martes, 24 de marzo de 2015
16° ENAMORADA DEL CHICO "MALO" ❤
CAPITULO 16:
Corrí para cruzar la calle, aunque los zapatos me rozaban y el vestido se me subió hasta el límite de lo indecente. Un coche pasó a pocos metros de mí, frenó en seco y dio marcha atrás. Bien, justo lo que necesitaba. Algún gracioso que quisiera terminar de convertir la noche en un fiasco total.
El cristal del conductor descendió y tras él apareció un tipo de treinta y pocos con pinta de haber arrasado las existencias de alcohol de la mitad de los bares de Argentina. Lucía una sonrisa bobalicona, bastante reveladora, y sus ojos apenas si atinaban a concentrarse en mí. Se rascó la perilla con tanta insistencia que me dieron ganas de vomitar.
Xxx:¿Te llevo, preciosa? –balbuceó, bastante más cerca de desmayarse que de un estado que lo capacitara para conducir un coche–
Continué caminando deprisa por la acera. Si lo ignoraba era bastante probable que desistiera y me dejara en paz.
Xxx:Vamos, nena –insistió– Pareces necesitar ayuda. Decime dónde vivís y te acerco hasta allá
¿De verdad aquel desgraciado esperaba que me subiera al coche? Lo único que me apetecía más que perderle de vista era quitarme los zapatos y lanzárselos. Con suerte uno le daría en la cabeza y lo dejaría inconsciente. Otro vehículo paró detrás. Al ver que avanzaba despacio para seguirme el paso lo adelantó por la derecha e hizo sonar el claxon.
Xxx:Dale, conseguirás provocar un accidente
Puse los ojos en blanco. Miré calle abajo, rezando para que apareciera un taxi, pero apenas circulaban vehículos por la zona y ninguno era uno de ellos. El borracho debió interpretar que me estaba planteando acompañarle, abrió la puerta y puso un pie sobre el asfalto. Me preparé para echar a correr de nuevo si sacaba la otra pierna del coche. Di un par de pasos atrás al ver su sonrisa desquiciada.
El ruido de metal doblándose me hizo levantar la vista. La moto de Peter, reposando sobre uno de sus laterales, pasó deslizándose por el asfalto y se estrelló un poco más adelante contra un contenedor de basura. Mi corazón dejó de latir al imaginar su cuerpo tendido en mitad de la carretera, cubierto de sangre, herido, o algo peor. Pero un segundo después Peter saltaba por encima del capó del coche, vivo e ileso, y con la expresión de un perro rabioso que hubiera encontrado al fin a alguien a quien morder.
El borracho lo observó de arriba abajo antes de salir por completo de su vehículo. Peter se encaró con él y lo metió de nuevo en el interior a base de empujones. Al conseguir su objetivo, cerró la puerta de una patada, abollando la carrocería.
Peter:¡Perdete! –le ordenó, y apoyó ambas manos en el marco de la ventanilla. Tenía los nudillos raspados y ensangrentados– Si volves a mirarla te mato
La amenaza parecía muy cierta, y juraría que Peter estaba deseando que el tipo abriera la boca para terminar de perder los estribos y tener así una excusa para golpearle.
El borracho debió de decidir que en su estado tenía mucho más que perder que el arreglo de una puerta y aceleró, dejándonos atrás. Peter se volvió hacia mí. No parecía contento.
Peter:¡Qué mierda haces! Te dije que te acompañaría a casa
Lali:No pensaba ir con ese tío a ningún lado –repliqué, alzando la voz tanto como él– No soy estúpida
Salió de la carretera para situarse frente a mí. Puse una mano sobre su pecho para evitar que se acercara más.
Peter:¡Podría haberte obligado! ¡Mierda, Mariana! ¡He saltado de la jodida moto en marcha!
El precario control que mantenía sobre mis emociones terminó de quebrarse. Si quería gritar, gritaríamos, y si lo que necesitaba era decir tacos, yo sabía tantos como él
Lali:¡Claro, que tonta he sido! –dije, con un tono que destilaba ironía– Tendría que haberme ido con el tío que se lía a patadas con las botellas y pasa de sonreírme a echarme de su lado en un parpadeo
Me puse de puntillas para que mis ojos quedaran a la misma altura que lo suyos.
Lali:No me apetece seguir jugando, Peter. Búscate a otra a la que machacar con tus estallidos emocionales
La ira que empañaba sus ojos se tornó en desesperación y el labio inferior le tembló. Apoyó su frente contra la mía, pillándome desprevenida, y mi desconcierto aumentó aún más cuando tiró de mí para eliminar el escaso espacio que nos separaba.
Peter:No quiero a otra –murmuró, y sus labios rozaron los míos– Y no es mi intención machacarte
Lali:Es lo que haces, Peter –le contesté, luchando por no rendirme al dulce reclamo de su boca– Te comportas como si desearas que fuéramos amigos, me preparas el desayuno y vas a buscarme a la salida de clase para que no tenga que volver en metro, y luego te enfadas por motivos que solo tú conoces y levantas muros a tu alrededor para dejarme fuera. Eso cuando
no te comportas como un psicótico…
Mi instinto me decía que escapara de allí antes de que nos dijéramos cosas que luego no pudiéramos olvidar. Que no anduviera de nuevo un camino que me había esforzado por evitar, o acabaría inmersa en otro círculo destructivo del que no creía que pudiera salir entera.
Peter:No quiero que me importes, L –confesó, al borde del llanto– No quiero desearte ni anhelar el sonido de tu voz ni tu presencia. No quiero necesitarte…
De toda la gente de esta ciudad, el destino había enlazado las vidas de dos personas cuyos corazones no eran más que pedazos. Sentí deseos de reírme.
Lali:No tienes que necesitarme. Solo déjame ser tu amiga, Peter. Déjame entrar
Acaricié su mejilla y el agarró mi mano para evitar que la retirara.
Peter:¿No has escuchado nada de lo que te
dije? No quiero hacer las cosas que hago, pero las hago. No puedo dejarte entrar porque me aterra que descubras que estoy roto por dentro, que faltan partes de mí que jamás podré recuperar porque están muertas. Muertas y enterradas.
Me martirizó la idea de que Peter hubiera amado con tanta intensidad a otra chica que su pérdida lo hubiera destrozado de esa manera. No dejaba de recordar a Euge, con los ojos llenos de lágrimas, revelándome que ese era el motivo de todo aquello. El problema no era que él estuviera roto, hubiera podido intentar lidiar con eso. Pero saber que siempre planearía sobre nosotros la sombra de ese amor convertía nuestros intentos en una falsa recreación que nunca colmaría del todo sus expectativas.
Un grupo de chicas nos contemplaban desde la acera de enfrente, murmurando entre ellas mientras no dejaban de observarnos. También había una señora asomada a uno de los balcones que quedaban justo por encima de nuestras cabezas. Y la moto de Peter continuaba empotrada contra el contenedor. Alguien terminaría por llamar a la policía, si no lo habían hecho ya.
Lali:Vayámonos a casa –le dije–
La noche ya había sido lo suficientemente emocionante para que acabásemos en la comisaría. No creía que Peter superara con éxito un control de alcoholemia. Tomé su mano y lo arrastré conmigo. Le costó un momento reaccionar. Esperaba que pudiéramos continuar con la conversación más tarde, aunque no tenía ni idea de a dónde nos llevaría.
Peter consiguió que la moto arrancara tras varios intentos, aunque la pintura de uno de los laterales estaba arañada y la chapa se había hundido en varias zonas. Creí que eso desataría su ira de nuevo, pero no dijo nada al respecto, a pesar de que la trataba como si fuera una extensión de su propio cuerpo.
Lali:¿Puedes conducir? –pregunté, preocupada no solo por las cervezas que
habíamos tomado sino por lo agotado que parecía–
Asintió en silencio, cediéndome su chaqueta para que no acabara por enseñar la ropa interior al subirme a la moto. Palpé con cuidado la herida de sus nudillos y torció el gesto, pero no la apartó. Se había raspado la piel.
Peter:No es nada –aseguró, mientras esperaba a que me pusiera el casco–
Le di vueltas a sus palabras durante todo el trayecto. Peter no quería necesitarme. Y en ese aspecto no nos diferenciábamos demasiado, porque yo misma luchaba por no anhelar algo más que una simple amistad.
Golpeé con la frente la espalda de Peter y maldije por lo bajo. ¿A quién quería engañar? La realidad era que, mientras yo era incapaz de penetrar en su interior, él ya había conseguido hundir la mano en mi pecho y hacerse con mi corazón.
Peter:¿Todo bien? –torció la cabeza para mirarme durante un instante–
«No, nada está bien».
Lali:Sí –dije, cuando sus ojos retornaron a la carretera, segura de que cualquier explicación que añadiera sonaría a mentira–
Apoyé la mejilla en su hombro, cerré los ojos y dejé que la brisa me enfriara la cara, deseando que el calor que desprendía Peter no me resultara tan reconfortante.
Hoy les subo más temprano chiicaas! Mañana vuelvo a subir.. besos!
PD:Cómo verán, la foto no tiene nada que ver con el capitulo! Pongo la foto que me guste a mí y no a algo similar con el capitulo! :) Así que NO se fíen por la foto que tenga cada capítulo.
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naaaa yo quieria rock.. que dejen de hacerse los boludos y se chapen de unaaa
ResponderEliminarsubiii mass me encantaaa
ResponderEliminarayyyy quieroo maaasss!! por que ya no subes 2??
ResponderEliminarMe encanta como escribes :)
Marta :)
subi 2 por dia plis!! subi otrooooooooo
ResponderEliminarQuiero saber, no, EXIJO saber q le paso a peter en el pasado!!
ResponderEliminarCHAPE CHAPE CHAPE CHAPE
ResponderEliminarseguiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
ResponderEliminar++++++++++++
ResponderEliminarMe encanto, sigue por favor
ResponderEliminarSube 2 porfa!
ResponderEliminarTienes que volver a subir 2 como antes porfiiiiiii
ResponderEliminarMasss
ResponderEliminarMe uno a la petición d dos caps diarios,jajjajaja.
ResponderEliminarMientras leía me dio la impresión k perdió a dos personas,como una mujer y su hija,xk dice k le faltan partes k están muertas y enterradas,y k jamás podrá recuperar.Así k solo se me ocurre esa teoría,y k el tiene la culpa,como un accidente.
:-)
Mmmaaaaaaassssss me encanto
ResponderEliminarAy, me re ilusione con la foto, pense que habia ROCK y nada que ver. Para la proxima ya se que no tengo que confiar en la foto jaja
ResponderEliminar¿que escondera peter? Mmm
surisameilumina.blogspot.com NOVELA LALITER, PASENSE