jueves, 12 de marzo de 2015
6° ENAMORADA DEL CHICO "MALO" ❤
CAPITULO 6:
Llegué a mi nuevo hogar muerta de hambre. Los pastelitos que había tomado me habían llenado en su momento, pero ahora mi estómago protestaba de forma cada vez más sonora. Permanecí durante un minuto largo frente a la puerta con la llave en la mano y rumiando la posibilidad de que Peter estuviera allí acompañado de la rubia con la que se había marchado. Pensar en encontrarlos revolcándose en su habitación disminuyó mi apetito de forma instantánea.
«¿Qué más te da con quién se acueste?», me reproché a mí misma mientras me decidía a entrar.
Solté el aire que había estado reteniendo de forma inconsciente. Peter estaba tirado sobre el sofá con los ojos cerrados y los brazos detrás de la cabeza. Las mangas de la camiseta se le ceñían a los bíceps, tensos por la postura, y en la parte interna del derecho me llamó la atención otro tatuaje que no había visto hasta ahora. Me acerqué de puntillas y me incliné sobre él. Su respiración regular me indicó que estaba dormido y no había peligro de que me pillara curioseando.
«Parte de mí», leí en una elegante caligrafía.
Fruncí el ceño al tratar de encontrarle un significado. ¿Quién era parte de él? Peter no parecía la clase de tío que se tatúa por una chica, aunque tampoco es que yo lo conociera demasiado. Tal vez en su pasado había un gran amor, uno de esos que te marcan tanto que te hace llevarlos en la piel, a la vista de todos, no tiene importancia en comparación con la huella que dejan en tu interior.
Me puse rígida en cuanto escuché la puerta principal del piso abrirse a mi espalda. Disimulé apartándome de Peter con rapidez y fingiendo que miraba la calle desde la ventana del salón. Lo sé, no era demasiado original, pero no se me ocurrió nada mejor. Me podía haber ahorrado la pequeña puesta en escena, porque Euge pasó por el salón como una exhalación sin saludarme ni detenerse siquiera a cerrar del todo la puerta. La expresión congestionada de su rostro y los sollozos que escuché mientras se alejaba a la carrera por el pasillo
consiguieron que me olvidara por completo de Peter y la siguiera.
Lali:¡Espera, Euge! ¿Qué ha pasado? –grité al ver que se encerraba en su dormitorio dando un sonoro portazo–
Peter ya estaba a mi lado cuando Maxi apareció en el umbral del apartamento. No lo había vuelto a ver desde el día en que llegué a Argentina y, dado que en esa ocasión dormitaba en aquel mismo salón con un brazo sobre la cara, tardé unos instantes en relacionar a ese chico con el que tenía delante de mí. Por su gesto serio deduje que Euge y él debían haber tenido una pelea de las gordas.
El recién llegado nos miró indeciso antes de pasar por nuestro lado en dirección a la habitación de su novia. Peter lo agarró del brazo, pero él se soltó de forma brusca y lo fulminó con la mirada.
Peter:¿Qué mierda le has hecho, Maxi? –preguntó con manifiesta hostilidad–
O bien no había estado tan dormido como parecía o era capaz de pasar de cero a cien en menos de un segundo. El aludido lo ignoró y se marchó por el pasillo. Peter masculló una maldición y le siguió, apretando los puños a los costados. Estaba muy cabreado. Aquello no podía acabar bien. Maxi llamó a la puerta de la habitación de Euge.
Euge:¡Andate! ¡No tengo nada más que hablar con vos! –gritó ella, provocando una nueva ronda de golpes sobre la madera por parte de su novio–
Podía oír la respiración acelerada de Peter, situado delante de mí. Parecía a punto de lanzarse sobre Maxi.
Euge:Espero que mereciera la pena acostarse con ella –prosiguió con la voz ronca por las lágrimas–
Acto seguido Peter empotró a Maxi contra la pared. Con una mano sobre su cabeza y todo su cuerpo haciendo fuerza para que no se moviera, Peter tenía la vista clavada en el cuello del novio de Euge, que se retorcía para zafarse sin mucho éxito. Los músculos de mi compañero de piso se marcaban de tal manera que hubiera podido perfilarlos con el dedo a través de su ropa.
Peter:¿Le has puesto los cuernos boludo? sos un pendejo –le gruñó–
Acto seguido lo agarró del pelo y estampó su cabeza contra la pared una vez más.
Esbocé una mueca. Eso había tenido que doler. Reaccioné justo cuando Peter se preparaba para lanzar su siguiente golpe. Maxi era mucho menos corpulento que él, y si Peter le atizaba con toda su fuerza no me extrañaría que lo dejara sin sentido.
Lali:¡Para! –le grité–
Me aferré a su brazo ya en movimiento. Instintivamente, él tiró hacia atrás y su puño pasó rozando mi sien. Palideció al darse cuenta de que había estado a punto de golpearme y soltó a Maxi, que resbaló por la pared y se quedó sentado en el suelo. Euge abrió la puerta en ese momento y nos encontró a todos inmóviles, mirándonos en silencio.
Euge:Andate te dije –le dijo a su novio, y se cruzó de brazos a la espera de que obedeciera–
Maxi:No es lo que pensás, Eu
Euge:No me llames así
Peter apartó la mirada de mí y se centró en la pareja. Puso en pie a Maxi agarrándolo de la chaqueta y lo empujó en dirección al pasillo. Euge contenía las lágrimas a duras penas.
Lali:¿Estás bien? –le pregunté, sintiéndome estúpida porque era obvio que no lo estaba–
Ella asintió y se limpió los surcos húmedos de las mejillas.
Euge:Solo necesito… echarme un rato y…
Fue incapaz de terminar la frase. La atraje hacia mí y la abracé, consciente de que había poco que pudiera decir para reconfortarla. Yo lo sabía mejor que nadie.
Peter reapareció solo y se quedó observándonos con los dientes apretados
y una expresión severa y contenida. Si yo no hubiera estado allí, es posible que aún siguiera golpeando a Maxi.
Peter:Ya se ha ido
Hice un gesto de asentimiento. El cuerpo de Euge se quedó laxo entre mis brazos al escucharle. Podía imaginar lo que estaba pasando por su cabeza. Si era la mitad de ilusa que yo, seguramente se culparía por lo sucedido y además estaría lamentándose por lo rápido que Maxi se había rendido. Aunque quién sabe, tal vez ella no fuera tan masoquista.
Euge:Voy a descansar –dijo y volvió a su habitación sin mirarnos siquiera–
Permanecí unos instantes junto a la puerta, dudando si debía entrar y hacerle compañía. No la conocía tan bien como para saber si deseaba estar sola o en realidad estaba tan avergonzada por lo sucedido que encerrarse le parecía una solución adecuada.
Peter:No quería… –empezó a decir–
Lo miré y negué con la cabeza, dándole a entender que ni siquiera había llegado a tocarme, aunque la verdad fuera que su violenta reacción me había trastornado. Ya sabía que era arrogante y deslenguado, pero ver esa faceta suya me había puesto los pelos de punta. Demasiados recuerdos, demasiados parecidos. Hice ademán de entrar en mi habitación.
Peter:¿Queres comer algo? He preparado una ensalada y algo de pollo –preguntó, vacilante–
En otras circunstancias me habría sorprendido que hubiera cocinado para
ambos e incluso puede que le hubiera tomado el pelo al respecto. Tal vez quería compensarme por el numerito de la facultad. Me daba igual. Le di la espalda.
Lali:He perdido el apetito –contesté, antes de cerrar la puerta y dejarlo fuera–
Veinte minutos más tarde seguía tirada en el colchón contemplando el techo y escuchando los sollozos de Euge en la habitación de al lado. Me levanté, salí de mi dormitorio y, tras dar dos golpes en la puerta, me metí en el suyo.
Lali:¿Quieres hablar? –le dije, y me tumbé a su lado–
Euge:Se chapó con una mina de mi clase, una pendeja a la que tendré que ver todos los días hasta que acabe el curso –soltó sin pararse a respirar–
Tenía los ojos enrojecidos y chorretones de Rimmel manchándole la cara
Euge:Es.. un capullo -sonrió apenas y le sonreí-
Lali:Me hago una idea –le constesté– ¿Qué vas a hacer?
En cuestión de relaciones no me quedaba casi nada por ver, no quería dar por supuesto que Euge rompería con él. Sabía que no llevaban demasiado tiempo juntos, pero cosas más extrañas había visto, y vivido.
Euge:Odiarle el resto de mi vida
Lali:Vale –acepté de buena gana. Puede que ella, con su carácter dulce e inocente, fuera más fuerte que yo– ¿Podemos odiarlo juntas?
Esbozó una sonrisa triste y asintió con pequeños movimientos, como lo haría una niña de tres años. La rodeé con los brazos y nos tumbamos juntas sobre la cama. El resto de la tarde lo dedicamos a maldecir a los hombres en general y a Maxi en particular.
No me digan... Odian a Maxi y aman a Peter por darle su mercido.. JAJAJAJA mañana les subo otro! ❤❤
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Tal cual odio a maxi y amo a peter ojala lali hubiera dejado que peter lo dejara darle una paliza por maldito
ResponderEliminarDani
Mas!
ResponderEliminarLe hubiera roto la cara a Maxi tanto para que no saliera de casa
ResponderEliminar* le salio el lado mas rudo a la chica jajaja*
yo quiero saber que es lo que le pasó a Lali con su ex..
Espero el prox caap
Subi otroooooo plissssss
ResponderEliminarSube otro plissss
ResponderEliminar+++++++++++++
ResponderEliminarMaasss
ResponderEliminarHayy ni puedo esperar hasta mañana!,
Me encanto
ResponderEliminar+++++
@x_ferreyra7
Massssssss
ResponderEliminarMaaaaass! Solo eso Cori! Maas!
ResponderEliminarQuiero saber peter q siente por lali!!
ResponderEliminarCori, lo prometido es deuda y me encanto el cap boluda subi mas. Sabes que amo la novelalamento no leerte antes pero ya sabes mis compromisos(? Jajajajajaaja subi mas y subi maÑana
ResponderEliminarmas me encanto pero un poco corto
ResponderEliminaratt diana
Beso laliter YAA!!!
ResponderEliminarPeter le dio su merecido a Maxi.
ResponderEliminarHolaaa! Ahora empiezo a leer esta novela y es lo mas ! Re linda (perdón si escribí algo mal es que soy italiana ) 👏❤️
ResponderEliminarTu ausencia nos merece Maratón
ResponderEliminarTal cual...
EliminarHola soy nueva lectora y me encanta la nove subi mas
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