CAPITULO 19: 2/3
Xxx:¿Lista? –preguntó Euge–
Ignoré el tono burlón de su voz. Durante el resto de la tarde había insistido en conocer la identidad de mi misterioso ligue. Yo no había hecho otra cosa que reírme. Puede que estuviera disfrutando más de lo que debiera. Peter me envió un mensaje a las siete, informándome de que no pasaría por casa e iría directo al bar. No había nada que delatara cómo iba a reaccionar, pero medio minuto más tarde mi móvil volvió a vibrar.
Peter:¿Sigue en pie nuestra cita?
Le contesté con un simple: Sí.
Encaraba mi reencuentro con él con una mezcla de ansiedad y felicidad. Estaba emocionada, no pensaba negarlo. No recordaba haberme sentido así desde hacía mucho tiempo. Ni siquiera las últimas reconciliaciones con Benjamín tenían el dulce sabor del que disfrutaba en ese momento.
Le enseñé la lengua a mi compañera de piso de manera infantil, aunque ella correspondió al gesto con una carcajada.
Lali:Enseguida acabo
Me había enfundado unos pantalones oscuros y un corsé negro y blanco, regalo de Tefy que no había querido estrenar aún porque me resultaba algo excesivo. Tenía una talla de sujetador que me permitía rellenarlo sin parecer vulgar, pero incluso así sabía que iba a llamar la atención. Me maquillé con discreción y me eché unas gotitas de Valentina tras las orejas y en las muñecas. Había cambiado mi perfume de toda la vida meses atrás en un intento por desvincularme de todo lo que me recordara a mi ex, y aunque era bastante especial en cuanto a los olores, una vez que había descubierto este no dudé en convertirlo en mi favorito. Y eso que no era nada barato.
Lali:Lista –anuncié al entrar en el salón–
Euge me examinó con atención y negó con la cabeza, aunque a sus labios asomaba una sonrisa pícara.
Euge:Vas a ponérselo difícil, ¿eh? –me reprendió de forma cariñosa– Lo tiene merecido por tarado
Lali:Eres peor que yo –reí–
Euge:¿Tu ligue irá esta noche?
Estuve a punto de dar marcha atrás y contárselo todo, pero me contuve. Mi amiga llevaba bastante bien el hecho de creer que Peter se pondría hecho una furia en cuanto me viera. No sabía si esperaba que me arrepintiera al ver a su primo cabreado o bien creía que se merecía una lección. Seguramente ambas cosas.
Lali:Puede –contesté evasiva–
Euge:Ok, le diré a Tony que esté atento. Que sepas que estás jugando con fuego, pero tranquila, estaré ahí para decirte «Te lo dije», y ganar nuestra apuesta, por supuesto
Lali:Ya veremos, Eu –abrí la puerta y ella salió pavoneándose– Puede que Peter te sorprenda –se metió en el ascensor mientras yo cerraba con llave– Puede que me sorprenda incluso a mí –comenté para mí misma–
Llegamos tarde gracias a mi afán por arreglarme más de lo previsto. Mi amiga creía que lo hacía porque esperaba que mi chico misterioso apareciera en algún momento de la noche y yo no hice nada por sacarla de su error. Para cuando atravesé la entrada del Marlon —sola, porque Euge se quedó regazada cuchicheando con el portero— ya había gente pidiendo copas y desperdigada entre las mesas.
Nerviosa, descendí hasta la mitad de las escaleras sin apartar la vista del suelo. No había pensado en cómo iba a saludar a Peter. ¿Un beso? ¿Un pico? Ni siquiera estaba muy segura de que la noche pasada nos hubiera convertido en algo. Pero lo que sí sabía era que no iba a salir corriendo.
¿Me estaba volviendo tímida de repente? Sacudí la cabeza.
«Vive, vive, vive», el eco de las palabras de Euge resonó en mi mente. Y fue el impulso que necesité para alzar la cabeza y buscar a Peter tras la barra.
Mis ojos dieron con él. Se inclinaba sobre su portátil de espaldas a mí, por lo que no se había percatado de mi presencia. Agus, en cambio, me dedicó un sonrisa a modo de saludo. Pasé de largo, retrasando lo inevitable, y bajé al sótano para dejar el bolso y la chaqueta en el despacho.
Respiré hondo y me armé de valor, pero antes de darme la vuelta ya tenía a Peter pegado a mi espalda. Colocó un brazo a cada lado de mi cuerpo y me acorraló contra la mesa, impidiendo que me girase. Su aliento me acarició la nuca.
Peter:No sé si podré esperar a que nos comamos la pizza –me dijo, y sus labios rozaron mi cuello– En realidad, estoy a punto de subir arriba y echar a todo el mundo del bar
Solté una carcajada.
Lali:No creo que Agus te lo permita –le contesté, satisfecha por su visceral reacción–
Peter:A la mierda Agus
Me alzó y me sentó sobre el escritorio. Tenía esa mirada turbulenta en los ojos y una sonrisa condenadamente sexy, la cual bautizé como La sonrisa compradora. Con la mano sobre mi nuca, me atrajo hacia él y me dio un beso largo y profundo. Las mariposas de mi estómago se transformaron en dragones. No nos separamos hasta que nos vimos obligados a respirar.
Peter:Estás preciosa y tenés un perfume demasiado rico, L –dijo, aún contra mi boca– Dudo tener el control necesario para no cargarte sobre mi hombro y sacarte del bar antes de que acabe la noche.ñ
Lali:¡No serías capaz! –me reí, y él enarcó las cejas, y me quedó claro que no bromeaba– Sí, sí lo eres. Tenemos que trabajar
Ladeó la cabeza y su mano ascendió por mi estómago hasta al alcanzar la puntilla que remataba mi escote. Me mordí el labio inferior. Peter sabía cómo ponerme a mil, daba igual la situación en la que nos encontráramos. Destilaba ese erotismo innato que solo poseen unos cuantos tíos. Cualquier cosa en sus labios sabía a sexo.
Peter:Lo único en lo que voy a pensar durante toda la noche va a ser en
desatar las tiras de este corsé –admitió, mientras jugueteaba con los cordones– Yo, y todos los boludos de este local
El tinte celoso de sus palabras consiguió que sonriese. Lo normal hubiera sido que huyera de ese tipo de demostraciones posesivas, pero mentiría si dijera que no sentí que había ganado una pequeña batalla.
Lali:¿Inseguro? El gran Peter está celoso… –me miró, puse las manos sobre el escritorio y me incliné hacia atrás–
Peter:Para nada, L –contestó él– Cuando acabe la noche y ellos se marchen solos a casa, seré yo el que te desnude y te lo haga sobre una de esas mesas
Dicho lo cual se dio media vuelta y abandonó el despacho, dejándome
sola y, para qué negarlo, con un calentón de narices.
Me costó un par de minutos recobrar la compostura y que mi respiración volviera a la normalidad. Euge me encontró sentada aún en la mesa y con la mirada perdida en el infinito. Lo que no sabía era que yo me estaba imaginando lo que sucedería al final de mi jornada laboral.
Euge:Tenés una cara de tarada muy importante –me dijo en cuanto traspasó la puerta–
Parpadeé varias veces y la escena de minuetos que llenaba mi mente se esfumó. Me puse en pie y me alisé la ropa. Mi amiga no perdía detalle de mis movimientos.
Euge:¿Qué pasa? Ya te cruzaste con Peter ¿no? –dejó el bolso sobre la silla y sonrió con malicia— ¿Te gané la apuesta?
Lali:No, de eso nada. La apuesta sigue en pie
Subimos juntas las escaleras. Euge fue directa hacia la barra y yo la seguí, haciéndome la remolona. Un tío se interpuso en mi camino, cortándome el paso.
Xxx:¿Puedo invitarte a una copa?
La propuesta me pilló tan desprevenida que no pude evitar sonreír. Eso era Malo. Si un tío te invita a tomar algo y le sonríes, suele creer que tiene algo que hacer contigo. Lo más probable es que, si consigue que accedas, esté ya comprobando que lleva condones en la cartera. Y aunque el chico no estaba nada mal, rubio de ojos claros y con una bonita sonrisa, yo tenía un plan más interesante para el final de la velada.
Lali:Lo siento, trabajo aquí
Xxx:Mmm.. no sos Argentina
Lali:Soy española
Xxx:Entonces hoy serás vos nuestra mesera –dijo devolviéndome la sonrisa y tirando del brazo del tipo que estaba a su lado para atraer su atención– Trabaja acá
Mientras que él parecía simpático, a pesar de su poco sutil abordaje, el amigo era el típico baboso de bar. Me dio un repaso de arriba abajo que consiguió que me sintiera desnuda, y a sus labios asomó una sonrisa pícara. Me dieron ganas de ir a por una botella de agua fría y derramarla dentro de sus pantalones.
Xxx2:¿Qué tal si nos traes dos fernet con coca-cola, preciosa? –también arrastraba las palabras, lo cual era síntoma de que ya se había tragado una buena dosis de alcohol–
Lali:Puedes ir a la barra a buscarlos tú mismo
Me despedí del chico amable con un gesto y me di media vuelta, pero él me agarró de la mano.
Xxx:No le hagas caso, es un pendejo y un boludo –me susurró, acercándose a mí más de lo necesario–
Retrocedí un paso y miré la mano que mantenía entre las suyas. Me soltó
de inmediato.
Xxx:Iremos a por las copas –le oí decir, aunque yo ya estaba de camino a la barra—
Crucé una mirada con Agus, que debía haber observado lo sucedido, y vino hasta mí cuando me disponía a atender al primer cliente de la noche.
Agus:Si ese par de tarados vuelve a molestarte me lo decís. Tony estará encantado de patearles el culo
Lali:Puedo manejarlo –contesté, aunque agradecía el gesto–
Cuando Agus regresó al trabajo miré en dirección a la esquina reservada a Peter, pero no estaba allí. Barrí con la mirada el resto del local. Euge danzaba entre las mesas recogiendo vasos vacíos y a David no lo encontré por ninguna parte, supuse que llegaría tarde, como siempre. Ni rastro de Peter.
Una chica me pidió dos cervezas y se las serví. Puse el dinero en la caja y me giré de nuevo para ver las caras de la gente que empezaba a llenar el bar. Tras unos clientes más, aparecieron ante mí los dos tíos de antes. Se me escapó un suspiro de resignación.
Lali:¿Qué les pongo? –reprimí una carcajada en cuanto me di cuenta de que el baboso llevaba la camisa empapada–
La canción que estaba sonando terminó y me volví en un acto reflejo para comprobar si Peter ya había acudido a su sitio. En cuanto mis ojos dieron con él me dedicó un guiño. Fruncí el ceño y él señaló en mi dirección, conteniendo la risa.
Xxx:¿Te importa dejarnos algunas servilletas? Un idiota le ha derramado
la bebida encima
No me llevó más de un segundo comprender quién era el idiota. Traté de
no reírme. Al menos no le había partido la cara.
Lali:Sí, claro
Le tendí varias aunque dudaba de que pudiera arreglar el problema de
su ropa con ellas. Emanaba un fuerte olor a whisky. Jota debía de haber llenado el vaso solo con alcohol, y aquel desgraciado no iba a poder deshacerse de ese olor hasta que se metiera bajo la ducha.
El tipo se frotó con el papel sin dejar de soltar tacos. Cuando se dio cuenta de que era inútil se rindió y se marchó en dirección al baño.
Xxx:Al fin solos. Me llamo Benjamín, para vos Benja –juro que me dieron arcadas–
¿Puedo saber cuál es tu nombre?
Valoré la posibilidad de imitar a Peter y tirarle por encima una cerveza, pero me contuve. Tampoco es que él tuviera la culpa de tener el mismo maldito nombre que mi ex .
¿Que pasara a la hora de cerrar el bar? ¿Cual sera la apuesta entre Euge y Lali? Si quieren saberlo dejen comentarios! ❤
PD:AMÉ esta parte:
Lali:¿Inseguro? El gran Peter está celoso… –me miró, puse las manos sobre el escritorio y me incliné hacia atrás–
Peter:Para nada, L –contestó él– Cuando acabe la noche y ellos se marchen solos a casa, seré yo el que te desnude y te lo haga sobre una de esas mesas
naaaa massss me encantaa
ResponderEliminarnnnaaaaa subi mas me encantaa
ResponderEliminarque ese tal benjamin se le tire a lali y peter celoso al maximo le dija " no toques a mi novia!" jajaja me mataria de risa.. que va a pasar cuando euge se entere ??
ResponderEliminarCon cada capítulo, haces que quiera leer más y más, sigue por favor
ResponderEliminarme encanto!!!!! masssssssss
ResponderEliminarHay mas porfaa dioos son tan lindos juntoss!!
ResponderEliminarAguante LALITER
Vas a subir más hoy??
ResponderEliminarPor favor contesta!
Dale boluda! interrumpi mi siesta para leerte! ♥ MAAAS
ResponderEliminar+++++++++++
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarMaaaaaasss me encanto
ResponderEliminarMas
ResponderEliminarMass
ResponderEliminarmasss !!!!
ResponderEliminarMasss
ResponderEliminarPeter tiene mucha seguridad sobre si mismo.
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