miércoles, 4 de marzo de 2015
44° BAJO NUESTRA PIEL ❤
CAPITULO 44:
Cuenta GASTÓN
Los golpes en mi puerta sonaban como un maldito tren de carga. Aparté las mantas de encima y miré a Esther. Me la llevé a casa
conmigo anoche después de una fiesta. Los dos habíamos bebido demasiado y nos divertimos muchísimo antes de quedarnos dormidos. Eso era lo que podía recordar. Esther era siempre agradable y fácil. No hacía las cosas pegajosas.
Los golpes siguieron. Agarré mis pantalones cortos desechados de la noche anterior y me los puse antes de caminar por el pasillo hacia la puerta.
Gastón:¡Cállate,maldita sea! Maldición, eso es jodidamente fuerte –grité antes de abrir la puerta–
El sol estaba alto y justo en mis ojos. Tiré mi brazo sobre mis ojos y miré a quien sea que estuviera en mi puerta mientras lo llamaba loco hijo de puta. No me llevaba bien con las resacas.
Xxx:¿No estás encantador esta mañana? –dijo Mery arrastrando las palabras mientras pasaba más allá de mí y entraba–
Mierda. No era a quien quería hacerle
frente esta mañana.
Cerré la puerta.
Gastón:¿Qué quieres, Maria? Son las malditas diez de la mañana –gruñí–
Ella entró en la cocina y se apoyó en la barra.
Mery:Necesito un lugar para quedarme –dijo con una voz suave que sólo utilizaba cuando quería algo–
Hace un año esa mierda funcionó conmigo. Estaba tan absorto en su culo egoísta que no podía ver bien. Era todo el sexo, sin embargo. Era buena en eso. Una maldita gimnasta en la cama. Había aprendido, de la manera difícil, que el sexo no te compensa por la angustia y la mala leche. Había terminado con ella. Con todo esto.
Gastón:Llama a Peter. Voy a volver a la cama. Ya conoces la salida –le contesté,
regresando a mi habitación–
Mery:¡No puedo! Él no me va a ayudar. No puedo soportar a Lali y él lo sabe. Él la ama más que a mí. Ella lo alejó de mí. Alejó todo de mí. La odio y no puedo pretender que me agrada. Pero no tengo a donde ir. No quiero vivir con mi madre. Quiero volver a Rosemary
Gastón:Qué pena por ti. Adiós, Mery –abrí la puerta del dormitorio y me acerqué a la cama y me puse boca bajo–
Mery:¿Esther? ¿En serio, Gastón? No sabes dónde ha estado eso. Has caído bastante bajo. Incluso para ti
Esther se sentó frotándose la cara y me gustó el hecho de que estaba desnuda y Mery estaba teniendo un muy buen vistazo de sus pechos. Eran magníficamente mejores que las de ella.
Gastón:En realidad, subí. La última chica que me folle fuiste tú –le contesté–
Ella había entrado en esa. Esther me miró con los ojos inyectados en sangre y luego a Mery. Estaba bastante seguro de que había estado fumando anoche.
Esther:¿Qué carajo? –gruñó tirando de la sábana para cubrirse–
Gastón:Mery está aquí para hacer mi vida un infierno. No le hagas caso –dije
rodando por mi espalda y apoyando las manos detrás de la cabeza–
Mery:¿En serio? ¿Esto es en lo que nos hemos convertido? –preguntó–
Gastón:Esto es lo que nos hiciste, Mery. Querías joder, bien, estoy de acuerdo. Es
muy divertido. Gracias por la idea
Mery:Esther, por favor, ponte algo de ropa y vete. Estamos tratando de tener una
conversación –le dijo a Esther que estaba sentada en silencio escuchándonos–
Estiré la mano y le acaricié la pierna.
Gastón:No te vayas. Su culo ha visto la
puerta. Tiene que usarla –le dije a Esther que estaba haciendo lo que Mery le ha ia pedido–
Realmente quería que ambas se fuesen,
pero no era un idiota. No echaría a Esther. La dejaría salir por su cuenta.
Mery:¿En serio? ¿Vas a ir enrollándote por ahí y ni siquiera dejar que te explique? ¿Sabías que estaba en rehabilitación? ¿Te importa? Seguro como el infierno que no me llamaste. Nadie lo hizo. Ni siquiera Peter
Sentí una pequeña punzada de dolor por ella, pero fue muy pequeña. A veces aún veía a la niña que quería que alguien la quisiera. Fueron los tiempos en que tuve compasión. Entonces recordaba a la perra en que se había convertido y decidía que merecía lo que le pasó.
Gastón:Cuando das mierda, recibes mierda de vuelta. Eso es lo que mi abuelo siempre me dijo. Tal vez alguien debería habértelo enseñado, también. Nos hubiese ahorrado un maldito montón de problemas
Mery:–señaló a Esther– Vete. Ahora
Gastón:–agarré el brazo de Esther– Ignórala
Esther miró ida y vuelta entre los nosotros y luego negó con la cabeza.
Esther:Están jodidos de todas las formas. Creo que me iré a casa y descansaré un poco. Mi cabeza no puede resistir esto
Empezó a levantarse y luego se inclinó y me besó en la mejilla antes de arrastrarse fuera de la cama, desnuda. Admiré su culo mientras se ponía la ropa por el bien de Mery, no porque yo realmente quisiera. Estaba demasiado cansado para pensar en mujeres desnudas.
Esther hizo un gesto despidiéndose de mí y se apresuró hacia la puerta llevando sus zapatos. No tenía ni idea de dónde estaba su coche, pero eso no importaba ahora. Vivía a dos plantas en el mismo complejo de apartamentos que yo. Otra razón por la que me era muy práctica.
Mery se acercó a la cama y se sentó.
Gastón:Fuera de mi cama, Mery. Juro por Dios que voy a contarte todos los detalles de lo hicimos Esther y yo bajo estas sábanas anoche si no sacas tu maldito culo de mi cama –le advertí–
Realmente no podía recordar exactamente lo que habíamos hecho la noche anterior. Pero Mery no tenía por qué saberlo.
Mery:Eres repugnante –gritó poniéndose de pie y mirándome–
Gastón:Sí, tú también. Por lo menos conozco a Esther. Ella no es una chica a la que recién saqué de la calle para follarla
Pestañeó con furia desatada. Había sacado su mierda a la luz. Ella había querido alejarme y lo había conseguido. Había visto lo suficiente. Ya no estaba interesado.
Mery:Dijiste que me amabas –me recordó–
Gastón:Pensé que podría amarte, Mery. Pero entonces me desperté y me di cuenta
de que una cogida caliente y un buen coño no es amor. Es solamente buen sexo
La mirada de dolor en sus ojos debería haberme hecho sentir culpable, pero no fue así. Había confundido necesidad y deseo con amor. No sabía lo que era amar a alguien. No como Peter amaba a Lali. Nunca había sentido eso. Lo sabía ahora. No tenía ni puta idea de nada y estaba muy seguro de que nunca lo haría.
Mery:Está bien. Quieres hacerme daño, entonces hazlo. Me lo merezco –escupió levantándose y caminando hacia la puerta– Pero esto no ha terminado, Gastón. Puedo admitir que me equivoqué. Tú sólo tienes que admitir que todavía tienes sentimientos por mí
¿Los tenía? No estaba seguro de eso. Estaba enojado con ella por tomarme el pelo, pero no estaba seguro de que aún hubiera sentimientos.
Mery:Estoy pasando por algunas cosas. Sería lindo que a alguien le importara
una mierda y entendiera
No dejaría me manipulara con eso. No había pedido esta mierda. Había tratado de hacer que funcionara. Ella se había negado a ser más que una compañera de sexo. Yo quería más y ella había dejado en claro que podría ser fácilmente reemplazado.
Gastón:No creo que pueda ayudarte, Mery. El problema es que sé lo que era tu vida, y sé porqué eres una perra. Pero a diferencia de Peter, no dejo pasar esa excusa. Es hora de que dejes de usarla y cambiar. Estás alejando a todo el mundo. ¿Quieres acabar como tu madre?
Ella se puso rígida y supe que había tocado un nervio. Sin decir palabra, se dio la vuelta y salió de mi apartamento cerrando la puerta detrás de ella. Malditamente hasta nunca. Ahora podía dormir un poco.
¿Creen que Gastón se paso con Mery? Yo creo que no! ¿Quieren el último capítulo?
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Siiiiii subiloo yaa
ResponderEliminarSiii!! Subelo porfaaa!!!
ResponderEliminarSiiiiii subi otroooo! Bien gaston!
ResponderEliminarsiiiii sube otro mas mas mas mas mas no aguanto es desesperante!!!! -nati
ResponderEliminarSiiii sube el otro
ResponderEliminarSiiiii,siiiiii,sube el último.
ResponderEliminarSe quedó corto ....pero sería x el sueño k llevaba.