guapo y amable, algo que devolviera mi corazón a la vida, que me mostrara que los para siempre no existen pero los aquí y ahora no están tan mal. Porque seguir esperando el amor perfecto me resultaba pueril y ya había descubierto que la ingenuidad solo se traduce en dolor y heridas que nunca terminan de cicatrizar. Pero con Peter la posibilidad de una sola noche no tenía cabida. Vivíamos, trabajábamos y estudiábamos juntos, y ambos poseíamos suficiente carácter como para abocar cualquier intento de acercamiento a
un estrepitoso fracaso.

No quería pensar en la charla que había escuchado a hurtadillas ni en la atracción que despertaba mi compañero de piso en mí. No sé si se trataba de sensatez o de cobardía, pero era cuanto tenía y pensaba agarrarme a esa resolución con todas mis fuerzas. Y aun así deseaba descubrir qué era lo que escondía Peter, tal vez porque suavizar su sufrimiento fuera una manera de exorcizar mis propios demonios. 

Reconocí la montaña rusa de mis emociones como a una vieja amiga. A
veces pecaba de veleta, era algo que no podía negar. Podía tomar una decisión y a los dos segundos plantearme de nuevo si era la más adecuada. Me dieron ganas de golpearme contra la pared a ver si así la parte inquisitiva de mi cerebro se tomaba unas vacaciones.

La presencia de Euge en el salón me salvó de afrontar una despedida incómoda. Estaba sentada en el sofá, en pijama, delante de una bolsa de churros y un vaso de chocolate humeante. Peter musitó un buenas noches y se perdió en la oscuridad del pasillo, directo a su habitación. Fue como contemplar alejarse a un fantasma.



Sólo voy a decir que MUCHAS visitas y POCOS comentarios! Así quitan las ganas de seguir la novela. 

31 comentarios:

  1. Eiii nos encanta tu novelaa!!! Siguelaa

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  2. 2 capitulos por dia por favor!!! Como hacias con la antigua novelaa!!!

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  3. Cuando peter dice lo de que hay momentos en los que tu mente quiere hacer una cosa y tu cuarpo otra se refiere a que quiere besarla??

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  4. No porfa sigue escribiendo tu novela me encanta

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  5. Pero no es mas importante las visitas??
    PD: AMO tus noves!!! ����

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  6. sigue la novela capas no todos comentan por el tema del tiempo aca en argentina muchas empezaron con el colegio y la facultad y no tienen mucho tiempo por lo menos ami me pasa eso

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  7. sube otro capitulo hazlo por las que comentan por lo menos

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  8. Pero si tenes muchas visitas quiere decir que la novela tiene exito algunos no se animan a comentar o capas no pueden

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  9. me encanta la nove no dejes de subir!! masssssssss

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  10. Si subes mas comentamos mas

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  11. Sube mas!!! AMAMOS tu nove!!!! Serrana

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  12. subeee otroooooo te escribo de Venezuela.....!!! sube otro cap...!!

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  13. Segui con la nove esta muy buena!!!

    Ines ;)

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  14. Porfa subi otroo !!!!

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  15. me encata corii!!! Al igual que todas las novelas que subis.

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  16. NO dejes de subir!!!!! Me encanta tu nove
    Aveces tardo en comentar cx la diferencia de horario
    Y ahora son las 1:45 am y estoy leyendo tu nove

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  17. Es la mejor novela, no hay tantos comentarios porque son anonimos:/

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  18. Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas.. =D

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  19. Maaaaaaaasssssss
    me la lei entera hoy y me ha encantado
    bsss

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  20. Pasa el link de la novela en watpadd

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  21. La veleta parece el chico malo

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